Kestelboim: «Vamos hacia una gran crisis, la duda es si estalla antes o después de 2019»

El economista Mariano Kestelboim describe las consecuencias del "Modelo M": el impacto de las importaciones sobre las Pymes, el negocio de la deuda y las razones detrás de la sequía de inversiones.

El economista Mariano Kestelboim es experto en Pymes. En especial, conoce de cerca la tarea de las pequeñas y medianas empresas ligadas a la producción de indumentaria, calzado y marroquinería. En una entrevista con Zoom sostiene que ese sector, que emplea a medio millón de personas de manera directa, es el más castigado por las políticas económicas que aplica el gobierno de Mauricio Macri. Y traza un duro diagnóstico sobre el futuro del «Modelo M»: «Vamos hacia una gran crisis».

 

En el último mes se devaluó fuerte y el Banco Central demostró que está dispuesto a utilizar las reservas para frenar las corridas ¿Por qué crece la demanda de dólares?

Creo que porque Argentina tiene un desequilibrio muy importante en cuanto a los dólares que genera su economía y los dólares que necesita para funcionar. Esto se verifica observando el saldo de la cuenta corriente del balance de pagos. El déficit de cuenta corriente en 2017 superó el equivalente de 5 puntos del PBI y en perspectiva histórica esto coloca al déficit en el máximo nivel desde 1981. Esto significa que la salida de dólares por motivos transaccionales registrados en la cuenta corriente es muy superior al ingreso de dólares. Eso es compensado con ingreso de capitales especulativos que vienen a hacer negocios de corto plazo por las altas tasas de interés que se paga en la Argentina, o también en gran medida por deuda que toma el gobierno nacional.

 

¿Las causas de esta restricción externa son, valga la redundancia, externas o locales?

Son claramente locales. Las restricciones externas son por factores locales que tiene que ver con la incapacidad que tiene la economía argentina de generar exportaciones suficientes como para abastecer las necesidades de importación, no solamente importación de bienes, sino también de importación de servicios como el turismo, que es el principal servicio que se contrata. Y también pesa la fuga de capitales. Argentina tiene un desequilibrio muy grande en casi todos sus sectores. En el sector energético se agravó desde los últimos 10 años y el sector turístico es muy importante. El sector autopartista el año pasado tuvo un déficit de casi 7 mil millones de dólares, y la fuga de capitales en 2017 ascendió a casi 23 mil millones de dólares. Todo eso es equilibrado con ingreso de capitales especulativos y por deuda.

 

 

Hace unas semanas, el ministro de Producción Francisco Cabrera emitió un informe donde rechaza que haya aumentado la importación de bienes de uso y aseguró que crece la importación de bienes de capital…

No, aumentan las importaciones en todo los rubros. Aumentan bienes de capital, bienes intermedios, bienes de consumo y bienes para transporte. Bienes de consumo aumentó tanto que durante el gobierno kirchnerista representaban entre el 12 y el 13% de las importaciones totales y ahora están representando entre el 17 y el 18% de las importaciones totales. O sea que bienes de consumo aumentó más que lo que aumentaron los otros, por eso le ganó participación al resto de los rubros. Y a nivel consolidado, todas las importaciones el año pasado aumentaron más de alrededor de un 20%.

 

¿Cuáles son los sectores más complicados?

Calzado es el más complicado de todos. Después confecciones, o sea, indumentaria general, marroquinería, muebles, juguetes… básicamente son sectores de pequeñas y medianas empresas nacionales que destinan su producción al mercado interno, que tienen poca capacidad de exportación y los consumidores, en un contexto de incremento generalizado de precios, están desplazando su consumo hacia bienes de primera necesidad, alimentos y bebidas, consumos básicos del hogar como tarifas de los servicios públicos y bienes durables como automóviles y electrónicos, que en términos relativos, dadas las políticas económicas que se han adoptado como el endeudamiento, se han abaratado. Los precios de los autos se han abaratado, los electrónicos se han abaratado, y entonces el consumidor orienta su consumo al pago de servicios y bienes básicos, y parte también a las cuotas del auto. Este año se va también a vender más de 1 000 000 de autos va a ser el récord total, el máximo había sido en 2013.

