Por Causa popular.- La IV Cumbre de las Américas finalizó el sábado 5 en Mar del Plata con una división del continente: 29 países reanudarán las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas el año próximo, mientras que el Mercosur y Venezuela esperarán a ver el resultado de las negociaciones de la Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio para decidir qué hacen. Durante a las negociaciones marplatenses los países del Mercosur dejaron de lado sus diferencias que dificultan la integración, y se pararon frente al ALCA sin fisuras. “Fue un esgrima. Aquí fuimos cinco mosqueteros, rodilla en tierra y espada de la buena. Es decir, los cuatro países miembros plenos de Mercosur y Venezuela que pronto pasará a ser miembro pleno de este acuerdo del Mercado del Sur”, describió Hugo Chávez en conferencia de prensa. La realidad de estos cinco países, sin embargo, parece ser muy diferente.
Una de las sorpresas que se produjeron durante el desarrollo de la cumbre fueron las contradicciones del gobierno uruguayo, cuyo presidente Tabaré Vasquez ocupa el cargo de presidente pro- tempore del Mercosur.
Mientras que durante el día viernes, aumentaban los rumores de una partida anticipada del líder del Frente Amplio, al día siguiente se ponía a la cabeza del bloque económico que preside para rechazar un compromiso con la implementación del ALCA en el párrafo final.
Más allá de los gestos y las vicisitudes, lo cierto es que el gobierno uruguayo que hace un mes atrás aprobó la participación de la armada uruguaya en la operación conjunta UNITAS con su par estadounidense, firmó en Mar del Plata un tratado bilateral de inversiones, un primer paso hacia el tratado bilateral que reclamaba Estados Unidos.
Paraguay, por su parte, el otro eslabón débil de la cadena del Mercosur, había seguido los mismos pasos que su país vecino unos meses antes.
Una nota publicada en este mismo sitio el 20 de agosto de este año así describía la citación paraguaya: “En la actualidad, Estados Unidos mantiene dos grupos castrenses realizando diferentes tareas en territorio paraguayo: uno de ellos entrena a oficiales del regimiento escolta presidencial en la lucha antiterrorista urbana, el segundo, efectúa tareas humanitarias en poblaciones rurales pobres brindando consulta médica, odontológica y veterinaria. La presencia militar estadounidense se extenderá hasta diciembre de 2006 con el ingreso de 406 efectivos en 13 contingentes, todos con inmunidad diplomática otorgada por el Congreso.”
A las relaciones militares con los Estados Unidos debe agregársele que el gobierno de Duarte Frutos, también tiene avanzado un Tratado de Libre Comercio con este país. Así como Uruguay, en Paraguay se cansaron del estancamiento económico del Mercosur, y parecen querer probar mejor suerte con la principal potencia económica del mundo.
Pero la administración Bush sabe que la batalla final por el control de la región se encuentra en Brasil, el gigante del sur. Con la anexión de México, la economía más importante de América Latina, sumar a Brasil sería quedarse también con la segunda gran potencia de la región.
Este fue el claro objetivo con el que Bush se retiró antes que finalizara la Cumbre de Mar del Plata. El sábado a la tarde el presidente de los Estados Unidos viajó a Brasilia para encontrarse con su par brasileño.
Luego de las reuniones, Bush y Luiz Inacio “Lula” da Silva concordaron trabajar juntos en las rondas de Doha para la liberalización del comercio y la reducción de subsidios agrícolas y por esa vía avanzar hacia la conformación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Para los norteamericanos los resultados de las reuniones en Brasilia ofrecieron un respiro al vapuleado proyecto para establecer una zona hemisférica de libre comercio que pareció entrar en coma en la reunión cumbre de 34 países el pasado viernes y sábado en el balneario argentino de Mar del Plata.
Así una vez más, como lo intentara con el gobierno argentino antes de que comenzara la Cumbre, Bush buscó la negociación bilateral para romper el Mercado Común del Sur, mediante las cuales este parece mostrar sus flancos más débiles.
Los operadores norteamericanos saben que con Brasil bajo el brazo ya no importaría a posición de Argentina. Como la economía de nuestro país es brasildependiente por la gran cantidad de exportaciones que ubica allí, estaría obligada a plegarse al camino del su principal socio económico.
La republica Bolivariana de Venezuela sabe perfectamente que si esto último sucede su suerte estará echada, y ante esa posibilidad pone en juego todo su poder petrolero para evitarlo, osea una enorme interesante plataforma de negocios para cada país que se interese en sus propuestas.
Venezuela eligió el camino de Cuba hacia el socialismo, eso la aleja radicalmente se sus principales aliados económicos en el continente. Pero a diferencia de la pequeña isla del caribe, es la principal reserva de energía de la región.
Bolivia puede ser su próximo aliado, en ese caso, el tablero latinoamericano tendrá un eje la Habana, Caracas, La Paz, ante el cual ya no habrá lugar para las vicisitudes marplatenses, sino para una ofensiva más ambiciosa que probablemente consolide una bipolaridad inesperada en este continente.