Uruguay: Una de cal y otra de arena

Esta semana el presidente les pasó a sus fieles una madura y otra verde. Se avino a atender sus reclamos y manejó una idea del “Nunca más” más cercana a la de la tradición de izquierda, pero también les dijo que para las elecciones de 2009 deberán arreglárselas solitos.

El discurso del presidente Tabaré Vázquez del lunes 4 ante el gabinete y la bancada oficialista tuvo un doble efecto sobre la fuerza política gobernante y las organizaciones sociales y la oposición. Uno balsámico, al aliviar las tensiones que se habían creado con el FA, los grupos de derechos humanos y el PIT-CNT tras modificar las características del acto del 19 de junio, día elegido por el propio mandatario para celebrar el “Nunca más”.

El otro fue más bien tensionante, luego de que anunciara su rechazo a postularse para la reelección. No fueron pocos los dirigentes frenteamplistas que mostraron su desilusión. No sólo porque “Tabaré” era “su” candidato, sino porque es previsible que la lucha interna en el fa en pos de su sucesión no tarde en desatarse, y no será fácil consensuar un candidato.

¿Por qué un anuncio de esas características en este preciso momento? Las primeras explicaciones sugerían una suerte de “castigo” del presidente a una fuerza política que no supo acompañarlo en la cuestión del “Nunca más” y en la propuesta de “reconciliación” que formuló el 26 de diciembre, cuando subrayó, entre otras cosas, su voluntad de “reparar”, a través de un único proyecto de ley, a las “víctimas de la violencia” de “ambos bandos”.

Otros, amplificados por varios medios de prensa, estimaron que Vázquez pretendió, por medio de una jugada táctica, que su “marcha atrás” en el acto del 19 de junio pasara lo más inadvertida posible. El dirigente Carlos Coitiño, del Partido por la Victoria del Pueblo, dijo a Brecha que Vázquez eligió mal el momento para anunciar que no será candidato a la reelección: “Empequeñece la trascendencia del reencuentro con la fuerza política en el tema del ‘Nunca más’”, estimó.

Tampoco faltó quien sostuviera que podría tratarse de un movimiento de Vázquez para obligar al fa, a mediano plazo, a recurrir a él como “salvador” cuando perciba que no puede superar sus divisiones internas. El presidente recordó, sin embargo, que en dos ocasiones ya había manifestado su oposición a una repostulación: en el libro que sobre su vida escribieron los periodistas Edison Lanza y Ernesto Tulbovitz, y en su discurso ante la Asamblea General el día de su asunción.

También es cierto que una reforma constitucional para habilitar el instituto de la reelección requiere una ingeniería muy compleja, además de contrariar la prédica histórica de la izquierda al respecto.

RESIGNÁNDOSE. Con el correr de las horas, la dirigencia frenteamplista comenzó a aceptar que la decisión de su líder es irrevocable. “El fa deberá ser consciente de la enorme trascendencia histórica de este momento, y enfrentarlo con lucidez”, dijo a Brecha el diputado socialista Roberto Conde. Y enfatizó: “Al fa sólo puede salvarlo el frenteamplismo.

Parece una frase hecha, pero tiene connotaciones profundas, porque superaremos esto únicamente si nos reencontramos con la grandeza histórica del Frente, con sus valores, con los fundamentos de su unidad, con la lucidez estratégica, con la recomposición de la vida de las bases y militancia, con una dirección que ponga a la fuerza política mirando al Uruguay de los próximos diez años y que salga a dar la batalla por ese país. Sin eso no vamos a superar la ausencia de Vázquez”.

De la complejidad de la situación son todos conscientes. El senador comunista Eduardo Lorier advirtió sobre los riesgos de que la carrera electoral se precipite en la coalición. “Si bien las personalidades son importantes es fundamental que se cumpla con el programa. Digo esto porque hay alertas, por ejemplo algunas encuestas que no son todo lo favorables que podía pensarse respecto a la gestión, o los altos niveles de participación en las elecciones juveniles en el Partido Nacional, o la derrota en el Sindicato Médico de las listas de izquierda. De ahí nuestra preocupación por una rendición de cuentas que permita concretar las transformaciones”.

