Suramérica: el nuevo patriotismo

Por Enrique Oliva, especial para Causa Popular.-

“¿Juráis por Dios Nuestro Señor y esta señal de la cruz, promover y defender la libertad de las provincias unidas en Sur América, y su independencia del Rey de España, Fernando VII, sus sucesores y metrópoli, y toda otra dominación extranjera?” ¿Juráis a Dios Nuestro Señor y prometéis a la Patria, el sostén de estos derechos hasta con la vida, haberes y fama? Si así lo hicieres Dios os ayude, y si no, Él y la Patria os hagan cargo”.

El precedente es el texto completo de la fórmula de juramento que debían prestar “los diputados y las instituciones”, dispuesta en la sesión pública del 19 de julio de 1816 del Congreso de Tucumán. Y así fue jurada la Independencia el 21 del mismo mes y año en la sala de sesiones por todos sus miembros, en presencia del gobernador general Manuel Belgrano, el clero, las comunidades religiosas y demás corporaciones.

Renovado patriotismo suramericano

La aceleración de los tiempos políticos nacionales e internacionales, con hechos profundos e inéditos, obligan a reformular ideas y procederes, ateniéndonos en primer lugar, y en unidad solidaria, a la realidad argentina y suramericana. Esta situación hoy, aquí y ahora, nos lleva a acelerar la concreción de la Patria Grande.

Estamos ante una explosión en cadena, inatajable, de fuerzas despertadas en este siglo XXI, que muy pocos políticos e intelectuales soñaban factibles de realizarse. Nos referimos fundamentalmente a la aparición de los movimientos indígenas andinos, es decir, de los pueblos originarios y mayoritarios de Suramérica, que van desde Colombia a Tierra del Fuego.

Debemos reconocer haber sido sorprendidos felizmente por el estallido organizado de nuevos ideales nacionalistas que ganan las conciencias y movilizan cambios justicieros. Frente a la nueva realidad no podemos mantenernos como simples espectadores.

Humildemente, sin distinción de procedencias, creemos que corresponde colocarnos junto a las masas convertidas en poderes ciertos, donde los pobres y sometidos por siglos, se han instalado a la cabeza de la lucha contra el colonialismo y el imperialismo, nuestros comunes enemigos ancestrales. Han demostrado poseer firmes convicciones imponiéndolas en acciones democráticas inobjetables, inteligentes y ganadoras.

Lo que Scalabrini Ortíz llamaba “la rebelión del subsuelo de la Patria”, ahora, de lo más profundo de las entrañas andinas resurge el reencuentro con la Pachamama y las culturas precolombinas, proponiendo a los pueblos del continente una unidad sin distinciones religiosas ni raciales.

La Patria Grande tan ansiada por nuestros mayores por ahora es joven pero está creciendo vigorosa en la recuperación de su espacio territorial y sus riquezas naturales.

Además, no olvidemos que el Acta de la Independencia fue firmada en español y en quechua.

Recordemos también que en otro 9 de julio, en 1946, recuperada la soberanía, en la misma casa histórica de Tucumán, un Presidente de la Nación, el General Juan Domingo Perón, declaró nuestra Independencia Económica, sin ataduras a deudas ni doctrinas de multinacionales extranjeras.

Por ello, consideramos un urgente deber patriótico el alentar y consolidar al proceso nacionalista de los mayoritarios indígenas y mestizos que día a día toman más fuerza en el continente. La realidad exige el compromiso de solidaridad en unidad de todos nuestros países con la Patria Grande, como máxima bandera.

Estamos convencidos que bien merece la pena reflexionar seriamente en este nuevo patriotismo que nos impone la realidad y la tradición histórica, ratificada en el Congreso que decidió declararnos independientes.

Con motivo del último aniversario del 9 de Julio de 1816, se escribieron por Internet numerosas notas, aunque nunca las suficientes dada la importancia del tema y la necesidad nacional de actualizar el mandato incumplido de nuestros mayores. Nosotros también quisimos aportar algo tocando solo un punto de vital trascendencia, aquí y ahora, e indispensable para la subsistencia futura, o sea el Patriotismo Suramericano.

Como siempre, escribimos corto y simple para asegurarnos la lectura mayor posible. Por eso no incluimos el Acta de la Declaración de la Independencia íntegra, en cuya primera parte, luego de votar la emancipación de España, termina así: “Aclaramos primero llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraban sucesivamente su unánime y espontáneo decidido voto por la independencia del país, fijando en su virtud la determinación siguiente:

“Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside el universo, en el nombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo, la justicia que regla nuestros votos: Declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una Nación libre e independiente del Rey Fernando VII sus sucesores y Metrópolis quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias.

Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a las Naciones, detállense en un Manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.”

Valioso aporte de Don Ricardo Elorza

A través del compatriota Carlos de la Garma, hemos conocido una nota dirigida a él por el señor Ricardo Elorza, que agradecemos infinitamente y con quien deseamos mantener contacto si él fuera tan gentil de proporcionarnos su correo, pues estamos en completo acuerdo con cuanto dice y lo reproducimos, pues bien merece su lectura y reflexión.

“A propósito de Suramérica: el nuevo patriotismo x Enrique Oliva, creo que es muy bueno recordar que la declaración de la Independencia fue realizada en los idiomas castellano y quechua, aunque también en aymara y luego en Guaraní.

“También creo, lo que muy pocas veces destacamos, respecto a la fundación de la Nación de América del Sur, es que su precursor e ideólogo, el General Manuel Belgrano, propuso en la oportunidad (6 de Julio de 1816) no solo la declaratoria y su difusión en los tres idiomas mencionados, sino que también definió la forma de gobierno.

“Esa forma de Gobierno Nacional a la que denominó Monarquía temperada o Monarquía Constitucional, fue apoyada por el Gobernador de Cuyo, General José de San Martín y por el Gobernador de Salta, General Martín Miguel de Güemes. “Además fue respaldada por todos los congresales reunidos en Tucumán.

Dicha Monarquía no era cualquiera ni estaba desprovista de destinatario: Belgrano la definió como restauración de la Dinastía de los Incas, a lo cual el representante de Salta y Capellán del Ejército Auxiliar del Perú, el Padre Acevedo, incorporó la idea de ubicar la capital en el Cuzco. La original capital Inca.

“Por supuesto, los imperialismos de turno se dedicaron a través de sus agentes y de «afortunados comerciantes», también subvencionados como los medios de comunicación actuales, a desbaratar esta idea revolucionaria (digo así porque fue siempre la idea de los Revolucionarios: Belgrano, Moldes, San Martín, Güemes….) Idea Revolucionaria que también podemos verla reflejada, al menos brevemente, en los 30 artículos de Belgrano al Pueblo Guaraní (Diciembre de 1810); en los símbolos patrios desde el inicio del Movimiento Independentista: Moneda de Mendoza creada por el Gobernador Moldes (Diciembre 1810), Himno Nacional (Mayo 1813), Escudo Nacional creado por Belgrano (Febrero 1813) y el Sol de la Bandera de las Provincias Unidas de Sudamérica o América del Sur (hoy Bandera Argentina).

Creo que todo sudamericano que considere pendiente el llamado de los Precursores, debe pensar el diseño de la Unidad Continental desde la interrupción del proyecto revolucionario, es decir, desde la desintegración de las Provincias Unidas.

“La contrarrevolución, «subsanó el problema» inventando nombres y supuestas fronteras. A partir de entonces, nuestra Gloriosa Nación, como dice el Himno de las Provincias Unidas del Sud (Hoy Himno de la Nación Argentina) se partió en varios estados independientes: tomando el nombre de las provincias que la componían en algunos casos; de la región en otros; y en algún caso también, abandonando su nombre tradicional y autóctono por el de jefes militares que no conocieron, no combatieron ni derramaron en su territorio una sola gota de sangre, sudor o lágrimas.

“En síntesis, comparto la idea del Patriotismo Sudamericano, creyendo y sintiendo que existió ese Patriotismo desde el inicio de la Guerra de la Independencia, aunque quizás, no en todos los Jefes revolucionarios, aún aquellos que de buena fe pusieron más su oído en teorías ideológicas que en el corazón de nuestros Pueblos.

“Finalmente, como verás, nada se prepara en las Escuelas ni en los Estados municipales, provinciales y nacional para celebrar con el debido orgullo y difusión el Magno acontecimiento del Bicentenario de la Reconquista. Por nuestra parte te digo que lo conmemoraremos el 10 de Agosto en Mar del Plata, comenzando a designar los 100 Padrinos y Madrinas de la Bandera Nacional, en el marco de la Campaña del Bicentenario de la Patria (1806/1816)
Afectuosamente. Ricardo Elorza

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