Urnas de la otra orilla

Luis Lacalle, Pedro Bordaberry y José Mujica fueron elegidos el domingo por blancos, colorados y frenteamplistas, respectivamente, para disputar la presidencia del vecino país en octubre. La victoria del Pepe esperanza a muchos con un posible realineamiento uruguayo hacia opciones menos conservadoras, en caso de producirse un segundo mandato del Frente Amplio.

En paralelo a las elecciones parlamentarias que mantuvieron en vilo a la Argentina hasta la última hora del domingo 28, en otro estado de la región el pueblo se volcó a las urnas para definir candidatos de los partidos más representativos. A diferencia de nuestro país, los uruguayos realizaron, tras poco más de tres años de gobierno de Tabaré Vázquez, elecciones internas tendientes a definir quienes serán las figuras del Frente Amplio, la Alianza Nacional, el Partido Independiente y el Partido Colorado, que encabecen sus respectivas listas en las presidenciales de octubre próximo.

Los afiliados al Partido Colorado debieron decidir entre José Amorín Batlle de la lista 15, Luis Hierro López por el Foro Batllista y Pedro Bordaberry por el espacio Vamos Uruguay. El escrutinio lanzó una victoria de este último candidato con el 77% de los votos, seguido por el representante del Foro Batllista con el 13% de los votos y finalmente Amorín Battle con el 1%.

Los datos definitivos del Partido Nacional arrojaron como claro ganador al ex presidente de la etapa más neoliberal del Uruguay, Luis Alberto Lacalle. Su oponente, Jorge Larrañaga, fue quien lo derrotó en la interna de los blancos en 2004, lo que lo convirtió en el padre de la derrota de ese partido ante el Frente Amplio en las últimas elecciones presidenciales. A pesar de este antecedente, que prefiguraba una desventaja importante, el resultado estuvo ajustado. Los cómputos finales arrojaron una diferencia de 8 puntos a favor de Lacalle, resultando elegido con el 54% de los votos contra el 46% de Larrañaga.

De todas maneras, merece un capítulo aparte la disputa que más atención concentró dentro y fuera del Uruguay y que tuvo lugar en el seno de la coalición gobernante.

El rumbo del Frente Amplio

Los afiliados al Frente Amplio debieron elegir entre el ex ministro de Economía, Danilo Astori, representante de la Asamblea Uruguay y candidato elegido por el presidente Vázquez; y José Pepe Mujica, por el Movimiento de Participación Popular y ex ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca.

Estas elecciones internas no fueron una más para los militantes frenteamplistas. Ante la negativa por parte de Tabaré Vázquez a presentarse a un segundo período como candidato unificador del FA, esa decisión generó una polarización entre los dos ex ministros. Más que como comicios internos, las elecciones se vivieron como una pelea por el reacomodo del timón de la coalición. En términos cuanto menos simbólicos, más a la izquierda de la mano de Mujica o más a la derecha con Astori.

Esto dicho en el marco en cual la coalición en sí misma se encuentra a la izquierda del mapa político que se completa con colorados y blancos, dato que salta a la luz a la hora de evaluar las alianzas con las que cuenta cada uno de los candidatos. Así, Astori aglutinó bajo su espacio una buena parte de los gremios de trabajadores del sector privado, entre los que se destacan la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU), la Federación de Obreros de la Bebida e importantes dirigentes de la Federación Uruguaya de Magisterios. También se ha hablado del apoyo de empresas mixtas como CUTCSA o de la inclinación de las cámaras de pequeños empresarios por este candidato. A la vez, la alianza del líder de Asamblea Uruguay con el Partido Socialista, le ha valido el apoyo de importantes dirigentes que integran el PIT-CNT.

Por su parte, Mujica, y sobre todo su movimiento, el MPP, ha logrado no solo juntar adeptos en los organismos gremiales, sino también en otras expresiones políticas dentro del FA. Por ejemplo, la alianza con el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) y el Partido Socialista de los Trabajadores, lo han provisto de sendos referentes gremiales de los trabajadores del gas, de la industria de medicamentos y de la energía, entre otros. Por su parte, el MPP aporta naturalmente dirigentes de primera línea en gremios estatales y universitarios. El corolario de las alianzas de Mujica es el acuerdo con el Partido Comunista, con fuerte asidero en el Secretariado del PIT-CNT, con cuatro miembros, y otros tantos referentes de primera línea en el sector telefónico, petrolero, pesquero y de la industria del cuero.

Los datos finales que arrojó la Corte Electoral del Uruguay sobre la internas del Frente Amplio anunciaron un claro triunfo de Pepe Mujica, con el 52,02% de los votos. Danilo Astori obtuvo el 39,7% y en tercer lugar se ubicó una coalición de izquierda minoritaria dentro del FA, liderada por el intendente de Canelones, Marcos Carámbula, quien recogió el 8,27% de los sufragios y ya anunció su apoyo a Mujica.

Fórmulas y operaciones

El mecanismo para determinar cuál será la fórmula presidencial en cada una de las expresiones políticas nos habla también de los niveles de solidez, consecuencia y progresividad que cada una de las construcciones representa. Mientras los blancos presentarán la fórmula Lacalle-Larrañaga, abrochada la misma noche del 28, el Frente Amplio, a través de Mujica, ha reafirmado la voluntad de que su fórmula sea producto del Congreso del Frente, que se estima se realizará en el mes de agosto.

Estas definiciones se dan en un marco que ofrece aspectos a tener en cuenta. Si bien en las internas del Frente Amplio votó el 51% de los ciudadanos uruguayos que participaron el domingo de la elección, estas primarias congregaron solo al 40% del total del padrón, mostrando uno de los mayores ausentismos de los últimos años. Este dato permite imaginar que, a pesar de la menor participación evidenciada este domingo, una alianza del Partido Nacional y el Partido Colorado ante un potencial balotaje en el mes de octubre ponga en peligro real un segundo mandato frenteamplista. De todas maneras, no son pocos quienes sospechan que estas visiones parten del seno del FA. Más específicamente, que son especulaciones surgidas de los sectores más moderados del Frente que trabajaron para que se imponga la fórmula Astori-Mujica, cosa que finalmente no sucedió. Resta ver si se concreta un acuerdo con esta fórmula invertida, ahora que el Pepe tiene asegurado el primer lugar del binomio.

A poco más de tres décadas de su fundación, el Frente Amplio se ha encontrado ante las dificultades propias del ejercicio del poder desde un espacio que pretende, y por momentos logra, sintetizar diversas expresiones políticas. La promoción de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos o el veto presidencial a la ley que despenaliza el aborto aprobada en el congreso nacional, son algunos ejemplos de las viscisitudes a las que se sometió la coalición en los últimos tiempos. Más acá, queda la derrota del candidato propuesto por su máximo referente, Tabaré Vázquez. Estos movimientos presagian quizá un realineamiento del Uruguay, más recostado sobre países como Bolivia, Venezuela o Ecuador, antes que la repetición de las alianzas con los proyectos políticos de cambio paradójicamente más conservadores de nuestra región, representados por Brasil y Chile.

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