Para la diputada del MPP Ivonne Passada la resolución de la controversia que se abrirá a partir de la negativa de Vázquez se dará en el próximo congreso del FA.*

TERCERA VÍA. Distintos dirigentes de la fuerza gobernante prevén que no podrá pensarse en la dilucidación de la candidatura presidencial en el actual cuadro de polarización entre las dos figuras más relevantes del fa después de Vázquez: Danilo Astori y José Mujica. La búsqueda parece dirigirse a una tercera opción, a la que no sería ajena la voluntad del presidente, que pueda representar sin conflictos al frenteamplismo. Sin embargo, más allá de los nombres que aparecen en la prensa, nadie quiere aventurar un candidato de esas características, en conocimiento del precepto que dice que en política “el que se precipita, se precipita”.

Pero si el escenario se complicó para el fa, las cosas no son distintas para el presidente. Un alto dirigente del Partido Socialista confesó a Brecha que espera que Vázquez ponga todas sus fuerzas en gobernar y que abandone el papel que se le asigna hoy de árbitro entre los distintos liderazgos sectoriales. Que resuelva si mantendrá la actual política económica o comenzará a dar órdenes a Astori para que empiece a acelerar el proceso de redistribución de la riqueza, máxime, dice, cuando las cifras del INE muestran que durante el gobierno frenteamplista se ha acentuado la brecha entre pobres y ricos.

NUNCA DIGAS NUNCA JAMÁS. El otro gran capítulo del discurso de Vázquez del lunes 4 estuvo relacionado con el día del “Nunca más” y las características de su celebración. “El 19 de junio a las 11 de la mañana el presidente de la República va a concurrir con una guardia reducida de los Blandengues de Artigas a colocar una ofrenda floral al pie del monumento al prócer y a comprometerse con él, pero sobre todo con todos los uruguayos, a seguir trabajando incansablemente por el camino del reencuentro entre los uruguayos, y espontáneamente, quien quiera acompañarnos, acompañe, y quien no quiera hacerlo, tiene toda su libertad para no hacerlo”, dijo Vázquez.

La reacción ante la variación de las características iniciales de la actividad del 19 de junio no se hizo esperar. La Mesa Política del fa resolvió ese mismo lunes por la tarde, con la sola oposición del 26 de Marzo, convocar a los frenteamplistas a acompañar al presidente. Paralelamente se produjo una catarata de declaraciones de los principales dirigentes de la fuerza política saludando la “sensibilidad” de Vázquez ante la negativa, en la propia izquierda, a conmemorar junto a los militares el día del “Nunca más”.

Hay que recordar que la relación entre el Ejecutivo, la fuerza política y la principal base social del gobierno se había enrarecido en los últimos meses, especialmente a partir del decreto del 26 de diciembre último que instauró el “Nunca más uruguayos contra uruguayos” y que fuera interpretado también, por algunos sectores, como un punto final a las investigaciones sobre las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura.

El otro punto de fricción es el provocado por el envío de un proyecto de reparación a familiares de policías, militares y civiles muertos en los enfrentamientos con la “sedición” desde 1962 hasta 1976, con base en un texto del diputado colorado Daniel García Pintos. Un tercer elemento lo constituyó la idea de que el 19 de junio se hiciera un desfile cívico militar, como forma de simbolizar la “reconciliación”.

Esa sucesión de episodios, especialmente el proyecto de reparación, dejó en filas frenteamplistas la percepción de que el Ejecutivo se afiliaba a la tesis de los “dos demonios”, y por tanto de culpabilidad compartida en la ruptura del orden institucional.

Sin embargo, el rechazo unánime de los grupos y bases frenteamplistas a esta lógica del presidente sólo se produjo cuando el proyecto de ley de reparación fue enviado al Parlamento. Parece que ningún dirigente del fa hubiera tomado debida cuenta, en su momento, de los discursos del presidente, tanto del pronunciado el 1 de marzo de 2005 como el del 2 de marzo de este año. Tampoco del que hizo el 26 de diciembre de 2006.

