Ya nunca me verás como me vieras

De la Redacción de ZOOM. Hicieron falta seis días de paro durante la semana pasada, para que la Comisión de Enlace Rural se diera cuenta que la enorme convocatoria que tuvo entre abril y julio no volverá a repetirse. El 8 de octubre, la increíble alianza de la Federación Agraria Argentina, junto a la Sociedad Rural, las Confederaciones Rurales Argentinas y CONINAGRO, cerró 140 horas de paro en San Pedro. A contrapelo de sus aspiraciones, los resultados no fueron positivos y significaron el primer desaliento para una mesa de enlace que mezcló durante meses a los sectores más enfrentados del sistema de producción agropecuaria detrás de un objetivo que ahora los perjudica. Sin lugar a dudas, la presencia de los productores en la ruta fue claramente menor a la de los cortes de abril, mayo, junio y julio de este año.

A pesar de la desazón, los presidentes de las cuatro entidades del campo hablaron ante productores de todo el país (unos 10 mil, según los organizadores del encuentro), entre los que participaron, también, legisladores de partidos opositores y del justicialismo disidente, todos reunidos en la intersección de las rutas 9 y 191, en San Pedro, verdadero epicentro de los lamentos del campo. La primera señal de debilidad la dio el titular de la Rural, Hugo Luis Biolcati, quien afirmó que la crisis del campo «no sólo no terminó, sino que empeoró» y remarcó que al cardenal Jorge Bergoglio «le pediríamos que rece, pero por el Gobierno, para que terminen con su tozudez. Es una vergüenza que desde el Gobierno nos hayan dicho que le pidamos (a Bergoglio) que rece para que llueva», agregó, aludiendo a declaraciones del diputado Carlos Kunkel, y recordó en tono de amenaza que los productores «somos capaces de paralizar la comercialización» de productos del campo «sin cortar rutas».

En el caso de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi pidió que le expliquen «cuánto nos van a sacar y a quiénes le van a dar», así como la importancia de «dar prioridad al hambre y la indigencia en el país». El eje del reclamo de Buzzi pasó por pedirle al Gobierno que discuta «en serio la política agropecuaria», incluyendo temas como las retenciones, pero advirtió: «no sea cosa que volvamos a errar el vizcachazo, perder el tiempo y apuntar más a la tribuna».

Otro escenario

Lo cierto es que quedará en manos de investigadores saber si Buzzi tuvo un acto fallido o se refirió a lo menos dicho en el acto: que si rigiera la resolución 125, la misma por la que tanto criticaron y combatieron, ahora les iría mejor. Ahora el escenario es otro. La crisis financiera provocó una caída del precio internacional de los granos y la soja bajó casi un 40% desde los niveles récord de julio pasado, cuando los mismos líderes llorones de hoy, eran soberbios defensores de la argentinidad, amparados en una enorme presencia mediática y con el apoyo activo de clases medias urbanas como la porteña, que a 6 meses del conflicto, continúa sin entender la gravedad del tema, el mismo contra el cual batió cacerolas.

Sin embargo, los tiempos han cambiado y la erosión es pareja para todos. A esa insalvable contradicción se suma el hartazgo social por los cortes y el desabastecimiento que provocaron. Además, no son pocos los que también se cansaron de Alfredo De Angeli, el mediático titular de la Federación Agraria de Entre Ríos, que encabezó el conflicto y emergió como líder natural del lock out y que a dos meses de lo que ellos consideran una epopeya, ya reconoció que no tiene reparos en ser candidato a intendente o gobernador. Más allá de las polémicas posiciones de este productor que alquila los campos que fueron del empresario telepostal Alfredo Yabrán, lo cierto es que De Angeli ya no es la figura fresca que apareció allá por marzo y abril, cuando el conflicto estalló tras la aplicación de la Resolución 125 de retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias.

Entre errores, torpezas y oportunismos, “el campo” se ha erosionado más de lo esperado desde que el vicepresidente Julio Cobos votó en contra del proyecto del gobierno por el que resultó electo. Son muchas las terminales que ahora conducen a la derrota. Quizás por eso, los propios dirigentes rurales dejaron de hablar tan duro del gobierno y empezaron a echarle la culpa a la crisis. Durante el acto-asamblea, Buzzi dijo, dirigiéndose a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner: «estamos a tiempo de que a partir de mañana se pueda conversar, discutir, ponernos de acuerdo». Las negociaciones ya están en marcha, los precios serán distintos y vaya a saber si la Comisión de Enlace Rural siga existiendo el año que viene.

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