Una bochornosa despedida de «la máquina de impedir»
Esta semana se terminan las sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación, y con ello el fracaso absoluto de la oposición. Recordemos cuando en diciembre del año pasado, por asalto y forzando todo tipo de interpretación de los mínimos códigos de convivencia en la vida parlamentaria, los opositores se apoderaron de casi todas las comisiones, en especial las estratégicas.
Ya nada queda de aquel supuesto bloque opositor homogéneo que se configuró por obra y arte de Héctor Magnetto y el Grupo Clarín. De aquello que pretendió ser la nueva “unión democrática” sólo quedan trompadas y gritos, porque más no pueden presentar y proponer al peublo.
A partir de la nueva relación de fuerzas en el Congreso, que se dio luego de las elecciones de junio de 2009, los opositores argumentaban que se viviría una sana vida parlamentaria y no sería más una escribanía del Ejecutivo. Para eso habían constituido una mayoría aunque sea circunstancial, pero mayoría al fin.
De todas formas, no han podido aprobar ninguna ley importante que le moviera el amperímetro al Gobierno. Con el circo que armaron con el proyecto de presupuesto para el 2011 presentado por el Ejecutivo, terminaron de demostrar que son el fracaso en persona y que no son otra cosa que la máquina de impedir como gustaba decir Néstor Kirchner.
Y fue la muerte del compañero Néstor Kirchner lo que agudizó las contradicciones de la oposición y hoy los encuentra, como nunca antes, sin rumbo. Han perdido al hombre que los ponía en el centro de la escena política. Y sin el Kirchner demonizado que crearon junto a los medios de prensa hegemónicos, hoy tienen que laburar, pensar, proponer, proyectar y enviar mensajes alternativos a la sociedad. Pero claro, nada de eso pueden hacer, porque estaban acostumbrados a denuncias mediocres, oportunistas y sin pruebas, a descalificar esperando que le bajen el guión y la línea desde el magnetismo.
Y es justamente Magnetto otro que también se encuentra en una gran encrucijada: si no atiende los graves problemas que se le están acumulando (Papel Prensa, lavado de dinero, Fibertel, apropiación de hijos de desaparecidos, descrédito generalizado de sus medios, etc), se encontrará con la dura realidad en 2011. No tendrán candidatos, mientras que la imagen positiva que tiene la sociedad de Cristina, de su gestión de gobierno y del proyecto iniciado en 2003, crece sin prisa y sin pausa en las encuestas nacionales.
Con este panorama la Presidenta inaugurará las sesiones ordinarias de 2011, donde ya estarán en la vidriera varios candidatos y seguramente la tenga a ella como máxima figura. El grupo ya no será A sino A B C D, que es lo que en realidad siempre fueron, incluso luego del 28 de junio de 2009, simplemente que pretendieron ser primera minoría, cuando en realidad eran un rejunte de oportunistas con dos objetivos: no dejar gobernar y asaltar el poder parlamentario.
Por suerte, algunas caretas comienzan a caerse y 2011 lo van a ver por TN.