En la Legislatura porteña se cocinan a fuego intenso todos los cargos y medidas que marcarán el punto de partida de otros cuatro años de macrismo en la Capital. La designación de los nuevos integrantes del Consejo de la Magistratura son una señal del ocaso del pinismo. Los nuevos ministros de Macri revelan el signo de una nueva gestión orientada a apuntalar el despegue nacional del jefe de gobierno.
Si este año el Congreso Nacional está pronto a batir el record histórico de bajo funcionamiento, en la Legislatura porteña ya se realiza un balance contrapuesto. Durante los últimos cuatros años de gobierno macrista, la cámara de representantes de Buenos Aires fue el campo de disputa por excelencia y muy probablemente continúe siéndolo durante el nuevo período que comienza en diciembre.
Como adelantábamos hace algunas semanas en ZOOM, se intuía que para los meses previos a la asunción de los nuevos legisladores habría sesiones con fuertes debates en las que el oficialismo buscaría aprobar las leyes más resistidas a partir de la negociación de las vicepresidencias de la cámara y de los cargos a renovar en diferentes organismos públicos de la ciudad.
Lo cierto es que el derrumbe del edificio de la calle Bartolomé Mitre a comienzos de mes, alteró los planes parlamentarios y buena parte de las últimas sesiones se dedicaron a la interpelación de los directivos de la Agencia Gubernamental de Control y a tejer los acuerdos sobre cuál sería la manera de indemnizar a los propietarios de los 30 departamentos afectados por el derrumbe. El resultado de las negociaciones fue un resarcimiento monetario para los dueños de las unidades derruidas a razón de 1750 dólares el metro cuadrado, más una suma fija de 20.000 pesos para quienes no pudieron recatar sus pertenencias. Como contrapartida, el Estado porteño, a pesar de ser quien debía controlar la obra y chequear las denuncias gremiales y vecinales que señalaban irregularidades, tendrá la potestad exclusiva para llevar adelante las medidas judiciales contra la constructora que generó el derrumbe.
En medio de los debates por este tema y sin demasiada prensa, la Legislatura aprobó la designación de los integrantes del Consejo de la Magistratura local y de las autoridades de la Cámara, en una movida de fichas que prefigura la nueva relación de fuerzas en la ciudad. Si hasta las últimas elecciones el bloque de Proyecto Sur supo ocupar un rol protagónico como segunda fuerza, la baja performance de julio pasado y una inminente fractura del bloque entre quienes se alinean con el Frente Amplio Progresista de Binner y quienes continuarán bajo la órbita política de Pino Solanas, fueron las señales necesarias para que el PRO y el FPV concretaran los movimientos para confinarlos a una tercera o cuarta posición en el mapa de poder de la ciudad. De esta manera, el FPV y el PRO apuraron la designación en el Consejo de la Magistratura de Juan Sebastián Destéfano y Laura Grindetti por el macrismo y de Juan Manuel Olmos por el kirchnerismo, signando el comienzo de la decadencia del partido que conduce el cineasta. La nueva estocada que recibió el partido verde fue la designación de Cristian Ritondo como Vicepresidente de la Legislatura, designación que preanuncia el desplazamiento de Julio Raffo de la Vicepresidencia 2º de la Cámara, cargo en el que aspiraba a continuar los dos años siguiente de mandato y que más que probablemente ocupe algún integrante del interbloque kirchnerista. En términos de reparto de espacios de poder legislativo, resta aún definir qué partido accederá a las presidencias de las comisiones más importantes, que probablemente se repartan entre el FPV y el PRO vía acuerdos políticos que incluirán la transferencia de nuevas competencias a la ciudad.
Durante la última sesión parlamentaria, el PRO también logró la modificación de la Ley de Ministerios que le permitió crear dos nuevas carteras. De esta manera, se aprobó la creación del Ministerio de Gobierno y el de Modernización del Estado. En el primero está confirmado Emilio Monzó, un ex kirchnerista de la provincia de Buenos Aires que abandonó el oficialismo nacional tras la crisis de la 125 y se pasó al PRO. Según el proyecto que creó esta cartera, el ministerio tendrá entre otras tareas “coordinar y proponer las relaciones del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con el Estado Nacional, los Estados Provinciales y los municipios”. En criollo, Monzó será el encargado de consolidar el armado nacional del PRO con miras a 2015, desplegando el campo de relaciones acumulado en sus años peronistas.
En el caso del Ministerio de Modernización del Estado, la designación aún no confirmada pero muy probable, en más alevosa aún. El nuevo organismo lo ocupará ni más ni menos que Andrés Ibarra, ladero de Mariano Nadorovsky en el Ministerio de Educación y luego Secretario de Recursos Humanos durante los primeros años de Mauricio Macri. Ibarra debió declarar ante el juez Oyarbide en la causa por las escuchas ilegales, ya que fue su oficina la que solicitó y firmó la contratación de Ciro James, aunque optó por tirarle la responsabilidad al ex Ministro de Educación Mariano Nadorovsky, funcionario que el macrismo decidió sacrificar para salvar a su líder. Se espera que desde este nuevo ministerio Ibarra motorice algunas acciones que el PRO buscará capitalizar dentro de dos años, en momentos en los que haya que renovar legisladores, diputados y senadores nacionales. Entre las iniciativas que se buscan de la nueva cartera están el reordenamiento de las estructuras y organigramas de la administración pública porteña y el posterior traslado de diferentes organismos, incluida la Jefatura de Gobierno, hacia la zona sur de la ciudad.
Durante la sesión de este jueves, 24 de noviembre, es probable que se terminen de abrochar algunas modificaciones al proyecto de presupuesto presentado por el oficialismo y así logren la aprobación. Lo mismo sucedería con el aumento del Alumbrado, Barrido y Limpieza que ya estaría acordado con buena parte de la oposición.