Por Causa Popular.- El anuncio del traslado de las reservas monetarias venezolanas invertidas en títulos del tesoro norteamericano a la plaza financiera europea, es uno de los primeros pasos que da el gobierno de ese país con el objetivo de atenuar su dependencia económica de los Estados Unidos. El proyecto estratégico de la revolución bolivariana de avanzar hacia el “socialismo del siglo XXI, no tiene posibilidad de materializarse sin avanzar sobre los intereses que supo construir el imperio norteamericano durante más de 100 años de dominación en América Latina. La actual dependencia de la economía venezolana de las divisas que ingresan por la venta de petróleo a los Estados Unidos, encadenan y limitan en el corto plazo las posibilidades bolivarianas de profundizar su revolución. Por eso los próximos pasos de Chávez intentarán dar en el centro neurálgico de un círculo vicioso y casi colonial que, obviamente, beneficia a Washington.
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En la Foto: Presidente Hugo Chávez y el Vice Presidente Jose Vicente Rangel en Caracas
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En base a una información suministrada por uno de los directivos del Banco Central de Venezuela (BCV), se conoció la transferencia de 20.000 de los más de 30.000 millones de dólares de sus reservas internacionales desde los bancos de Estados Unidos a la banca europea.
El traspaso ya había sido anunciado el pasado viernes en el marco del segundo encuentro de la Comunidad Sudamericana de Naciones por el mismo Chávez, quien le dio al anuncio un claro marco político al dejar en claro que las “amenazas” de Washington obligaron a su Gobierno a adoptar esa decisión.
Claro que detrás de la transferencia no estuvieron ajenas las causas económicas. En este sentido, Domingo Maza Zavala, miembro del directorio del BCV, sostuvo que la operación obedeció a una pérdida de valor del dólar frente a la moneda europea, declaración interpretada por la prensa como una contradicción al interior del Estado venezolano.
“El dólar de Estados Unidos ha venido depreciándose frente al euro (y por ello) se ha considerado conveniente hacer unas colocaciones en euros y menos colocaciones en dólares”, sostuvo el banquero público, que detalló que la mayor parte de la transferencia se hizo a Suiza.
Chávez había calificado de “una estupidez” en la Cumbre Presidencial de la Comunidad Suramericana de Naciones, que los países de la región tengan sus reservas en EEUU en lugar de crear un organismo regional que las administre, en referencia a una vieja propuesta del presidente venezolano de crear un Banco del Sur, para financiar proyectos regionales que ya no dependan de los organismos multilaterales de crédito financiados por las potencias mundiales.
Según cifras suministradas por el mismo BCV, Venezuela cuenta actualmente con 30.705 millones de dólares en reservas internacionales, frente a los 24.182 millones de inicios de año.
Ese crecimiento está directamente vinculado con los altos precios del petróleo, principal producto de exportación de Venezuela, que obtiene de la venta de crudo y sus derivados más del 80 por ciento de las divisas que ingresan en el país.
La dependencia petrolera
Los numerosos acuerdos bilaterales que realizó Venezuela con los otros dos grandes del conosur, Brasil y Argentina, en los que primaron los intercambios de petróleo por alimentos, dan cuenta de las dificultades con la que se encontró Chávez al asumir la presidencia en un país cuya economía estaba volcada casi exclusivamente a la explotación del oro negro.
Como sucede en todos los países llamados de manera eufemística “en desarrollo”, su lugar en la globalizada economía internacional está determinado por lo que le digitan las grandes potencias.
Así como Argentina fue durante prácticamente toda su historia el granero del mundo, y Cuba la caña de azúcar, a Venezuela le correspondió ser el pozo petrolero de los Estados Unidos.
De allí que hoy prácticamente el 70 % del total de divisas que ingresan al país provienen de las refinerías y la red de estaciones de servicio que el Estado posee en el país del norte.
“Tenemos ocho refinerías en Estados Unidos, con 14.000 estaciones de combustible, y estamos subsidiando a Bush, con 1,5 millones de barriles diarios de petróleo subsidiado. Eso es colonialismo”, describió el mismo Chávez..
En 1990 el gobierno venezolano de entonces adquirió la empresa petrolera estadounidense Citgo, cuya venta esta siendo preparada desde hace tiempo atrás por la compañía estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Citgo es una de las mayores proveedoras en materia petroquímica de los Estados Unidos.
Pero la dependencia económica es mutua, de allí también el margen a corto plazo que tiene Chávez para confrontar con el Imperio.
Mientras que Venezuela a través de Citgo, es el cuarto exportador de petróleo a los Estados Unidos, este país en la actualidad le suministra las divisas que la revolución bolivariana necesita para comprarle al mundo los productos básicos que no produce, para mejorar la calidad de vida de su población.
Precisamente, dejar de ser una economía monoproductiva, es uno de los horizontes que tiene el gobierno bolivariano.
Pero Venezuela sabe que si se desprende de Citgo, necesitara otras plazas para vender el millón y medio de barriles que diariamente le vende a Estados Unidos, cantidad que nunca podría cubrir sólo diversificándose hacia América Latina.
Allí está el explosivo despegue del gigante chino como uno de los mercados más apetecibles, que a medida que crece necesita más del recurso energético con el que cuenta Venezuela para poner en marcha su gigantesca economía, además del de Rusia, dos de los países a los que apuesta el país caribeño para terminar con la dependencia económica respecto de Estados Unidos, contra quien en los últimos años desató una batalla política de final impredecible.