“Para este miércoles 27 de setiembre a las 14 horas, a seis kilómetros de Nueva Palmira, comenzará un corte de la Ruta 21 en rechazo de la instalación de una planta de producción de ácido sulfúrico de ISUSA y que dicho ácido será para abastecer la planta de producción de pasta de celulosa de Botnia”.
Así comienza la proclama con que los productores de los parajes “Colonia Agraciada” y “Buena Vista” y vecinos de Nueva Palmira, preocupados por la salud “de todas las personas que por generaciones enteras hemos poblado esta zona” dicen “No a ISUSA”.
¿Las razones de la protesta?
“Por la pérdida de las mejores tierras del país, con índices CONEAT promedio:180, dedicadas por generaciones enteras a la producción agrícola-ganadera.
“Por que no aumente la despoblación de la campaña, defendiendo el trabajo de 87 productores y 56 apicultores con 2400 colmenas instalados en un radio de 5km. de la fábrica.
“Porque entendemos que la instalación de esta planta es el pilar fundamental para la generación de un gran parque industrial, dado la cercanía de la zona con el puerto de Nueva Palmira, 2º puerto en importancia del país.
“Por que entendemos que el proceso de aprobación para la instalación de la planta por parte de DINAMA no reviste las totales garantías.
“Porque no se generarán 40 nuevos puestos de trabajo, sino se sustituirán por otros 40 o más que se pierden dado la incompatibilidad de la planta con las actividades predominantes en la zona.
“Porque la única razón para instalar la planta en este lugar es netamente económica, ya que por tema de flete ISUSA maneja una distancia límite de 20km. al puerto de Nueva Palmira
«Por mantener el sistema productivo en funcionamiento en la zona”.
Los vecinos y productores recolectaron cerca de un millar de firmas contra la instalación de la planta productora de ácido sulfúrico. Sin embargo creen -así lo dicen- que esas empresas pueden instalarse, pero en lugares donde no interfieran con las actividades existentes.
Cuál sería ese lugar, se pregunta uno que es medio abombado?
¿Cuál es el sitio en que no existe ninguna actividad? Así dicho, exactamente, porque tanto la elaboración y blanqueo de pasta celulósica como la fabricación de los insumos químicos que demanda, interfieren inevitablemente con cualquier actividad existente.
Y si no que lo digan los productores chilenos cuyos excelentes vinos tienen la entrada vedada a Suecia por provenir de áreas afectadas por la contaminación… de las papeleras.
No vaya a creerse que hay dos Suecias en el mapa político del planeta. Es la misma Suecia que mientras trata de evitar la contaminación en su propio territorio, a través de la empresa Skoda promueve la radicación de pasteras en nuestra región. Será que no hay actividades existentes, y en rigor de verdad, al menos hasta donde se sepa, muchas actividades existentes suecas, no hay.
Suecia es un modelo de transparencia y respeto a las leyes. Como Finlandia. Nadie lo discute, pero eso no ha evitado -tal vez por no ser contradictorio- que Botnia y Skoda depreden a destajo gran parte de los bosques rusos -mafia rusa mediante- e ingresen la madera de contrabando a Suecia y Finlandia, según ha podido comprobarse hace muy pocos días.
¿Por qué puede no ser contradictorio? Porque la caridad bien entendida empieza -y suele terminar- por casa. Las autoridades suecas y finlandesas se ocupan del bienestar de los suecos y los finlandeses, no del resto del mundo, y así corresponde que sea. Y saben que las empresas no son ni buenas ni malas, pero si se las vigila son mejores. De ahí que sus estándares y calidad de vida estén a años luz de los nuestros: los escandinavos tienen gobiernos y Estados que se preocupan por el bienestar popular; nosotros, no.
Por eso acá las gentes terminan solas, arrinconadas, defendiéndose panza arriba como los gatos. Por eso los vecinos y productores de Soriano (y Paysandú, y Rocha…y Gualguaychú) apenas si pueden decir: “Que pongan esas fábricas, si quieren, pero que no las pongan acá”.
La única opción a la mano parece ser sacarse la basura de encima tirándosela al vecino.
Pero ¿quiénes somos “nosotros mismos”?
Sin dirigentes a la altura de las circunstancias, de los problemas populares y de la época, sin Estados que velen por nuestro bienestar, nuestros estándares y calidad de vida, “nosotros mismos” acaba restringiéndonos al barrio, a la esquina, a la pequeña localidad, aislados y tan irremediablemente débiles que será fácil ir desplumándonos de a uno.
Que este grito de alerta de los productores de Soriano, simétrico y coincidente con el de la comunidad de Gualeguaychú, sea además convergente. “Nosotros mismos” somos todos nosotros o no somos nada, apenas pobres gatos defendiéndonos panza arriba.
No a las papeleras. Así, simplemente. Porque éstas son el origen del problema y los problemas derivados y por venir, y la solución a ninguno de los preexistentes.
Bien lo sabemos los que preexistimos, aunque no existamos para Helsinski, Estocolmo, Montevideo o Buenos Aires.
