Un discurso bisagra

“La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural”
Federico Fellini

Una vez, el actual Secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, por ese entonces diputado nacional, me expresó algo así como que, algún día, “los discursos de Cristina estarán en la biblioteca al lado de los libros de Arturo Jauretche”. Y a la luz del discurso de la Presidenta, en el inicio de las sesiones ordinarias en el Senado, no creo que haya exagerado.

Ya que tanto acuden los “medios opositores”, como los llama la Presidenta, a las formas y no al fondo de las cuestiones, también nosotros debemos reparar entonces en las formas. Una mujer, sin libreto, presionada hasta el hartazgo, sentada frente a un parlamento hostil y beligerante, junto al enemigo interno Julio Cleto Cobos, expuesta en cadena nacional a todo el país, desprotegida ante los zócalos malintencionados de los canales de TV, expertos en sacar frases de contexto, y con una oposición furibunda, que esperaba en silencio la contraofensiva luego del discurso, sabiendo que harían cola frente a las cámaras televisivas para decir cosas que nadie, nunca, podrá retrucar públicamente.

Cristina hablaba para luego ser lapidada por la oposición como María Magdalena. Lo sabía, pero no calló, bien por ella.

Pero no me quiero olvidar de algo fundamental si seguimos hablando de las formas y no de los contenidos: la presidenta habla sin papeles, lo que le da mayor fortaleza y credibilidad a sus palabras; hila y desarrolla conceptos magistralmente, lo suyo es una cátedra del discurso político.

Sin embargo, la clase política, y en particular la ausente con aviso, Elisa Carrió, rellena de odio y de envidia, nunca lo reconocerán. Cristina Fernández es demasiado para la mediocre clase política de este país.

¿Cómo puede ser que teniendo tanta evidencia conozcamos tan poco?, se pregunta el lingüista y uno de los máximos pensadores contemporáneos, Noam Chomsky en relación al problema de los mecanismos modernos de distracción y manipulación de la opinión pública. Acá la pregunta sigue siendo la misma.

La evidencia de que este gobierno no es lo que se muestra en los medios, está frente a nuestros ojos. Las razones fueron enumeradas por la presidenta en su discurso. Tan solo hace falta hacer memoria y comparar.

El pensamiento liberal caló hondo en nuestra sociedad en la época del “todo por 2 pesos” y perdura. El pensamiento de la clase dominante, es el pensamiento dominante de esta época. Hasta para los que, sin beberla ni comerla, piensan que la situación social no esta emparentada a la política, sino a las condiciones económicas internacionales, o al precio de los comodities. ¡Pero si vivimos sumidos en la peor crisis internacional desde la década del ‘30!

¿Cómo es posible que una gran parte de la población todavía no asocie las mejoras sociales y económicas a la acción política y al rol del Estado? Y esto es una reivindicación histórica, gobierne quien gobierne.

Solo me queda pensar que, ante la unidad desfachatada y oportunista de casi toda la oposición, el escenario es bipolar (sí, como Carrió): o se está con el oficialismo o con la oposición. No ha quedado lugar para los grises, lamento auto comunicármelo.

Alguien decía sabiamente, en relación al rol de la oposición en el Congreso con las Comisiones parlamentarias, “como todos los equipos juntos sacaron más puntos que el campeón Banfield, neguémosle el título”. Así se comporta la oposición, en una amontonada que sería pura comedia, si no se tratara de los destinos de la patria.

Este país farandulero y mezquino necesita una profunda autocrítica. Como dijo la Presidenta en su discurso, ¿no podremos elegir vivir en el “país real”? Con todos los desafíos que eso implica: la recuperación de los recursos naturales y la soberanía, terminar con la pobreza y la indigencia, terminar con esta economía manejada por el mercado, en donde si aumentan las jubilaciones, aumentan los medicamentos, y si hay asignaciones universales, se aprovecha para universalizar el aumento de la carne, las verduras y los “lujos” de las clases pauperizadas.

Sería bueno poder dejarle el “país virtual y mediático”, a modo de reality show, a la tilinguería vernácula que repite por tontos el discurso de TN para aparentar que tiene algo en la cabeza.

Para la concepción mercantilista de las clases dominantes, o de las mentes colonizadas por sus aparatos ideológicos y culturales, el que no piensa como ellos, siempre recibe algo a cambio, claro, ellos no conciben el actuar por ideales, por convencimiento, por fuerza de la razón y no de la fuerza.

Me asusta el pensamiento clasemierdero de este país, me deslumbra el discurso de Cristina, no tengo opción, antes que parecerme a ellos, prefiero, aunque sea con estas palabras, ser acusado de choripanero oficialista.

Este país no te merece, Presidenta. ¿Puede ser que estos tipos nos impidan tener el lujo de reelegirte en el 2011? Esperemos que esté en nuestras manos, y en el plan del gobierno, y no en manos de TN y la oposición. Ojala el año del Bicentenario deje sentado un nuevo paradigma político: el de la inteligencia.

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