«Mi hija tiene 17 años, cumple 18 en noviembre. No figura en el padrón electoral. A un montón de pibes le pasa lo mismo», me dice. Tiene que ir personalmente a la Secretaria Electoral, Tucumán 1320, para que le devuelvan su derecho a votar.
Así comienzan decenas de reclamos por la ausencia en el padrón provisorio electoral. El trámite tiene como fecha límite el 24 de mayo. El plazo de reclamo es exiguo: en apenas 10 días hábiles, debemos presentarnos al tribunal quienes tenemos la posibilidad de votar por primera vez, pero no aparecemos en los padrones.
Lo cuento en primera persona porque soy uno de los excluidos. Somos víctimas de «un sistema que tiene muchísimas fallas». Esa fue la respuesta que me dieron en la Cámara Nacional Electoral. Soy víctima de un sistema que falla.
No estoy solo. Muchos y muchas estamos al borde de quedar afuera de una elección crucial por «problemas técnicos». Un detalle: los afectados tenemos entre 16 y 18 años, el rango etario que más rechaza al gobierno, según las encuestas.
Antes de retirarme pregunto si, efectuado el reclamo, iba a poder ejercer el derecho como cualquier ciudadano/a argentino/a que cumple los requisitos mínimos para poder votar. «Tal vez votes o tal vez no», me dicen. Desconcertado ante la falta de certezas, dejé una carta para la jueza con competencia electoral.
Tenemos derecho a votar y decidir el rumbo del país. Mi voto es opcional, pero el derecho no: lo tengo. Y me lo están negando.