El día de su asunción, Vázquez dijo, tras anunciar los casos que quedaban excluidos de la ley de caducidad, que “el gobierno promoverá rápidamente, sin distinción de clase alguna, la reparación de todas las víctimas de los hechos acaecidos en aquellos terribles años que tanto hirieron y dividieron a la sociedad uruguaya, de todos, de todos, uruguayas y uruguayos”.

El 26 de diciembre pasado abundó en el tema y sostuvo: “es deseo seguramente de la enorme mayoría de los uruguayos que podamos avanzar hacia el futuro en un terreno de reconciliación y de reencuentro de todos los uruguayos (…). Como lo dijimos desde la escalinata del Palacio Legislativo, la noche del 1 de marzo de 2005. Nunca más un hermano contra otro hermano en este país”.

Más explícito fue el 2 de marzo pasado, cuando anunció que “refrendaremos la iniciativa recientemente planteada desde el Parlamento (la de García Pintos) para reparar a familiares de soldados, policías y civiles fallecidos en aquella desgarradora circunstancia de enfrentamientos entre uruguayos”.

La concepción manejada por Vázquez no se condice con la visión tradicional del Frente Amplio, que en su programa sostiene por el contrario que el “Nunca más” es, como siempre lo ha sido desde el surgimiento de esta idea en la Argentina posdictatorial, al terrorismo de Estado.

A medida que se fue acercando el 19 de junio los pronunciamientos contrarios a la visión del presidente se fueron sucediendo. Los hicieron diversas organizaciones sociales (Familiares de Desaparecidos, el PIT-CNT, distintos sindicatos). Los hicieron diversos grupos del Frente Amplio: no sólo la Corriente de Izquierda y el 26 de Marzo, que convocaron a un acto alternativo al oficial (que aún mantienen), sino también el PCU y el pvp. Otros se anunciaban.

FINO OLFATO. El lunes 4 Vázquez fue enfático en negar que haya un punto final a las investigaciones y sostuvo que la reconciliación se basa en la memoria, la verdad y la justicia. Y leyendo un párrafo del programa del fa dijo: “igualmente verdad y justicia se deben sumar para conocer en el marco de la Constitución y la ley lo sucedido con las personas que fueron asesinadas por agentes estatales durante la dictadura y el período autoritario que la precedió. Memoria, verdad, justicia, reparación”.
Asimismo, y por primera vez en sus discursos como presidente, utilizó la idea del “nunca más terrorismo de Estado”.

También es cierto que lo rodeó de conceptos como “nunca más enfrentamientos violentos entre uruguayos; nunca más descalificaciones o violencia entre nosotros; nunca más contextos, motivos o excusas para esos enfrentamientos; nunca más desconfianza, nunca más intolerancia, nunca más discriminación, nunca más desigualdad de oportunidades, nunca más pobreza”. Y previamente había hablado, para contextualizar su propuesta, de los días aciagos de la dictadura y “de las décadas del 60, 70 y primera mitad del 80”.

Al explicar el cambio en el contenido del acto del 19 de junio, Vázquez admitió: “ustedes saben bien que las condiciones, hoy, no son las adecuadas como para realizar grandes conmemoraciones ni para realizar grandes desfiles. La realidad es la realidad. Declaraciones, comentarios, dichos de los últimos tiempos implican que todavía hay unas rispideces y desencuentros en el seno de la sociedad uruguaya. Y sería irresponsable, y este presidente quiere ser responsable (…), que llamara a un gran acto conmemorativo el próximo 19 de junio para seguir ahondando el camino del nunca más y el reencuentro entre los uruguayos”.

