AGRICULTURA FAMILIAR
Bolsonaro ha aceptado la derrota electoral a través de interlocutores y con su silencio alentó la movilización de sus partidarios en cortes rutas, donde esperaban una orden del “Capitán” para emprender una estampida antidemocrática, imitando al ideólogo de todo esto, Donald Trump. La andanada de reconocimientos internacionales de todos los colores para Lula abarcaron todo el arco del espectro político mundial. Esto, entre otros puntos a considerar, impidió que la contingencia se retrotrajera a la violencia de las hordas trumpistas, que tomaron El Capitolio para así desbarrancar el funcionamiento de la democracia y desconocer el funcionamiento pleno de la misma.
A pesar de estos hechos y del velado reconocimiento de la derrota sufrida, aún no se calmaron del todo las aguas. Bolsonaro suele ir más allá de la anormalidad, la esperanza despertada con el triunfo de Lula abre la puerta a un nuevo tiempo político y social, en el cual la agricultura familiar deberá jugar un rol preponderante para lograr los cambios profundos que se plantean, entre ellos sacar del hambre y la miseria a treinta y tres millones de brasileños. Esta fue una acción anunciada en su primer discurso como presidente electo, en la noche del domingo 30 de octubre, ante una multitud desbordante de alegría, que también festejó el triunfo como un regreso a la democracia.
El destaque de la agricultura familiar fue acompañado por el anuncio de refinanciar el Instituto de Colonización y Reforma Agraria (ICRA), desfinanciado e ignorado durante toda la gestión bolsonarista. Esto va en sintonía con el reclamo de reforma agraria, llevado adelante por el Movimiento de los Sin Tierra (MST), que integra la coalición ganadora y que logró la elección de cinco diputados.
Joao Paulo Rodrigues, miembro de la dirección nacional de la organización, días antes del balotaje declaraba en una entrevista publicada en la página web del colectivo que: “Hay un problema general de la izquierda respecto a la importancia de hacer o no la reforma agraria. Desde el punto de vista clásico, la propuesta de una reforma agraria por parte de los socialistas y los capitalistas era resolver cuatro demandas: la producción de materias primas para la industria, el desarrollo del interior del país, la generación de empleo y la producción de alimentos. El agronegocio como política del capital resolvió todas las demandas, entonces, ¿para qué una reforma agraria si gran parte de la población vive en los centros urbanos y es mucho más barato hacer políticas urbanas? Cuando Lula fue gobierno sintió esa contradicción, y sabe que eso solo se resuelve a través de la agricultura familiar porque el agronegocio prioriza la producción para la exportación de soja, maíz, y nada más. Hoy la situación es diferente, sobre todo respecto a la producción de alimentos. Por lo tanto, yo creo que hoy Lula es más consciente de que necesita una producción que preserve el medio ambiente y que para eso la reforma agraria es fundamental”.
El planteo es preciso en sus formulaciones y corre en conjunto con la importancia de la agricultura familiar, la cual aporta el 70% de los alimentos que se consumen en las mesas de los hogares brasileños, números que hablan de la importancia de la misma. Hay que solucionar la falta de alimentos que padecen 33.000.000 de brasileños en la actualidad, pero también apunta a una reforma agraria popular -ya que las anteriores beneficiaron a la agronegocio- y a un cambio de la matriz productiva, en un marco donde las producciones agroecológicas se encuadran también en el cuidado del medio ambiente. El debate y la concreción de la reforma será arduo pues, como el mismo Rodrigues señala, la mitad de los parlamentarios del Congreso están involucrados con el agronegocio.
AMAZONIA
A pocas horas del anuncio del triunfo de Lula, una buena noticia llegaba desde Europa. Noruega decidió volver a financiar el Fondo Amazonas, congelado desde el 2019 cuando asumió Bolsonaro. Horas después desde Alemania se anunciaba lo mismo. El encargado del primer anuncio fue el ministro noruego del Medio Ambiente, Espen Barth Eide, quien señaló que: «A Lula lo hemos visto durante la campaña electoral poner el acento en la preservación de la selva amazónica y en la protección de las poblaciones indígenas de la Amazonía, por eso estamos deseando tomar contacto con sus equipos lo antes posible, para preparar la reanudación de la colaboración históricamente positiva entre Brasil y Noruega«, añadió.
Desde Alemania el pronunciamiento fue en igual sentido, Jochen Flasbarth, Secretario de Estado del Ministerio de Desarrollo expresó que el dinero del “Fondo Amazonas” está suspendido, pero debería volver a estar disponible rápidamente. Noruega, igual que Alemania en menor medida, es el mayor contribuyente al Fondo de Conservación de la Selva Amazónica, el cual es considerado por los expertos como la principal herramienta contra la deforestación de la Amazonía. La colaboración se suspendió cuando Bolsonaro manifestó al llegar al gobierno la voluntad de explotar la Amazonía, hecho que concretó al acelerar un 70% su deforestación, beneficiando al agronegocio y la minería, expulsando a población originaria y dándole la espalda a la lucha contra el cambio climático. Este fondo fue creado en el año 2008, desde entonces –salvo los años bolsonaristas- Noruega aportó 1.200 millones de dólares. El mismo funciona según el principio «dinero contra bosques», es decir que las ayudas fluctúan en función de los resultados obtenidos en la lucha contra la deforestación. El gestor de dicho fondo es el banco brasileño de desarrollo BNDES.
