Mientras la Justicia argentina examina pedir la captura internacional del empresario venezolano-estadounidense Guido Alejandro Antonini Wilson, eje de un escándalo de presunta corrupción al intentar ingresar al país con casi 800.000 dólares en una maleta, los interrogantes sobre los dólares confiscados por la Aduana en Aeroparque siguen sin respuesta. En especial que el hombre de la valija vive en Miami, en el más distinguido de los barrios (el Ocean Club), es directivo de una petrolera cuyo presidente (exiliado en Estados Unidos) participó en el golpe contra Chávez, fue ministro de Carmona y está actualmente procesado en Venezuela. La pregunta del millón es ¿si hay mil y una mejores formas de trasladar dinero negro, cómo puede ser posible que su torpe llegada coincida con una visita de Chávez?
Los gobiernos de Argentina y Venezuela resolvieron tomar distancia del escándalo por el ciudadano venezolano que intentó ingresar una maleta con unos 800.000 dólares al arribar a Buenos Aires en un vuelo privado, caso que según la fiscal que investiga podría involucrar el «lavado de dinero». La justicia argentina investiga al empresario venezolano Alejandro
Antonini Wilson por intentar ingresar ilegalmente al país esa cifra en efectivo, tras arribar el sábado 4 de agosto desde Caracas en un vuelo privado junto a funcionarios argentinos y ejecutivos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Las consecuencias
El hallazgo afectó negativamente la imagen del gobierno del presidente Néstor Kirchner, pero la mayoría de los analistas estima que el episodio no parece haber afectado seriamente las intenciones de voto para la senadora Cristina Fernández, esposa de Kirchner, candidata
oficialista en las elecciones presidenciales del 28 de octubre y favorita en las encuestas.
La semana pasada Kirchner obligó a renunciar a Claudio Uberti, alto funcionario de su gobierno, que viajó en el avión y a quien se responsabilizó por haber traído al empresario venezolano Guido Antonini Wilson, residente en Miami e involucrado en negocios no
aclarados.
El matutino Página 12 publica el domingo la opinión de los analistas y encuestadores políticos Rosendo Fraga, Enrique Zuleta Puceiro, Eduardo Fidanza, Hugo Haime y Analía del Franco. Fraga, en opinión que comparten Zuleta Puceiro, Haime y del Franco, considera que el episodio de Antonini WILSON «afecta la credibilidad y la imagen del gobierno. Pero no necesariamente lo afecta en el terreno electoral.
La experiencia de (el presidente brasileño Luiz Inacio) Lula en la elección de 2006 mostró que denuncias de corrupción relevantes afectaron su credibilidad y no su intención de voto. Terminó sacando más del 60% de los votos».
Fidanza, en cambio, consideró que «para mí la intención de voto está afectada, aunque básicamente en los sectores medios…Percibimos una pérdida de votos en los sectores medios en las grandes ciudades». Según la encuestadora OPSM, que dirige Zuleta Puceiro, un sondeo a 1.000 personas reveló que un 73,4% opinó que el episodio de la valija no modificó su intención de voto para las elecciones de octubre. Un 16,6% estimó que sí lo afectó. El 57,9% aprobó la decisión de Kirchner de despedir al funcionario Uberti, pero casi el 50% consideró que se trató de un caso de corrupción. Simultáneamente, el 56,2% rechazó la versión oficial de que el gobierno es totalmente ajeno al caso.
El 59,2% dijo que su opinión sobre Kirchner no fue modificada por el caso de la valija, mientras el 35,4% respondió que empeoró. El jefe de gabinete Alberto Fernández declaró el jueves que se pidió a Venezuela que investigue y sancione a los ejecutivos de la petrolera estatal PDVSA, que pidieron incluir a Antonini Wilson en el pasaje del avión privado, fletado por la empresa estatal argentina Enarsa.
La trastienda
Si las principales figuras del gobierno no pudieron evitar calificar el caso como algo “lamentable”, lo cierto es que las implicancias políticas de la valija tienen otros elementos que merecen ser analizados, mientras una vez más la prensa canalla cae fácilmente en lugares comunes y curiosamente no menciona los siguientes aspectos:
– Con frecuencia, cuando Chávez viaja a otros países, se preparan versiones que contribuyen a diluir y desvirtuar el impacto comunicacional de sus visitas. En esta oportunidad, se difundieron dos versiones:
– a) Que la FARC había liberado a Íngrid Betancourt Pulecio y que ella se encontraba en territorio venezolano acompañada por un contingente de guerrilleros;
– b) Que a un miembro de la comitiva de Chávez le encontraron u$s 800.000 escondidos en su maletín.
Desde Venezuela, han señalado a este cronista que ambas «informaciones» fueron la noticia que se difundió en todo el mundo respecto de la visita de Chávez a Argentina. Incluso algunos medios llegaron a afirmar que la esposa del Presidente de Francia viajaba a Venezuela para acompañar a Ingrid a Paris. El gobierno Francés se tuvo que verse obligado a desmintir esa noticia.
– Al llegar Chávez a Buenos Aires, los periodistas no le hicieron preguntas en relación con los motivos de su visita, sino sobre esas versiones que él desconocía cuando le plantearon la cuestión. Es evidente que los miembros de la comitiva viajan junto con el Presidente y que no tienen nada que ver con lo que puedan transportar pasajeros de otros vuelos. Si Chávez hubiera necesitado trasladar u$s 800.000 para los gastos que hará en los cuatro países que está visitando, no tenía por qué enviarlos en otro avión.
Pero detrás de esto, la realidad indica que la persona que llevaba el dinero es un socio de Pedro Carmona Estanga, el golpista que usurpó el gobierno venezolano el 12 de abril de 2002.
Los opositores y los que gustan de tejer fantasías podrán elaborar cualquier explicación y no hay como evitarlo, pero no sería extraño que el dinero pertenezca a un importante empresario cubano-venezolano, que posee canales y otros medios en varios países. Dinero que podría tener como destino financiar la campaña de la oposición al gobierno argentino.