Esa capacidad de “lectura” de la realidad y de adaptación -que le han reconocido incluso sus adversarios- es uno de los rasgos distintivos de Vázquez. Muestras de ello ya había dado cuando rebobinó en su proyecto de ir hacia la firma de un TLC con Estados Unidos tras comprobar el rechazo que suscitaba en el fa. De la misma manera procedió ahora, concibiendo una salida para una situación que se vislumbraba sin salida, aun cuando ello le supusiera abandonar -tal vez provisoriamente- un proyecto que él mismo había impulsado.

En el caso del “Nunca más” tampoco puede descartarse otra explicación de la marcha atrás del presidente: el durísimo -y acaso inesperado- discurso del 18 de mayo del comandante en jefe del Ejército, Jorge Rosales, quien negó toda responsabilidad institucional en las violaciones a los derechos humanos y poco menos que reivindicó el accionar represivo, alejando aun más, esta vez por derecha, cualquier posibilidad de marchar hacia la “reconciliación” soñada por el presidente.

“Gran sensibilidad social”, “altísima responsabilidad de estadista”, “sentido autocrítico”, “capacidad de testear que aún no están dadas las condiciones para que en un acto se intente reconstruir una fractura tan grande como la que sufrió nuestra sociedad en años de la dictadura”, fueron algunos de los dichos de las principales figuras del fa tras el discurso de su líder el lunes último. El comunista Lorier instó a Vázquez a que dé otro paso: “Para nosotros es importante que exista una correlación entre los dichos de nuestro presidente y la parte jurídica, por lo tanto imaginamos que habrá una derogación del decreto del ‘Nunca más’”. ¿La habrá?

* Passada no descarta, de todas maneras, la posibilidad de candidatear al actual presidente en 2014.

La mirada de la academia

La directora del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de la República, Constanza Moreira, dijo a Brecha que en diversas intervenciones anteriores Tabaré Vázquez había dejado, respecto a su idea del “Nunca más”, “un campo abierto de significaciones” cuyos alcances el lunes 4 “se sintió obligado a explicar”. Fue así que “aclaró (y está bien que lo haya hecho) que nunca más no es punto final. Después recuperó el discurso del nunca más al terrorismo de Estado, aunque sumándole una cantidad de cosas. Y luego, al sacarle el desfile militar, redujo el potencial de conflicto, ya que se trataba de una idea poco feliz, más cuando el jefe del Ejército hizo el discurso que hizo pocas semanas antes”.

Según Moreira, el presidente se percató de que “la lógica de reconciliación no funciona. Nadie quiere reconciliarse, ni el Ejército con esas declaraciones, ni Familiares. Nadie está pensando en esos términos. Hay un enfrentamiento discursivo, por la interpretación de la historia, por la interpretación de la ley de caducidad, si anularla o no”.
Respecto al anuncio del presidente de que no se postulará a un nuevo mandato, el historiador Gerardo Caetano dijo a Brecha que el lunes pasado mostró la mejor versión de Vázquez. El presidente adoptó una posición de principios que seguramente sorprendió a su círculo más íntimo. Su paso al costado en este tema es una “gran contribución al clima democrático”, apuntó, recordando además que la propia idea reeleccionista colisionaba con las definiciones de la coalición de izquierda.

En opinión de Caetano, la decisión adoptada por Vázquez demuestra que si bien puede “jugar” tácticamente, cuando debe adoptar una conducta definitiva siempre lo hace en sintonía con sus electores, “con la izquierda”.
En cuanto al escenario que se crea a partir de su anuncio, el historiador estima que el presidente reforzó su poder, al grado que el futuro candidato del fa deberá contar con su aval. Él, además, volcará de ahora en adelante todo su esfuerzo a concretar las reformas prometidas.

Caetano aventuró que los dos pretendientes frenteamplistas más sonados (José Mujica y Danilo Astori) pueden no llegar a serlo y que es posible que surja un tercer candidato. Cualquiera que pretenda quedarse con la postulación deberá contar con el visto bueno del congreso frenteamplista. Quien pierda allí, aunque gane la elección interna no podrá gobernar, señaló. A partir del paso al costado de Vázquez, el fa dispone de tiempo suficiente para procesar una salida, concluyó.

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