BAndo-neon es uno de los nuevos espacios de la blogósfera política. Dedicado a auscultar la ciudad, en este artículo se adentra en la crisis de gestión del Ministerio de Salud porteño y la interna entre funcionarios.
Después de más de nueve meses al frente del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, el Dr. Jorge Lemus pretende barajar y dar de nuevo. Aislado, en el piso 12 de Carlos Pellegrini 313, solo parece quedarle el respaldo de un sector de Médicos Municipales. Peleado con Rodríguez Larreta, sin línea directa con el bloque del PRO en la Legislatura y con una mala relación con importantes sectores de la oposición del distrito que ya le solicitaron la renuncia, no parecen ser muchas las cartas que le restan por jugar al ex funcionario de Carlos Menem.
Hoy, para propios y extraños, los denominadores comunes en estos 180 días parecen ser la desidia, la carencia de conducción y la casi asombrosa ausencia de equipos y cuadros técnicos capaces de llevar adelante un organismo, que cuenta con el segundo presupuesto de la Ciudad y del cual dependen 33 hospitales y más de 40 centros de salud.
Una excursión al Mundo Lemus
Jorge Lemus llega al Ministerio con un macrismo sin cuadros propios relevantes en el área de Salud. Así, la elección del ex Director del Hospital Fernández, surgió casi por decantación. Esta debilidad inicial es la que no le permite discutir el formato de la nueva estructura, que quedó virtualmente dividida en dos Subsecretarías: la de Atención Integrada de Salud, a cargo del ex Subdirector del Fernández y hombre de su confianza, el Dr. Miguel Ángel Schiavone; y la de Administración del Sistema de Salud, con el radical Carlos Sciarrotta a la cabeza, quien políticamente respondía a Rodríguez Larreta.
No es necesario ser demasiado lúcido para comprender que si la atención va por un lado y el dinero por el otro, esas paralelas nunca se cruzarán.
Así, los difíciles primeros meses transitaron entre las denuncias por la falta de insumos (que, entre otras cosas, llevaron a que “en el Hospital Gutiérrez las infecciones intrahospitalarias en terapia intensiva hayan aumentado en casi un 12 por ciento respecto del año anterior” según una denuncia de la Asociación de Profesionales de ese nosocomio) y la presentación del cuestionado Plan de Salud Mental, cuya fecha hipotética de implementación esta prevista recién para fines del 2010.
Sin embargo, la crisis política llegó a su punto máximo hace cuatro semanas cuando el Ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, le dijo al Diario Perfil, que los conflictos que enfrentaba Salud por el tema de la escasez de medicamentos y materiales de curación constituían un problema de falta de gestión y no de falta de plata.
Macri, entonces, llamó ese mismo domingo a Lemus y le recriminó la poca visibilidad del Ministerio. Simultáneamente, le encomendó a Rodriguez Larreta, que resolviera los cortocircuitos al interior de Salud, con el menor costo posible.
El que saca no pone…
En el mayor de los silencios, Pedro Fioritti (Grupo Sophia) reemplazó a Carlos Sciarrotta en la Subsecretaría de Administración del Sistema de Salud.
Objetivamente, este cambio trajo algo de alivio a la administración. De hecho, Lemus casi ni se dirigía la palabra con el Subsecretario saliente. Pero Rodríguez Larreta, no está conforme y parece ir por más… Sigue pensando que éste es sólo un paso en la transición y que, a más tardar en dos meses, una vez ordenados los números y hecho el pasaje del 75% de lo que compra Salud para que lo maneje Hacienda, deberán producirse otras definiciones más sustantivas en el área.
Mientras tanto, y cuando muchos ya se autoperciben como ministeriables —entre ellos, un par de ex Directores de Hospitales e incluso algún funcionario que hoy habita en el gabinete del propio Lemus—, el ex del Fernández ya tiene decididas sus próximas dos medidas significativas:
1.- Le va a pedir la renuncia a la Directora de Servicios de Salud, la doctora Ángela Toscano, una funcionaria que venía de la época de Telerman, sostenida por el nosiglismo.
2.- Haría al menos un par de cambios de Directores de Hospitales (sobre todo apuntaría a aquellos que dieron su apoyo al abrazo simbólico de sus establecimientos ante la falta de insumos).
Habrá que ver si esta vez los tiempos juegan a favor del Ministro y consigue algo de oxígeno. Igual, el guiño a las universidades privadas para que sus alumnos puedan realizar las prácticas de medicina en los hospitales públicos en desmedro de la UBA, amenaza con hacer crujir la propia interna de Salud y extenderse a otros espacios del macrismo.
Mientras esto sucede en ciudad gótica, la gestión de cara al vecino —como le gusta decir al Ingeniero— está cada vez más lejos de arrancar…