Como si hubiera diseñado una pieza de relojería de precisión, el virtual lanzamiento de la candidatura de Blumberg ocurrió un día después de que una sentencia judicial contra los asesinos de su hijo lo catapultara de nuevo a las primeras planas de los diarios y los noticieros, diciendo que se trataba de un “fallo de mierda”.
Juan Carlos Blumberg se ha transformado oficialmente en un nuevo referente de la fragmentada derecha argentina que disputará la gobernación de la Provincia de Buenos Aires con el Frente para la Victoria, el frente oficialista que aún no define si llevará a Felipe Solá por su segunda reelección o a Aníbal Fernández como candidato a gobernador. Pero mientras se tejen y destejen pactos, nadie puede olvidar que Argentina no habría conocido a Blumberg si su hijo no hubiera sido cobardemente asesinado en un secuestro extorsivo durante 2004, desatando la furia de los sectores más reaccionarios de la sociedad afectos al gatillo fácil, el endurecimiento de las penas y la superpoblación de cárceles.
El 25 de octubre, al salir de los estrados judiciales Juan Carlos Blumberg calificó como «un fallo de mierda» al veredicto dictado por el Tribunal Oral Federal 2 de San Martín para los acusados por el secuestro y crimen de su hijo Axel, y adelantó que apelará ante la Cámara de Casación o la Corte Suprema de Justicia de la Nación «para revertirlo».
«Fue un fallo de mierda, una vergüenza. Esta gente mató y secuestró personas. Habría que separarlas de la sociedad», respondió el ingeniero minutos después que se conocieron las condenas contra los 16 acusados, entre ellos los integrantes de la banda liderada por Martín «El Oso» Peralta. En medio de una maraña de periodistas, Blumberg preguntó «¿Qué pena es ésta?» y consideró que «esta gente, en tres o cuatro años sale en libertad y sigue matando. Esta es la realidad, no hay ninguno arrepentido».
Minutos después de haber escuchado la resolución de los jueces que integran el TOF 2, Blumberg adelantó que apelará algunos de los fallos, en especial el de los dos policías que fueron absueltos. «Vamos a ir a (la Cámara de) Casación y luego a la Corte Suprema (de Justicia de la Nación) y donde sea para revertir este fallo que es una vergüenza». Visiblemente indignado, Blumberg sostuvo que «si esta gente está asociada ilícitamente, secuestra gente, mata gente… Qué se puede esperar. Tienen que estar separados de la sociedad, no queda otra, sino van a seguir matando gente».
Cuando se le preguntó qué fallo esperaba, el padre de Axel no dudó en responder que «por lo menos la perpetua a toda la banda» que lideraba Peralta, y se quejó que «en la Argentina no existe la perpetua», en relación a los beneficios que se otorgan a los acusados después de cumplir las dos terceras partes de su condena.
Al señalársele que en comparación a otros, éste había sido un fallo duro porque el tribunal condenó a 20 años de prisión a un menor, Blumberg respondió: «Qué fallo duro, es una vergüenza, le dieron 20 años a un menor que asesinó» y preguntó «¿Qué pasa en otros lados del mundo?».
Uno de las decisiones que mayor indignación causó en Blumberg fueron las absoluciones de los policías Juan José Schettino, ex jefe de la División Antisecuestro de la Policía Federal, y el ex subcomisario Daniel Gravina, ambos acusados de encubrimiento agravado. «Schettino tenía la orden de captura (de los integrantes de la banda) desde hacía cuatro meses (antes de la muerte de Axel) y no hizo nada», sostuvo Blumberg.
Sin embargo, más allá del fallo que ha sido reconocido por su celeridad, la bronca le sirvió a Blumberg para hacer veloz escala en Misiones y darle rienda suelta a su vocación opositora, ahora reforzada por un fallo que no lo satisface y lo habilita para hacer de su prédica contra la inseguridad el eje de su futura campaña electoral. Pasado un día, Blumberg dijo que Kirchner apoya la reelección indefinida que impulsa el gobernador Carlos Rovira porque «quiere perpetuarse en el poder él también». El empresario aseguró, además, que si el gobernador de Misiones logra reformar la Constitución provincial «le hará mucho mal al país» porque consideró que esa modalidad «se va a copiar en otros lados».
Blumberg se pronunció así al dar una conferencia de prensa junto a Juana Bárbaro, segunda en la lista del opositor Frente Unidos por la Dignidad (FUD) que lidera el obispo de Iguazú Joaquín Piña.
