Virgen de los 33, ilumine a nuestros viejos compañeros

El autor refuta el artículo La Cruz de los 33 publicado en el diario Página/12 el último sábado. Allí se puede leer una extensa nota de Verbitsky que forma parte de su último libro La mano izquierda de Dios.

Oración a la Virgen de los Treinta y Tres Patrona de los orientales
“Santísima Virgen María, ante cuya imagen inclinaron su bandera y doblaron reverentes su rodilla los fundadores de nuestra Patria protege siempre a este pueblo nacido a tu sombra bienhechora.

Mi querido amigo Horacio: los veintitrés años de militancia por muchas cosas importantes que cumplimos el último abril (la plaza de Semana Santa del ’87, ¿te acordás?), me lleva a usar este tono intimista, el mismo que compartiéramos en las horas de trabajo y amistad, donde aprendimos el uno del otro. Aprendí de tu brillantez e implacabilidad en las convicciones, de tu resistencia a entrar en el barro de la gestión, y tu decisión de perseverar en la lucha desde el papel, también de tu ya no peronismo -aunque jamás anti- y de tu costumbre de corregir públicamente a cuanto compañero hiciera cosas que vos no creías correctas. También compartí los años de trabajo en nuestra querida Página/12 y las luchas exitosas -gracias en gran medida a tu pluma- para que nunca más los militares hicieran de policías por estas tierras. Cuando Daniel Santoro de Clarín me ofreció que diera mi versión sobre nuestra discrepancia con la Ministra, preferí el silencio. No puedo menos que lamentar que mi amigo de Pagina/12 no me ofreciera esa oportunidad, de modo que me la tomo. En fin como dijera Juan Sasturain, en su magnífica Copla para seguir, “somos todos argentinos, no me rompan las pelotas”.

Quiero decirte también que le voy a rezar a la Virgen de los 33 pidiéndole que te devuelva un poco la memoria, ya que en tu nota olvidaste algunas cosas que quisiera refrescar y que te ayude a encontrar el mejor camino para honrar la memoria de nuestro querido Jefe común. Seguramente no será el de seguir procurando que más y más compañeros se alejen de nuestro proyecto (la teoría Alejandro Agustín Lanusse, los malos siempre terminan siendo más que los buenos, ¿te acordás?). Por suerte todavía hay mucho peronismo en este proyecto, que recuerda aquello de que hay horas para sumar; pensé que tendrías la sensatez para darte cuenta que ésta era una de esas horas, prometo agregarlo en mis futuras oraciones a la Orientala.

Entre las cosas que olvidaste están todas las cosas precisas que muchos hicimos junto a nuestros compañeros del campo nacional y popular en las luchas de los ’60 y los ’70. Claro que si ahora las describo yo, cuando -gracias a tanta suma- termine gobernando la derecha y el ministro de Defensa sea alguno de los que vos y yo imaginamos y combatimos, me enviaran nuevamente a la justicia pero por terrorista, así que por favor, cuando las recuerdes, no tengas la pulcritud de asignárnoslas uno por uno, como hiciste con los descargos.

Y hablando de eso, otra oración: que la virgen oriental te devuelva la fe democrática y el respeto a la voluntad de los legisladores. Ellos, y por unanimidad, dispusieron que todo lo vinculado a nuestro pase a retiro obligatorio (y obviamente los reclamos lo son) debía ser incinerado (Ley 23.223, artículo 3ro y decretos reglamentarios). Y eso fue precisamente porque los legisladores conocían en las circunstancias de apriete en que formulamos esos documentos, (allanamientos de domicilios, desaparición de compañeros que militaban dentro de las FFAA, amenazas permanentes, etc). Por otra parte quiero aclararte que como nunca me dieron copia, no puedo saber si esas son las declaraciones que me hicieron firmar hace 30 años, cuando acababa de nacer mi tercer hijo, mi mujer sufría un cáncer naciente y llevaba diez años de estricta marcación en cada unidad dispuesta por el Batallón 601 y cuyo encargo algunos buenos camaradas me hicieron conocer. Puedo entender a la Ministra por haber enviado sólo aquellos descargos que pudieran contener algún indicio para el esclarecimiento de algún hecho violación de los DDHH a la justicia, pero dos precisiones:

– Combatir contra la guerrilla alzada en armas contra un gobierno constitucional no es un delito y ni siquiera puede merecer un reproche político de parte de quienes si estuvieron involucrados en semejante error histórico. Caso contrario se deberían enviar a la justicia los legajos de todos los miembros de las FF.AA, de seguridad, policiales y judiciales de aquella época y que hoy conducen todas esas instituciones. Sí es delito la tortura o el asesinato con cuyo juicio los legisladores decidieron continuar, y estoy absolutamente a disposición de la justicia si alguien levanta un cargo contra mí por ello.

