Vuelve la alegría

Hace un tiempo era una intuición o una sospecha. Ultimamente, cada vez parece más cierto que hay una fuerte recuperación del espíritu militante. Por lo menos en los que jugamos de este lado, y hablo de lo nacional, lo popular, lo democrático.

Uno que viene con unos cuantos años encima en esto de cinchar por lo colectivo, comprueba que hay un entusiasmo generalizado y que, sobre todo, se están incorporando muchos jóvenes. Y eso sí que es prometedor.

Hay reuniones y actividades por todo lados. Más en estos días que se estuvo coordinando la movilización de esta tarde por la Ley de Medios Audiovisuales. Sin embargo, bien vale hacer cuentas. Desde el 1° de marzo, a la que podríamos denominar la primera movilización del año, cuando la apertura de sesiones en el congreso, hasta hoy llevamos más de quince movilizaciones. Aquel día en el parlamento, la presidente marcó la clave, esa que trato de describir en estas líneas, cuando dijo que más allá de todos los logros de estos últimos siete años, el más importante era la recuperación del lugar de la política como única forma para transformar la realidad.

Cuentan algunos muchachos que eran jóvenes en los setenta, que al principio eran como marcianos que hablaban y se juntaban en lugares extraños. Y eran muy pocos. Cuando la política ocupó su lugar, fue como si brotaran los compañeros por todas partes. Y algo de eso, salvando las distancias, está pasando hoy aunque aun esté difuso y enturbiado por una dimensión mediática de la puja política que no existía por aquel entonces.

Cuando surgen distintas iniciativas y convocatorias, y todos apuntan para el mismo lado, significa que algo está germinando. Cuando uno después de una reunión se queda mucho tiempo en la vereda con los compañeros quiere decir que hay mucho para compartir, que hay ganas. Cuando está todo mal, todos salimos corriendo para guarecernos en nuestras casas.

El otro dato alentador es que muchos hacen esfuerzos enormes, todavía más en el plano de los deseos que en la cancha, de salirse del corralito propio para construir algo más grande, que supere las mezquindades habituales en estos tiempos. Eso que algunos llaman unidad en la acción parece también haber calado fuerte en los ánimos de muchos.

Es cierto que este fenómeno se potencia porque enfrente hay un enemigo tan feroz y tan gorila que obliga a no quedarse en mediastintas. Algo de eso hay, pero no lo explica todo.

Creo que estamos recuperando la alegría de vivir, lo que para mí significa recuperar la alegría de militar. Esta tarde tenemos una magnífica oportunidad para comprobarlo en defensa de las leyes de la democracia y por la desconcentración de los monopolios comunicacionales.

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