Luego de la rueda de prensa, Blumberg encabezó una marcha por el centro de Oberá para pedir justicia por el asesinato de Marilyn Bárbaro, hermana de la dirigente del FUD. Junto con el padre de Axel, arribaron a Misiones para apoyar al frente opositor el rabino Sergio Bergman, Marcelo Bragagnolo y Constanza Guglielmi, ambos parientes de víctimas de la inseguridad.
«Si se impone esa reelección nos va a hacer mucho daño, le va a hacer mucho daño a los misioneros y a la Nación porque se va a copiar en otros lados».
El rabino, por su parte, también utilizó los micrófonos para criticar a Rovira y sostuvo que «la impunidad de los casos no resueltos y el manejo de la Justicia hacen colapsar las bases de la República».
El religioso le pidió al gobernador provincial que deje de «explotar la miseria» de las personas de bajos recursos «con unas monedas que en definitiva son de todos», al referirse a los planes sociales que entrega el oficialismo.
Marilyn, hermana de la segunda candidata por el FUD, fue asesinada a sangre fría por una pandilla de seis jóvenes que ingresaron a robar en su domicilio el 17 de abril del 2004. Entre ellos se encontraba Matías Ortiz -hijo de la diputada provincial por el oficialismo Marlene Carvallo-, actualmente imputado por homicidio calificado.
La visita de Blumberg a Oberá, la segunda ciudad en importancia demográfica de la provincia, se convirtió en el virtual cierre de campaña del frente que encabeza Piña y que intentará cortar el camino a la reelección indefinida que trazó
De ese modo, la emergencia de Blumberg en este momento, aparece como aglutinante de una derecha dispersa que más allá de las candidaturas encuentra en el padre de Axel a un vocero multipropósito que puede moverse a lo largo y ancho del país bajo el manto de la lucha contra la inseguridad, una campaña que lejos de articular una corriente ciudadana, trata de consolidar una base social cohesionada por el temor, una marcada xenofobia y una enorme capacidad negadora que supone que el problema se solucionan si se multiplican las cárceles y se encarcelan a todos los sospechosos.
Sin embargo, un estudio de la organización no gubernamental vinculada con la Justicia INECIP atribuyó la conflictiva situación carcelaria a las leyes impulsadas por el ex gobernador bonaerense Carlos Ruckauf y el ingeniero Juan Carlos Blumberg, y reclamó que los reclamos de los detenidos «sean escuchados».
El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) sostuvo que el virtual colapso carcelario obedece «en gran medida al programa de encarcelamiento masivo establecido por iniciativa del Poder Ejecutivo en la Provincia de Buenos Aires que modificó el régimen de excarcelaciones, la ‘ley Ruckauf’, que luego fuera recreada a nivel nacional con el endurecimiento de penas y el establecimiento de restricciones procesales dispuesto por las ‘leyes Blumberg’».
«El 80 por ciento de los presos de las cárceles de la Provincia de Buenos Aires y el 60 por ciento en el ámbito federal no tienen condena, es decir son personas en estado de inocencia». A raíz de esa situación «es urgente avanzar en la implementación de una reforma del procedimiento que establezca la oralización de todas las instancias, la desformalización de la investigación y el establecimiento de salidas alternativas, criterios de oportunidad y plazos estrictos de caducidad del proceso bajo control jurisdiccional».
«Es clara la responsabilidad de los jueces por el abuso de una medida cautelar (prisión preventiva) que con la excusa de proteger los fines del proceso penal manda personas a prisiones sobrepobladas y colapsadas. La Constitución Nacional expresamente dispone que ‘toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que ella exija, hará responsable al juez que la autorice. Los jueces poseen una vasta gama de herramientas que pueden aplicar en pos de disminuir los niveles de encarcelamiento: arrestos domiciliarios, alternativas al encierro continuado tales como a prisión discontinua, diurna y nocturna».
«Las personas privadas de libertad son sujetos que pertenecen a la sociedad y que en determinado momento volverán a su encuentro. Hoy más que nunca el reclamo de las presas y presos debe ser atendido y escuchado por la sociedad».
Pero Blumberg es quien menos quiere escucharlo y al parecer sus planes tienen previsto desatender semejante emergencia. Ese probablemente sea el eje de su campaña y una buena razón para que la derecha que no se anima a decir las cosas que dice Blumberg, lo apoye y financie.