 

¿Eso es porque se percibe que está barato?

Lo perciben barato y hay planes de pago espectaculares. Están baratos realmente porque medidos en dólares ha bajado de precio, y las promociones de las concesionarias y las terminales son formidables. Además hay una invasión, porque se ha permitido el ingreso de automóviles desde Brasil en formas inéditas, por eso hay mucho stock.

«Hoy no hay empresa multinacional que opere en la Argentina que no esté considerando que exista una alta posibilidad de devaluación. Entonces lo que hacen es que generan contratos de dólar futuro para asegurarse no tener que pagar los costos de una devaluación sin estar cubiertos».

 

Antes indicó que el modelo se financia con deuda ¿Que tan lejos está esta política de su límite vertical?

El gobierno está teniendo problemas para emitir deuda en el exterior. Y esa deuda en el exterior es lo que estabilizaba el mercado cambiario para que los operadores financieros internacionales pudieran apreciar en la Argentina un contexto de cierta estabilidad cambiaria. Vos emitís deudas, entonces podés pagar los compromisos de deuda corriente, entonces ingresan dólares especulativos para aprovechar las altas tasas de interés en la Argentina. Las señales que se están percibiendo es que el gobierno está teniendo más dificultades para colocar deuda en el exterior, por eso aumentó la presión sobre el dólar.

 

O sea que se seguirá demorando la “lluvia de inversiones”…

Así como el gobierno sobreestimó su capacidad de endeudamiento, sobreestimó el ingreso de capitales que iba a llegar al país por inversiones genuinas. De hecho las inversiones que vinieron del exterior a la Argentina son menores que las que habían ingresado con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Me refiero a inversiones genuinas, no reinversión de utilidades de empresas extranjeras en el país. Esas son señales que los grandes empresarios observan, no lo dejan de lado. Hoy no hay empresa multinacional que opere en la Argentina que no esté considerando que exista una alta posibilidad de devaluación. Entonces lo que hacen es que generan contratos de dólar futuro para asegurarse no tener que pagar los costos de una devaluación sin estar cubiertos.

Kestelboim realizó diversos informes sobre la industria textil. Según sus datos, es el sector que más padece las políticas oficiales. | Foto: Georgina García

La historia demuestra que países como la Argentina, con mercados muy pequeños digamos, no son atractivos para las multinacionales salvo que ofrezcan mano de obra barata o favorezca la radicación con ventajas fiscales ¿El modelo M consiste en atraer inversiones reduciendo el “costo” de empleo y los impuestos?

Comparto. También tiene una pata en la cual el sector financiero tiene mucha participación. Hay un modelo de acumulación que está muy determinado por las necesidades del sector financiero, y esto significa una tasa de interés muy alta.

 

El país vivió otros procesos neoliberales. En dictadura, Martínez de Hoz impulsó un tipo de capitalismo financiero apoyado en la exportación de comodities agrícolas y la importación masiva de bienes de uso. Con Menem-Cavallo, la importación de bienes de uso aumentaron por encima del 100% ¿Observa vasos comunicantes entre aquellos procesos y el modelo de Cambiemos?

Sí, veo muchos factores en común. Son modelos neoliberales que tratan que los factores de la producción se orienten a los sectores de actividad más competitivos dejando de lado a sectores de pequeñas y medianas empresas más dependientes del mercado interno, del consumo local, que no tienen la posibilidad de competir internacionalmente porque el modelo requiere que la economía nacional sea más abierta, y en esa mayor apertura la competencia con Sudeste Asiático, con Brasil incluso y con China los barre.

Luces y sombras: «Los sectores medios aún preservan su poder adquisitivo, pero la crisis también les va a llegar» | Foto: Georgina García

 

Las experiencias previas de Martínez de Hoz y Cavallo derivaron en un estallido social fenomenal. ¿Por qué esta vez no ocurriría así?

