De la Redacción de ZOOM.- Este 17 de octubre sale a la calle Peronismo Kirchnerista, la nueva revista impulsada por la JP de la provincia de Buenos Aires y La Cámpora. ZOOM anticipa en exclusiva un fragmento del reportaje a Ottavis, secretario general de la juventud peronista bonaerense y alma pater de la publicación, quien afirma: «el desafío de la juventud del Bicentenario es ser protagonista».
—¿Cómo fue el difícil período que va desde el final del neoliberalismo en 2001 y la transición en 2002?
—En 2002, durante el gobierno de Duhalde, estaba militando con todo en el conurbano. Me puse a laburar muy de lleno en la Mesa Federal de Juventud. Había que echar al corachismo y para eso buscábamos incorporar a los compañeros del interior. Trabajamos mucho con Marcelo Santillán, que ahora va a ser diputado nacional por Tucumán; con Federico Aquino, que es candidato a diputado nacional por La Cámpora de Salta; con Daniel Jaime, de Santiago del Estero; con Jesús Salim, diputado provincial por Tucumán. Después llegó Néstor Kirchner. Yo siempre tuve mucha afinidad ideológica con Kirchner. A Cristina la vi por primera vez en Monte Caseros, hablando en la campaña por los hielos continentales. Fue impresionante escucharla.
—¿La aparición de Néstor dividió las aguas al interior del peronismo?
—Sí, sin dudas. Se empezó a dividir el peronismo y empezamos a juntarnos los que pensábamos que Kirchner tenía que ser el jefe máximo y los que pensaban que no, que debía ser Duhalde. Nosotros trabajábamos en la idea de construir una juventud kichnerista o peronista kichnerista. Empecé a militar fuerte en el esquema de Compromiso K, que era claramente un esquema contra el pejotismo, a favor del kichnerismo. Fuimos los primeros en usar la K como identificación. Recuerdo un encuentro en La Plata, ahí lo conozco al Cuervo, que era el referente de Juventud Presente. Ya empezábamos a vincularnos con Juan Cabandié, Wado De Pedro, Mariano Recalde. Con Mayra (Mendoza) empezamos a soñar, laburando los dos codo a codo en esa juventud de Compromiso K. Y empezamos a coordinar de manera más articulada con el Cuervo. Recuerdo que el primer video decía «Juventud Compromiso K, Jóvenes Radicales, Juventud Presente en La Cámpora», y el logo de La Cámpora era el logo de la K. Empezamos a conocer a Máximo y a los chicos que son los que militaron con Máximo toda la vida y que nosotros llamamos “pingüinos”. Empezamos a ser conducidos por ellos y a trabajar mucho más fuerte.
—En el contexto actual, ¿cuál es el rol que debe desempeñar la Juventud?
—Lo primero que tenemos que pensar es el momento que vive la Argentina. El rol de la juventud o el desafío de la juventud del Bicentenario es ser protagonista. En la historia siempre hay momentos en los que el clima está enrarecido: cuando va a pasar algo muy malo, o cuando va a pasar algo muy bueno. Seguramente el clima estaba raro el 23 de marzo del ‘76, o los primeros días de abril antes de Malvinas. Nosotros vivimos los días previos al 19 y 20 diciembre de 2001 y se sentía en el aire que algo terrible iba a pasar. Pero también, estoy seguro de que el clima estaba raro, distinto, el 16 de octubre de 1945, porque se estaba nutriendo una gesta popular como nunca había visto nuestro país. El 10 de marzo del ’73, antes de que gane Cámpora, lo mismo. Creo que hoy el clima está raro en términos de esperanza, algo nuevo se está formando en nuestra patria, que tiene que ver con el nacimiento de una etapa de profundización. Siempre que se gestó algo nuevo la juventud tuvo un rol. Hay una tradición de lucha juvenil que es innegable. Y nuestra responsabilidad es ocupar ese rol. Hoy se habla mucho de protagonizar la profundización. Pero lo primero que tenemos que preguntarnos es ¿qué es profundizar? Para nosotros profundizar fundamentalmente es romper paradigmas, es generar algo nuevo en una instancia establecida. Claro, es lo que hizo Kirchner desde el primer día, es lo que Cristina hace hoy. Cuando Kirchner eligió no ser empleado de las corporaciones profundiza rompiendo un paradigma, cuando Kirchner definió que no es él el candidato a presidente y que es Cristina profundiza rompiendo otro paradigma. Después, cuando Cristina nacionaliza las AFJP, cuando propone discutir la ley de medios, cuando establece la asignación universal, las netbook. Nosotros como jóvenes debemos profundizar rompiendo paradigmas y eso en primer lugar significa seguir organizándonos; tenemos una juventud organizada en el territorio, como dijo Cristina en Huracán: organizada en la transformación, organizada para cambiar. Kirchner dijo en 2003 que el cambio es el signo del momento que estamos viviendo, y para cambiar hay que organizarse. Ahí tenemos un segundo ítem de las responsabilidades de los jóvenes.
—En ese sentido, ¿cuán organizada está la juventud para acompañar la profundización de la que hablábamos?
—La organización de la juventud pasa por transformarse en un frente nacional de masas. Hoy La Cámpora significa la adhesión popular juvenil espontánea más grande que existe en la Argentina. Ahora, nuestro rol no sólo es organizarnos en función de un sistema orgánico como el de La Cámpora sino que nuestro rol debe ser darle a esa organización contenido político. En términos del peronismo, el contenido político pasa por darle a Cristina la magnitud de jefatura real del peronismo. La derecha, las clases dirigentes minoritarias, cuando quieren opacar lo que viene, empiezan a rescatar aquella idea de que todo tiempo pasado fue mejor. Entonces tenemos a Mariano Grondona, que para hablar mal de Kirchner habla bien de Perón; a La Nación, que para hablar mal de Cristina habla bien de Evita. Son trampas de la derecha. Es más, no debe faltar mucho para que empiecen a hablar bien de la juventud de los setenta para cuestionarnos a nosotros. Y la verdad, todo tiempo pasado no fue mejor. Nosotros tenemos que tratar de romper ese paradigma nostálgico de una Argentina minoritaria. Por eso nosotros decimos que el presente y sobre todo el futuro va a ser mejor. Y Cristina tiene junto a la juventud, los dos juntos, como actores de poder, la oportunidad histórica de construir el liderazgo político más importante de la historia. Por oportunidad histórica y también por circunstancias personales, porque es una presidenta coraje, pero sobre todas las cosas portadora de ninguna otra cosa más que su inteligencia y el amor del pueblo. Pero también del amor de su compañero, porque juntos, de su amor, nació el proyecto de esta nueva Argentina que hoy estamos empezando a transitar. Eso es la base maravillosa del peronismo, lo que ha surgido del amor entre Perón y Evita, y lo que ha surgido del amor de Néstor y Cristina. Hoy tenemos la oportunidad histórica de hacer que Cristina sea la mejor presidenta, la mejor estadista de la historia. Y para eso nosotros tenemos que ser el mejor pueblo, comunidad organizada y comprometida políticamente, y nosotros tenemos que ser el mejor espacio juvenil como caja de resonancia de los problemas sociales que se deben transformar en políticas públicas. Todo eso significa que la juventud de ahora tiene y debe ser mejor que la juventud de antes, y que Cristina debe ser mejor que Perón, que Evita y que Néstor.