Los comicios legislativos arrojaron una bola envenenada para el oficialismo nacional. A pesar de ser la primera minoría, el kirchnerismo redujo su caudal de votos y perderá la primacía en el Congreso. Se abre una nueva etapa. Los interrogantes mayores son el destino de los postulados levantados desde 2003 y con qué virulencia pasarán a cobrar los sectores concentrados de la economía.
Ganó Biolcatti. Reutemann y Cobos, los estelares desertores de las filas kirchneristas en el debate de la resolución 125, se proyectan como los candidatos a Presidente que dirimirán el ballotage en 2011.
Ganó la patria contratista. Porque Macri mantuvo la hegemonía PRO en Capital, se instaló como constructor de la alianza con Solá y De Narváez triunfante en territorio bonaerense y porque es el tercer presidenciable en disputa. Aunque más cerca de buscar la reelección a jefe de gobierno porteño.
Ganaron los monopolios. Porque un Gobierno golpeado tendrá aun menos fuerzas para pelearle al poder concentrado. La casi imposible aprobación de nuevas leyes de Servicios Audiovisuales y de Entidades Financieras es una prueba de esta relación de fuerzas.
Ganaron Manzano y Nosiglia. Porque el socio del mendocino icono del menemismo y el títere del monje negro radical se florearon en la tarde del 28 de junio.
Ganó Menem. Aunque ya no exista y nadie se haya acordado de él, también es parte suya cualquier victoria de la antipolítica en la Argentina. Y eso son Reutemann, Michetti, De Narváez…
Con estos ganadores, nos preguntamos qué les espera al 15% de los argentinos que viven en villas o asentamientos; al 62% que no tiene cloacas; al 58% que vive sin gas natural o al 33% que carece de agua potable.
Tras el estallido de 2001, emergió una sociedad que parece estar dando señales cada vez más claras y ominosas sobre qué se debe hacer con ese 28% de la población que vive en la pobreza, de la cual el 10% es indigente.
¿Desde qué anclaje político se van a defender, en el nuevo mapa que configuran estas elecciones, las víctimas del perverso diseño político, social económico del período 1976-2001?
¿Qué actores políticos bregarán por el fortalecimiento de un Estado que debería mediar en un país donde de cada 100 pesos existentes, los 20 habitantes más ricos se quedan con 52 pesos y los 20 más pobres con solo $4?
Desde el llano, desde la militancia, la necesidad de responder a estas preguntas requiere construir las herramientas para contrapesar un escenario donde los sectores de ingresos fijos y las franjas más vulnerables de la sociedad amanecen hoy más desamparados que antes de este negro 28 de junio.
La tarea es urgente. Los ganadores de ayer están ansiosos por pasar a cobrar desde mañana mismo.