Por Federico Bernal*
No satisfecho con el masivo empobrecimiento energético del pueblo argentino, la Secretaría de Energía del FMI ordena a CAMMESA, la administradora del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), reducir el suministro a las distribuidoras provinciales. La decisión obedece al generalizado endeudamiento de empresas y cooperativas de distribución y comercialización de electricidad a lo largo y ancho del país, consecuencia directa de la estafa energética del régimen neoliberal, ahora comandado por el FMI y su inefable objetivo del «déficit cero». Datos y reflexiones a propósito.
Una resolución de la Secretaría de Energía de 2002 autoriza a CAMMESA a restringir y eventualmente a cortar el suministro a jurisdicciones cuyas distribuidoras (empresas y cooperativas) contraigan una deuda tal que alcance niveles de morosidad crónica. Dicha normativa recién volvió a cobrar vigencia al haberse decretado el fin de la Emergencia Económica, en enero de 2018. (1) Se comienza con una reducción de la tensión, luego con un corte de 1 hora cada tres días y así hasta el corte total. Quedan excluidos los hospitales, centros de salud, usuarios electrodependientes y entidades vinculadas a la seguridad pública.
En el marco de una estafa energética sin precedentes y que condujo a multimillonarios endeudamientos de empresas y cooperativas, algunas de las provincias que ya están sufriendo la extorsión de CAMMESA (léase, el FMI) son: Chaco, Entre Ríos, Corrientes, Neuquén y Río Negro. A través de solicitadas públicas, se intima a sus respectivas distribuidoras a disminuir un 10% su consumo de energía a partir de una determinada fecha. La primera en sufrir los embates fue Chaco, en el mes de febrero.
Al 31 de diciembre de 2018, la deuda global de las distribuidoras con la administradora del MEM era de 19.507 millones de pesos. Dos meses y medio después (al 19 de marzo de 2019), la deuda había ascendido a 29.687 millones, es decir, un incremento del 52%. Debajo, en función de una planilla oficial de CAMMESA a la que accedió OETEC, un ranking con las principales diez deudoras y sus montos:
Los hogares argentinos cerraron 2018 consumiendo 0,3% menos de electricidad que en 2016, esto es, dos años atrás. Al primer bimestre de 2019 (últimos datos disponibles), la demanda residencial -que se desplomó 5% a nivel nacional- cayó en 18 provincias de las 22 interconectadas eléctricamente (Tierra del Fuego no figura). En igual dirección, la demanda de electricidad del sector industrial terminó 2018 registrando una caída del 1,3% interanual. La diferencia respecto de 2015 es de -4%, mientras que de -3% en relación a 2013. El consumo para esta categoría cayó en 2018 respecto de 2015 en 14 provincias de las 22 interconectadas al SADI.
No obstante la debacle eléctrica del país y el vertiginoso empobrecimiento energético de los más de 42 millones de habitantes, el FMI no da tregua y va por todo.
En fin, debe saberse y denunciarse: el régimen neoliberal, el mismo capaz de gastar 7.000 millones de dólares en molinos eólicos y paneles solares importados, a la sazón fabuloso negocio financiero para un puñado de socios de Macri, empresas chinas y europeas, así como fondos de inversión extranjeros, es capaz de obligar a reducir todavía más el consumo eléctrico a industrias, comercios y hogares argentinos devastados por la crisis macrista en provincias aún más devastadas, por una deuda de aproximadamente 420 millones de dólares (a una cotización de 45 pesos por dólar).
Para tomar conciencia, cabe recordar que fueron 218 millones de dólares los otorgados por Aranguren en diciembre de 2016 a las distribuidoras de gas a cuenta de las RTI. También mencionar los subsidios al gas no convencional casi exclusivamente absorbidos por Rocca (Techint) y Eurnekian (CGC) por más de 700 millones de dólares en 2018. Finalmente, y no menor, la condonación de la deuda de distribuidoras con CAMMESA a fines de 2016 por cerca de 20.000 millones de pesos, de los cuales EPEC fue la más beneficiada (5.400 millones), seguida por las distribuidoras porteñas y bonaerenses (Edenor, Edesur y Edelap) por cerca de 3.400 millones.
Arrancado el cuarto y último año del régimen, prácticamente no queda distribuidora que no esté endeudada, con algunas alcanzando cifras irrisorias, por no decir impagables. El Poder Ejecutivo ya no perdona: la Secretaría de Energía del FMI comanda la concreción del déficit cero, cueste lo que cueste.
El pueblo argentino, empobrecido a todo nivel y a extremos insospechados, padecerá ahora en carne y hueso una nueva extorsión energética, esta vez emanada desde la mismísima CAMMESA, en paralelo a tarifas impagables por la ciudadanía hace ya más de un año y que no paran de crecer en una cadena interminable de incrementos derivados de la hiperinflación, la mega devaluación, la dolarización de la energía (gas y electricidad), la desregulación descontrolada y una anarquía empresarial sin parangón.
* Bioquímico y Biotecnólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), especializado en Microbiología Industrial. Director General del Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (OETEC).