Luego del discurso de Barack Obama el martes pasado, la empresa British Petroleum (BP) accedió a crear un fondo de compensaciones y ha comenzado -aunque muy dificultosa- la limpieza. Pese al interés expresado por Obama, aquí una solución que no fue tenida en cuenta por el gobierno estadounidense.
Debo admitir que influye mucho sobre mi pensamiento, el valor de lo simbólico que no sólo me impresiona y me alecciona, sino que también me impulsa a obtener algún tipo de conclusiones que seguramente pueden pasar desapercibidas para otros. Seguramente la fina sensibilidad del lector, advertirá la razón del contenido de la siguiente nota, que avanza un paso más en la difícil cuestión de nuestra relación con la Naturaleza: la cuestión ambiental, los recursos naturales y su aprovechamiento y la defensa de esos recursos frente a la voracidad de los grupos concentrados de poder. En fin, la supervivencia de la propia humanidad y de los seres vivos que nos acompañan en nuestra alocada carrera hacia un destino de “gloria” en términos de un sabio equilibrio que permita la supervivencia; o hacia el sombrío papel que jugaremos en una irremediable extinción de las actuales condiciones de vida en el Planeta Tierra.
Hace unos días, escribí para esta misma Revista Zoom, un artículo que titulé Una mancha… sin ningún Quijote. Allí decía al final: “Mientras tanto, sigo buscando la posibilidad de encontrar un Quijote (o una solución quijotesca) que salga al ruedo para desfacer el entuerto de esta nefastísima mancha… o de las que pudieran ocurrir en el futuro”. Y ayer tomo conocimiento que, al parecer, una suerte de moderno Quijote habría aparecido con una solución quijotesca, que de ningún modo terminaría, pero sí al menos mitigaría en parte, las terribles consecuencias de la mancha de petróleo en el Golfo de México. Se trata de Kevin Costner, a quien conocemos por su labor como actor y director de cine.
Costner, de manera mucho menos conocida ha llevado a cabo por años y en forma paralela a su carrera cinematográfica, una actividad empresarial (está graduado en administración de empresas) junto con su hermano Dan (de formación científica) en relación con la tecnología de separar componentes oleosos del agua, de gran utilidad en distintos tipos de industrias. El interés por este tipo de tecnologías se despertó en Costner después del desastre ecológico del Exxon Valdez en 1989. Para ello, en 1993, invirtió unos 24 millones de dólares en la transferencia de las patentes de esta tecnología por parte del Departamento Nacional de Energía de Idaho.
El desarrollo industrial, fue realizado por una empresa que fue denominada Costner Industries Nevada Corporation (www.cincmfg.com), que generó varias versiones de máquinas centrífugas, desde el modelo V02 hasta el V20, que también son comercializadas por la nueva empresa Ocean Therapy Solutions (www.ots.org), que desde el momento en que se produjo el desastre de la plataforma Deepwater Horizon, ofreció esta alternativa al Comité de Ciencia y Tecnología del Congreso estadounidense, por parte del propio Kevin Costner, sin resultado. Al respecto, comentó: “He dado este paso como ciudadano americano. Si las agencias del Gobierno no hacen nada, si se niegan irresponsablemente a recurrir a esta técnica que hemos desarrollado, se la proporcionaremos directamente a BP para que haga limpieza lo más rápidamente posible”.
Parecieran estar fuera de la utopía: “Nuestras máquinas no le darán a Estados Unidos una solución de la noche a la mañana para eliminar el vertido. Pero sí podemos asegurar una reducción importante en los niveles de contaminación causados por el derrame”. Estas nuevas declaraciones las hacía el cineasta y empresario, este fin de semana en Port Fourchon, Louisiana, en el momento en que tres de las treinta y dos máquinas V20CIP que ya le había vendido a la BP, luego de su fracaso en el área estatal, ya estaban siendo internadas en el mar provistas de GPS que las ubicarán en los lugares de mayor concentración de crudo. El device V20, del cual se pueden obtener sus especificaciones técnicas en los sitios web indicados, es capaz de separar petróleo del agua a una velocidad de 210.000 galones (unos 800.000 litros) por día.
Hasta aquí, sólo estaríamos frente a una clásica historia típica de la american way of life. Con el ingrediente novedoso, de que el empresario que interviene en un determinado tema, es un notable y conocidísimo actor y director cinematográfico, que si bien también ha invertido cuantiosas ganancias en la industria que le dio fama internacional, al mismo tiempo lo ha hecho en una actividad a la que muy pocas personas en el mundo le prestarían casi atención: la separación de fases en mezclas de agua contaminada. Al parecer, sensibilizado por el desastre ecológico de la Exxon. Y de esto se trata mi alusión a lo simbólico. Es cierto que un artista debe tener desarrollada en alto grado su sensibilidad, pero hay pautas más que interesantes en la consideración de este artista en particular.