ORIGINARIAS
Cinco indígenas obtuvieron escaños en la Cámara de diputados de Brasil, de esta cifra, cuatro son mujeres. La llegada de los cinco representantes de los pueblos originarios, que asumirán el 1 de febrero de 2023, debiera ser considerado un nuevo hito debido a que hasta el momento solo dos habían conseguido ser elegidos, el cacique Mario Juruna en 1982 y la lideresa Joenia Wapichana en 2018. Esta última intentó ser reelegida a pesar de recibir 11.221 más que en la elección anterior. No consiguió su reelección. Minas Gerais y San Pablo también eligieron a sus primeras mujeres indígenas diputadas e hicieron historia al elegir a Sonia Bone Guajajara y Celia Xakriabá como representantes en el Congreso brasileño. Guajajara es coordinadora nacional de la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil y en 2018 fue candidata a vice presidenta por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), en estas elecciones recibió 156.966 votos y como dato de color este año fue escogida como una de las cien personas más influyentes del mundo. También en San Pablo, pero por el Partido de los Trabajadores, fue elegida otra originaria: Juliana Cardoso. Por el estado de Minas Gerais, el segundo mayor colegio electoral de Brasil, fueron dos los indígenas elegidos: Celia Xakriabá, antropóloga y una de las fundadoras de la Articulación Nacional de las Mujeres Indígenas Guerreras y militante del PSOL, y el diputado regional Paulo Guedes, representante del PT.
La presencia de mujeres indígenas es una muestra de la diversidad y el empoderamiento de sectores postergados, excluidos y discriminados, no solo socialmente, sino también de los ámbitos de discusión del poder, donde las determinaciones muchas veces los perjudican. Esa presencia también habla de una coalición donde las diversas voces se expresan con sentido democrático y de amor. Amor pregonado por el papa Francisco y los obispos de la iglesia católica que llamaron a no votar por aquellos que propagan el odio en sus mensajes electorales, en clara alusión a Bolsonaro. En ese sentido, las diputadas electas manifestaron a través de las redes sociales que “Nuestra misión es defender los montes, la biodiversidad, los derechos humanos y nuestras vidas, indígenas o no indígenas, a toda costa. Es nuestra forma de vida, ser guardianes de la madre tierra”.
DEMANDAS
Entre los atropellos cometidos por Bolsonaro en su gestión y el retroceso en la quita de derechos y conquistas sociales llevadas adelante, el campesinado fue uno de los sectores más golpeados, hecho que se refleja en la pobreza acrecentada en números millonarios y aborrecibles que, como dijimos al principio, sumieron en el hambre a treinta y tres millones de brasileños. Ante esta realidad, Rosana Fernándes, Coordinadora Pedagógica de la Escuela Florestan Fernández del MST, opinó sobre cuáles son las expectativas de las organizaciones campesinas, ya que varios candidatos que integran las listas parlamentarias provienen del MST: “Sobre las perspectivas que tenemos sobre el gobierno de Lula, que va a ejercer su tercer mandato como presidente, nosotros vemos éxitos y muchos derechos asegurados, muchas conquistas y políticas en los programas gubernamentales que posibiliten mejorar las condiciones de vida del pueblo y la sociedad brasileña de manera general. Nosotros, que somos del campo, vemos también la realidad que tenemos con sus límites, que tienen que ser ampliados e ir en un proceso de conquista de la tierra, de distribución de la tierra o compra de tierra para entregarlas a las familias que están acampadas, para eso hay que crear programas de políticas públicas, que mejoren las condiciones de vida de las familias que ya estaban en la tierra. Eso vale para tomar acciones directas y generales, para el pueblo campesino, considerando también a los pueblos indígenas y mejorar las condiciones de vida, de trabajo y de producción, con acciones muy meritorias. Nosotros consideramos que este nuevo gobierno va a retomar muchos derechos que fueron perdidos en estos últimos cuatro años. Con nuestros parlamentarios, sea en la cámara federal o en los estados, vamos a dar impulso a los programas de políticas públicas más locales, por ejemplo, con Marina Silva que va a ocupar un banca en Río de Janeiro, una de las propuestas que ella va a presentar es un proyecto de congelamiento de la expulsión de campesinos y de la tierras dedicadas a la producción de alimentos. Tanto los legisladores, como los gobernadores del PT, van a atender las demandas históricas de los campesinos”. La esperanza de un Brasil mejor es abarcativa a una Argentina y América Latina mejor e inclusiva.