La multinacional de la industria petroquímica que alcanzó centralidad política nacional por la intención de cerrar su planta en Santa Fe, cuenta con su principal centro de producción en el polo del partido de Bahía Blanca y es cuestionada por la contaminación generada.
El fantasma de la catástrofe sanitaria de la mano del agronegocio, recorre los pagos lobenses. Eduardo Silveyra, para ZOOM, da cuenta de ello en esta nota.