Además de esa sensibilidad frente a la gran catástrofe del petrolero Exxon Valdez, me llama la atención que en su biografía figuren expresamente “mezclados” sus ancestros alemanes, irlandeses y cherokees. Pero mucho más me llama la atención la “selección” de roles por los cuales lo conocemos en su labor cinematográfica. Se dice que los actores van en busca de los personajes. Pero también es cierto que los personajes van en busca del actor. Así, en la película Waterworld, Costner interpreta el personaje de Mariner que dirige a los humanos que sobreviven en el mar, porque los polos se han derretido y los continentes han desaparecido como consecuencia del calentamiento global. En Bodyguard (El guardaespaldas) Frank Farmer (granjero) es un “salvador de vidas” que van desde un emblemático presidente, a la de una cantante de la cual se enamora. Amor al cual renuncia, para seguir dedicándose a “librar de todo mal” inclusive a un obispo.
Pero sobre todo es en Dances with wolves (Danza con Lobos) donde interpreta al Teniente Dunbar quien es enviado a un puesto adelantado en las tierras de los sioux, donde queda aislado. Allí, traba relación con un lobo y luego con los propios sioux, con quienes termina conviviendo. En la tribu, adquiere una nueva visión sobre los conceptos de vida y valores que había sustentado hasta ese momento y, por supuesto, una nueva visión acerca de la naturaleza, incluyendo la sutil relación entre el hombre originario de la tierra y su principal fuente de sustento en forma de las manadas de buffaloos que habían comenzado a ser diezmadas por la irracionalidad del hombre blanco. Cuando finalmente el Ejército vuelve a tomar contacto con él, sufre la incomprensión y aún la tortura de los burócratas que existen en casi cualquier organización.
Y por eso, se me ocurre que toda esta actitud frente a la catástrofe ecológica, también tiene su costado simbólico. Kevin Costner, inevitablemente mimetizado con sus personajes más famosos: ¿Es Mariner preocupado porque en el océano en que vive se ha derramado petróleo y con esa contaminación brutal, ni siquiera allí la vida será posible? ¿Es Frank Farmer “arriesgándose” una vez más por salvar vidas? ¿O es el Teniente Dunbar, adquiriendo su nuevo nombre sioux de Bailando con Lobos y entendiendo que se caza lo que se necesita y que salvo el lobo humano en forma de burócrata que puede llegar a desconocer al héroe, los verdaderos lobos no son más que una compañía (devenida hoy en perro) desde los orígenes del hombre?
¿O simplemente es Kevin Costner, el graduado en administración de empresas y cineasta exitoso en un nuevo business que está sólo comercialmente relacionado con una catástrofe ecológica? Hay señales de uno y otro lado: “…siempre me han bloqueado los burócratas”, dijo Costner y añadió: “…no esperaremos a que el problema llegue a nuestra puerta, iremos a confrontarlo”. El intento de los Costner y de sus nuevos socios, podría ser que sólo quede en eso: un buen intento y nada más. El estupor inicial, la inevitable autosuficiencia de los poderosos y la estupidez que lleva a la inacción, han dejado transcurrir demasiado tiempo desde el comienzo del derrame y las corrientes marinas ya han llevado alquitrán hasta La Florida y otros sitios costeros. La inmensa mancha de petróleo ha llegado a las aguas abiertas del Océano Atlántico, a donde los V20 de este quijotesco Costner, no podrán hacer nada.
Una vez más, pareciera ser que los “gigantes” continúan siendo molinos de viento. Y que los habituales “quijotes” del ambiente y la “ecología”, todavía no los han advertido ni a unos ni a otros, sólo porque están en el centro mismo del imperio que los alienta. Ya se sabe que cuando los gigantes bajo la forma de molinos de viento son enfrentados por los verdaderos Quijotes, sólo provocan la quebradura de nuestra lanza. Pero es bueno pensar que seguir danzando en medio de los lobos, nos lleve a imaginar un futuro más promisorio para la humanidad.
*Biólogo. Docente universitario e investigador. Asesor educativo, conferenciante y divulgador científico. Miembro de diversas asociaciones científicas, profesionales y gremiales. seleme@telecentro.com.ar www.alchemium.com.ar