Condecorado por su militancia en favor de los Derechos Humanos, Genoino fue fundador y presidente del PT. Hoy pugna por esclarecer las muertes y desapariciones durante la dictadura militar que sufrió Brasil entre 1964 y 1985. Y deja una frase en clave continental: «Tenemos que superar las divergencias entre los países de América del Sur: nuestros problemas no son entre nosotros».
De paso por Buenos Aires, como parte de la delegación del Ministerio de Defensa brasileño, José Genoino Guimarães Neto (Quixeramobin, Ceará, 1946), charló con Revista ZOOM acerca de la importancia y el fortalecimiento de la integración regional, así como de la creación de una Comisión de la Verdad para esclarecer las muertes y desapariciones durante la dictadura militar perpetrada en el Brasil entre 1964 y 1985.
José Genoino es actualmente Asesor Especial del ministro de Defensa del Brasil, Dr. Nelson Jobim, y un renombrado político de su país. Ex presidente del Partido de los Trabajadores (PT), y ex diputado federal por el estado de San Pablo, fue uno de los fundadores del partido gobernante. En los años ‘70 formó parte de la guerrilla de Araguaia en la selva amazónica, donde la represión dejó más de 60 desaparecidos durante la extensa dictadura militar brasileña.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó en 2010 al Brasil por no haber investigado la captura con vida, y posterior ejecución, de más de 60 guerrilleros entre 1972 y 1975. Por su militancia a favor de los Derechos Humanos, el Ejército de su país, a través del ministro de Defensa, condecoró en mayo pasado a José Genoino con la Medalla de la Victoria, en una ceremonia realizada en Río de Janeiro.
—¿Cómo visualiza el proceso de la integración suramericana en curso, y cuáles considera que son los desafíos?
—La integración suramericana es un sueño que se está concretizando y en particular en el caso de la Defensa se ha avanzado mucho. Estuve participando de la reunión del Consejo de Defensa Suramericano en Lima a comienzos de mayo, y allí se coordinó la instalación de su Centro de Estudios Estratégicos, con sede en Buenos Aires, que es esencial para viabilizar la integración en el plano de la Defensa para que, como región, tengamos un pensamiento común que contemple los intercambios de informaciones y la revalorización de nuestras identidades. En este caso, la integración es fundamental en el ámbito de la defensa para que definamos la cooperación entre nuestros países y proyectar una imagen de la región hacia afuera. Entre nuestros países tiene que dominar la cooperación, el consenso y una integración real, fuera de las declaratorias a las que estamos acostumbrados.
—Al decir integración real, ¿se refiere a una integración que incluya verdaderamente a la ciudadanía de nuestros países?
—Claro, por ejemplo, en el caso de nuestras fuerzas armadas, tienen que tener mandos democráticos, para que podamos establecer una legitimidad y una relación armónica con el pueblo, y no más como represoras del pueblo, como lo fue en el pasado.
—En ese sentido, ¿cuál es el papel que debe asumir Brasil como hermano mayor en la región?
—Brasil está trabajando para que esta integración se viabilice y que sea democrática y socialmente justa, rescatando nuestros lazos de identidades. Los lazos de las fuerzas armadas con el pueblo tienen que revisarse. Nosotros tenemos que criticar el pasado de represión y de violencia, entendiendo que la defensa nacional debe estar con el pueblo y no contra él. La defensa nacional deber ser disuasoria y para defender los intereses nacionales y no para reprimir a su propio pueblo.
—En relación con los archivos de los gobiernos militares, ¿cuál es su opinión respecto del ocultamiento de sus contenidos hasta el momento?
—Nosotros estamos trabajando para que en poco tiempo tengamos una Comisión de la Verdad. Para ello estamos impulsando que el proyecto sea aprobado en el Congreso, que está actualmente en la Cámara de Senadores. Instalar la Comisión de la Verdad en la brevedad ayudará a rescatar la memoria y la verdad institucionalmente. Es un rescate transformador para instalar a las futuras generaciones; por lo tanto, en ello están trabajando los ministerios de Derechos Humanos, de Defensa y de Justicia, para alcanzar un acuerdo para viabilizar la aprobación de la Comisión de la Verdad.
—¿Qué opina sobre los avances del Mercosur?
—Yo creo que la integración es un camino irreversible, es un camino inexorable. Hemos superado divergencias y sus problemas, para fortalecer la integración. En ese sentido, creo que la Unasur asume un papel más político, donde el Consejo de Defensa cumple un papel estratégico. Tenemos que avanzar en los mecanismos económicos, financieros y comerciales del Mercosur, inclusive ampliando la integración de algunos países con este organismo, como por ejemplo a Colombia, así como a Venezuela, que está cercana a su incorporación. Tenemos que superar las divergencias entre los países de América del Sur: nuestros problemas no son entre nosotros. Debemos cooperar entre nosotros para defender nuestras riquezas, recursos y sobre todo, nuestros pueblos.