Como le ocurrió a Aníbal Ibarra ante el incendio de República Cromañón (“la seguridad no estaba en nuestra agenda” dijo, en un fenomenal reconocimiento de impotencia y frivolidad) tampoco la preservación del medio ambiente estaba seriamente en la agenda de los políticos hasta que los vecinos de Gualeguaychú salieron a cortar la ruta.
Estas movilizaciones representan un quiebre, abriendo un escenario con múltiples consecuencias, de evolución y desenlace en gran parte imprevisibles.
La rebelión de los vecinos entrerrianos quizás sirva para encarar de otro modo la preocupante situación sanitaria del Dock Sud, las cuencas del Riachuelo-Matanza y el Reconquista, o la contaminación minera en distintas provincias, que se mantenían sobre la línea de flotación por la persistencia de un puñado de ambientalistas (en algunos casos enfermos de la misma frivolidad que mencionábamos en el desplazado intendente de Buenos Aires) y las denuncias de los afectados directos, todo ello en medio de la más cerrada indiferencia de la sociedad y el mirar para otro lado del poco Estado que tenemos.
Es cierto que los mil días de María Julia estaban en muchas bocas, al menos como argumento, pero de efectividades conducentes, poco y nada. El Riachuelo, entretanto, más formaba parte del folklore (o daba letra a la tilinguería de Macri y sus boys) que de las preocupaciones de la sociedad, y menos de un Estado que, paulatinamente, desde 1976, fue abandonando sus obligaciones públicas para convertirse en un sistema más o menos articulado de feudos privatizados. Además, gran parte del préstamo que había concedido el BID para su saneamiento se gastó en consultorías, o váyase a saber en qué, y eran 250 millones de dólares.
Como las guerras y sus horrores, también la destrucción del medio ambiente se puede naturalizar, haciéndose invisible, pero esto no será sencillo si sumamos la decisión colectiva de los entrerrianos, la designación de la nueva secretaria Picolotti, el entuerto judicial y diplomático con Uruguay y la decisión presidencial de no barrer el tema bajo la alfombra.
