Al cumplirse 35 años del inicio de la dictadura más sangrienta que tenga memoria esta sociedad, también será el primer 24 de marzo sin Néstor.
Como todos los años, marcharemos con nuestros compañeros, abuelas, organismos de derechos humanos y miles de compatriotas que marchamos por verdad, memoria y justicia.
Tal vez la prueba palmaria de que no nos han vencido será la masiva participación de los jóvenes, que es cierto que todos los años ha sido el distintivo, pero en este 2011 me parece que va a ser sustantiva la enorme politización de esos jóvenes.
Esta marcha nos encuentra en pleno debate y en vísperas de una elección que no será cualquier elección, ya que se están discutiendo dos modelos de país. En uno de ellos hay una política de derechos humanos y en el otro se pretende volver al pasado.
El mejor homenaje que le podríamos hacer a Néstor mañana es dejar de marchar como pequeñas islas y ser una sola y enorme columna que llegue desde Congreso a Plaza de Mayo.
El otro deseo es que para el próximo 24 de marzo estén todos los asesinos juzgados y condenados y cumplan sus condenas en cárceles comunes, para sí poder dar vuelta una de las páginas más negras de nuestra historia.