Es que va a ocurrir. Vamos a tener una crisis muy, muy fuerte, yo no tengo ninguna duda. A ver: Argentina el año pasado exportó 57 mil millones de dólares, tiene un déficit por cuenta corriente de 30 mil millones de dólares. El país debería incrementar, por lo menos, un 30% por año sus exportaciones para cubrir ese hueco. Nunca en la historia se consiguió incrementar las exportaciones de una forma prolongada, excepto entre 2006 y 2008 con el bum de los precios de los commodities. Hoy hay un déficit de cuenta corriente de 30 mil millones de dólares, a eso se va tener que sumar los entre 10 mil y 15 mil millones de dólares de capital e intereses de deuda. Exportando 57 mil millones no cierra. Más pronto que tarde lo acreedores financieros internacionales van a reclamar más tasa. Van a reclamar un retorno más rápido de lo que prestan. Y van a dejar de prestar. La convertibilidad se pudo extender mucho porque el sector privado se podía endeudar en dólares. Hoy en la Argentina el sector privado no se puede endeudar en dólares, solamente las empresas nacionales. El gobierno mandó a las provincias y las empresas públicas a tomar deuda en el exterior. El gobierno nacional hoy está teniendo restricciones para tomar deudas. La tasa de interés de Estados Unidos está aumentando, ya llegó a 3% la de 10 años, que es la de referencia. No hay chance, yo creo que van a tratar de lograr llegar a las elecciones de 2019, y bueno, si llegan, en 2020 explotan. No veo que pueda pasar de eso.

«Las exportaciones deberían crecer 50 o 60% anual para hacer sustentable el modelo. Para mí son dibujos que permiten, en el interín, hacer negocios financieros».

En un informe reciente, la banca de inversión Morgan Stanley pronostica que ante un escenario de crisis el país voverá a endeudarse con el FMI. Esta semana llega su titular, Christine Lagarde.

Si, un megacanje como el de 2001… Eso le daría tiempo, pero con eso no alcanza. Para que Argentina tenga una posibilidad de prosperar bajo este modelo debe hacer una transformación espectacular en el aparato productivo, y no lo está haciendo. Argentina es el país emergente que más deuda tomó en el mundo entre 2016 y 2017, más que China, que es 10 veces más grande que la Argentina. Toda esa deuda -que fueron más de 30 mil millones de dólares-, no fue orientada a la producción, fue orientada a la especulación financiera. Esa deuda va a haber que pagarla y el desequilibrio que hay entre exportaciones e importaciones es demasiado grande. El gobierno, en el presupuesto de 2017 había calculado que el déficit comercial iba a ser de 1866 millones de dólares y fue de casi 8500 millones, o sea, cuatro veces y media más. El diagnóstico que hacen no es consistente. Las exportaciones deberían crecer 50 o 60% anual para hacer sustentable el modelo. Para mí son dibujos que permiten, en el interín, hacer negocios financieros.

 

«Argentina es el país emergente que más deuda tomó en el mundo entre 2016 y 2017. Toda esa deuda -que fueron más de 30 mil millones de dólares-, no fue orientada a la producción, fue orientada a la especulación financiera».

El gobierno no tiene resultados económicos positivos tangibles, pero en las últimas elecciones una partes importante de sectores medios y bajos votaron en favor de Cambiemos ¿El bolsillo dejó de ser el órgano más sensible del votante?

La clase media todavía tiene un nivel de ingreso relativamente alto, y mucho creen que estas son las políticas económicas de transición para llegar a un estado de la economía mejor. Hay una porción de trabajadores del sector privado registrado y parte de los empleados del sector público que no están en una situación tan dramática como los que perdieron sus empleos o sus changas. Ese sector, aunque cada vez es más numeroso, todavía no influye tanto. Aunque este año va a sentir fuerte la pérdida de poder adquisitivo. Habrá que esperar al 2019 para ver si el gobierno logra revertir el rumbo. Como está, va de frente hacia una gran crisis.

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