– Si como indica la ley estos documentos debían ser incinerados, -y de hecho el propio Ejército eliminó de nuestros legajos personales todo rastro del retiro obligatorio-, nada puede explicar que además de enviárselos a la justicia en el caso señalado anteriormente, los reclamos estuvieran en tus manos ni en las de ningún otro periodista. Seguramente el CELS (al que alguna vez me invitaste a formar parte de su directiva y no quise por cuanto sabía que la inteligencia militar no había incinerado los reclamos y no te quise crear un problema), podrá atender ahora mi reclamo de por qué su presidente ha violado mis derechos al publicar un documento que proviene de la inteligencia militar. Y esto lo digo por varias razones: la primera es que siempre nos hicieron saber que los tenían guardados en una caja del tercer piso del viejo batallón 601 de la calle Viamonte. La segunda, porque ¡Oh casualidad! la Ministra los encontró a las 24 horas de que mi nombre sonara en el Ejército como uno de los posibles viceministros de Defensa al irse Montenegro. Y la tercera -de la que ahora me he enterado-, es que ya se lo habían “enviado” casualmente en los últimos 20 años a varios adversarios o incluso a mis jefes políticos. Yo no puedo ser culpable de que no te hayas enterado y que todos ellos hayan decidido ignorarlo.

Respecto a tu comentario elogioso sobre nuestra labor en democracia, te recuerdo que además de los que mencionas en la nota, muchos otros de los 33 (Cogorno, Gentiluomo, Pascale, etc) me acompañaron en la dura gestión como Subsecretario y Secretario de Seguridad de la Nación ayudando a vigilar rigurosamente que se cumpliera la orden de Néstor y las instrucciones precisas de Aníbal de no más represión violenta a la protesta social y muchas otras cosas en la materia, lo que te consta logramos acabadamente.

Por último, quiero decirte que siempre compartí tu lucha para que lo religioso no contaminara inadecuadamente la vida militar y sabés que junto a otros camaradas de otras fuerzas impulsamos y así se lo sugerí a la Ministra (cuya gestión he defendido como defendimos siempre juntos al resto del gobierno aún con más de una diferencia), que se debían crear servicios espirituales iguales para todas las religiones existentes en el seno de las FF.AA. Es más, te olvidaste que te conté que siendo el abanderado de mi promoción, en cuarto año libré una batalla contra algunos idiotas dentro del Colegio Militar de la Nación que querían echar a un cadete por “tener cara de judío” y a otro porque como era japonés lo suponían “budista”. Por suerte ambos pudieron hacer una brillante carrera profesional, de lo cual me enorgullezco y sé que ellos lo saben.

Sin embargo como me formé con aquellos jesuitas de la generación dorada como el Toto Constable (que me sacó volando cuando me quise casar en su capilla del barrio obrero o el Pichi Meissegeir con quien militaba mi primera esposa en la villa de atrás de la de Carlitos Mugica), seguiré perteneciendo a esa cosa horrible peroncha, nacional, y popular que tanto sufrimiento -es cierto-, pero también alegría le dio y le seguirá dando a nuestro pueblo.

Abrazo peronista, cabrón, ayudalo al Flaco que te necesita más que antes. Le pido a la Virgen que te ayude, va de en serio, se que lo tuyo no es contra mi religión sino contra su mal uso y que te ayude es un buen uso…

PD: se cuánto querés a tu viejo Bernardo, yo también al mío, y por eso te digo dos cosas: mi padre trajo la doctrina de guerra revolucionaria en el ’56, no la Contra (de Chateu-Jobert, entre otros) que es posterior a la derrota en Argelia y lo hizo por orden de aquel general rojo, el Chivo Rosas. Luego no lo ascendieron a General siendo el número uno por “no ser suficientemente antiperonista”, ya que se había opuesto siendo director de la Escuela de Guerra a los planteos y al golpe contra Arturo Frondizi. Años después, uno de mis parientes generales a los que haces referencia, cuando se descubrió mi relación con las orgas dijo: “Claro, igual que su padre que era peronista” y yo le tuve que aclarar que él era radical y frondicista. Viste que fea la política de castigar por portación de apellido…

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