De la Redacción de ZOOM. Estela de Carlotto presidió la comitiva de Abuelas que viajó a Neuquén a inaugurar el Paseo que la ciudad les dedicó por iniciativa del gobierno comunal que encabeza el Intendente Martín Farizano. El reconocimiento a una lucha que va más allá de los premios internacionales.
Una semana después de conocido el ganador del Premio Nobel de la Paz 2010, que apagó la ilusión de las Abuelas y de muchos argentinos por verlas galardonadas con esa distinción, las incansables luchadoras por los derechos humanos marcaron un nuevo hito en su trayectoria, que ya está más allá de los premios y de los grandes títulos. El pasado sábado, el Intendente de la ciudad de Neuquén Martín Farizano y la Presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, inauguraron la primera etapa del “Paseo de las Abuelas de Plaza de Mayo», ubicado en el ingreso a Neuquén capital sobre la calle Primeros Pobladores.
Del acto participaron además la protesorera de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Buscarita Roa; los nietos recuperados Alejandro Sandoval Fontana y Horacio Pietragalla Corti; el Secretario de Derechos Humanos y Sociales, David Lugones; funcionarios municipales y provinciales, concejales de diferentes bloques, autoridades de localidades vecinas, dirigentes gremiales y de organismos de derechos humanos.
En la ocasión, se plantaron los primeros 15 árboles del Paseo, un proyecto por la vida y la memoria que continuará hasta plantar 102 ejemplares; la misma cantidad de nietos que fueron recuperados hasta ahora por las Abuelas de Plaza de Mayo. Y ya está previsto el espacio para plantar los árboles que referencien a los nietos que todavía falta recuperar.
Carlotto transmitió el saludo de todas las Abuelas a los neuquinos, recordó los 33 años de lucha de la Asociación y pidió disfrutar con “inmensa alegría” la creación del Paseo: “El hecho de buscar vida nos hace vivir, tener confianza, optimismo. Cada nieto es un festejo, cada encuentro es un festejo. Esta tierra en la lejana Patagonia, regada por el esfuerzo de gente buena, es una tierra bendita. Hoy hablamos de 102 árboles, pero cada vez que un nuevo nieto aparezca, otro árbol se va a plantar. Y dentro de muchos años, cuando los niños puedan jugar aquí, preguntarán quiénes fuimos las Abuelas y se les tendrá que contar por qué existimos y qué nos paso a los argentinos para que no nos vuelva a pasar”. Por último, agradeció a las autoridades municipales por la iniciativa de crear el Paseo.
El Intendente Farizano dijo que los argentinos deben dar un “gran combate” en la mente y el corazón de la gente: “Hay que construir tolerancia. El genocidio en Argentina se produjo por una concepción que tiene que ver con ignorar al otro, con la exclusión, con la miseria. Se las suprime y si hace falta, se las hace desaparecer. Por eso el combate que tenemos que dar es el de instalar la tolerancia, la paciencia, la búsqueda de consenso. Es el arma de los débiles en contra de los poderosos. Quienes queremos la igualdad y la inclusión tenemos que fortalecer las armas de quienes están en situación de indefensión. Para que nunca más se vuelva a repetir la tragedia en el país”.
El nieto recuperado Alejandro Sandoval Fontana expresó su agradecimiento a los neuquinos por la creación del Paseo y a las Abuelas por el trabajo que realizan: “Cada vez que se plante un árbol por cada nieto que se recupere se irá generando la memoria que necesitamos para no permitir que vuelva a suceder lo que pasó en este país”, dijo.
Por su parte, el secretario de Derechos Humanos del municipio, David Lugones, agradeció la presencia de Abuelas y de Nietos Recuperados en Neuquén:“Sabemos que vivimos en una tierra árida, tanto como ha sido el dolor de los nietos. Pero sepan que estos árboles crecerán con el cuidado de cada uno de nosotros. Y cada vez que vengan a Neuquén, esta ciudad los va a recibir con los brazos abiertos”. También recordó al Obispo Emérito de Neuquén, Don Jaime de Nevares, y a los dirigentes que defendieron los Derechos Humanos en Neuquén durante la dictadura. Más tarde, el Intendente entregó a las Abuelas la bandera de la ciudad.
Para finalizar el acto, Farizano, Carlotto, Roa, Lugones, Sandoval Fontana y Pietragalla Corti, entre otros, plantaron los primeros árboles del Paseo.
Diseño
El diseño del parque estuvo a cargo del paisajista Fabio Márquez, cuya idea central consistió en que las especies plantadas puedan ser combinadas para que el Paseo ofrezca distintas imágenes como colores otoñales o flores primaverales, según las épocas del año. Los árboles elegidos fueron Aguaribay, Ciprés Arizónico, Roble Americano, Álamo Plateado y Crespón.
No todo el Paseo contará con árboles: quedará un importante espacio vacío a la espera de los futuros árboles que celebrarán la recuperación de nuevos nietos por parte de las Abuelas, cuya búsqueda no sabe de abandonos sino sólo de esfuerzos, firmeza y coherencia.
Una vez culminado, el Paseo tendrá áreas con juegos infantiles y espacios de recreación y esparcimiento para las familias.
Para lograr este nuevo espacio verde se realizó una limpieza del terreno contiguo a las vías del ferrocarril. Se colocaron 2.000 metros cuadrados de panes de césped, se construyeron 1.000 metros de veredas perimetrales y se colocaron 30 bocas de riego por aspersión.
Los nietos
En mayo de 2003, Horacio Pietragalla Corti se convirtió en el nieto N°75 recuperado por las Abuelas. Fue el primero, además, que resolvió dar él mismo a conocer el anuncio a la prensa. Sus padres fueron militantes de Montoneros: Horacio Pietragalla, asesinado en Córdoba por la Triple A; y Liliana Corti, quien fue muerta el 5 de agosto de 1976 en la localidad de Villa Adelina por fuerzas de la dictadura.
Horacio fue apropiado por un represor, el entonces teniente general Hernán Tefzlaff, cuya familia no aceptó al niño. Finamente, la empleada doméstica de la casa pidió el niño y se lo entregaron. Desde entonces vivió con –como él la definió- su «madre del corazón» y una hermana, hija biológica del matrimonio que se constituyeron en sus padres, quienes le dieron “todo lo que se puede dar a un hijo», según relatara Horacio en 2003.
La historia de Alejandro fue diferente. En un principio se resistió a los análisis de sangre y hasta hizo fracasar un operativo judicial de búsqueda de su ADN. Finalmente, superó lo que él mismo denominó como una ”culpa” transferida por sus apropiadores, se sometió a los estudios genéticos y se convirtió en el nieto recuperado N°84.
Alejandro nació en Campo de Mayo, donde su madre había sido trasladada desde el centro clandestino de detención El Atlético para dar a luz. Estuvo con ella durante tres meses y en abril de 1978 fue entregado a sus apropiadores, el entonces comandante mayor de la Gendarmería, Víctor Rei y su mujer, Alicia Arteach.
Los padres de Alejandro eran militantes políticos oriundos de Nogoyá. Se llamaban Liliana Fontana y Pedro Sandoval. Pertenecían al Frente Revolucionario 17 de Octubre.