«Si matan a este hombre aquí nos matamos todos»: cómo se organizó la resistencia que derrumbó el golpe contra Chávez

Por Causa Popular.- El 11 de abril se cumplieron cuatro años del Golpe de Estado digitado por la embajada de Estados Unidos en Caracas, contra el presidente de Venezuela Hugo Chávez. Con el apoyo de la mayor parte del ejército, y una multitudinaria movilización popular, el pueblo de Venezuela no sólo restituyó a su presidente constitucional, sino que dio por tierra la ya conocida estrategia del imperio para terminar con los gobiernos que no le responden. Si bien la revolución sigue atenta a los panes conspirativos del gobierno de Bush, para terminar con su avance hacia el socialismo del Siglo XXI, desde entonces el proceso bolivariano no sólo se consolidó con el lanzamiento de las misiones que profundizaron su arraigo popular, sino que comprendió la importancia de que otros países de la región avancen en el entierro del neoliberalismo. A cuatro años de un hecho tan trascendente para los latinoamericanos, los medios venezolanos fieles al gobierno revivieron aquellos días y revelaron algunos datos desconocidos hasta la fecha. Conozca los detalles de la revolución del 13 de abril protagonizada por el pueblo bolivariano.

El pasado martes 11 de abril, el presidente de Venezuela, en una entrevista telefónica, reveló que “Yo fui preparando el terreno en Fuerte Tiuna y por teléfono con otras unidades, unos días antes del golpe de Estado del 11 de abril de 2002”

La conversación fue mantenida por Chávez, Jorge Arreaza, conductor del programa Diálogo Abierto, de Venezolana de Televisión, y su entrevistado, el ministro de Educación y Deportes, Aristóbulo Istúriz.

Animado, como dijo, Chávez decidió con la espontaneidad que lo caracteriza formar parte de la tertulia e hizo la llamada telefónica. En esa oportunidad, el mandatario venezolano narró con más detalles que en ocasiones anteriores las acciones de absoluta lealtad de jóvenes soldados y oficiales el 12 y 13 de abril de 2002.

Chávez contó que cuando se desató el golpe, se le planteo el dilema de decidir entre: seguir en el Palacio de Miraflores, ir a los barrios de Caracas; ir a Maracay, donde los paracaidistas, o esperar al día siguiente. Finalmente, decide quedarse y es cuando se lo llevan preso de la casa de Gobierno.

Un trabajo permanente, minucioso, y de formación, posibilitó que tanto en Fuerte Tiuna como luego Turiamo los soldados apoyaran al Jefe de Estado, y le suministraran celulares, televisión, la palabra solidaria oportuna, y llegaran hasta a poner su vida en juego por salvar la del presidente Chávez, preso e incomunicado.

En el Fuerte Tiuna, primer sitio donde lo llevan tras secuestrarlo en Miraflores durante la madrugada del 12 de abril, rememoró que los militares del Ejército que lo custodiaban le brindaron todo el apoyo que estuvo a su alcance, e incluso le aseguraron que mientras estuviera allí no iban a permitir que le ocurriera nada.

“Dentro de Fuerte Tiuna, los muchachos, los comandantes, alumnos de los años 80, 90, empezaron a movilizarse para sacarme de la Policía Militar. No querían (los golpistas) que saliera vivo, iban a simular una trifulca entre la Policía Militar para que no saliera vivo. Habían ido militares vestidos de civil para ejecutarme”, contó.

“Los militares jóvenes empiezan a movilizarse en el fuerte y hacen un grupo que se acerca a la comandancia militar. Ya la presión de pueblo se oía en la alcabala de Coche”, agregó a sus recuerdos.

Según su relato, de esa situación se dan cuenta los oficiales golpistas y sus aliados, y es cuando deciden llevárselo en helicóptero a Turiamo, para que en lugar de custodiarlo el Ejército lo hiciera la Marina. El Ejército se negó a sacarlo en helicóptero, pues sabían que el propósito era el magnicidio.

“Me cambian a la Marina, y cuando llegamos a Turiamo en la noche (del 12 de abril), se presenta otro altercado porque llegaron los que querían matarme con ametralladora en la mano. En un momento uno se coloca a mi espalda. Yo llegué a pensar que me iba a disparar por la espalda y no me iba dejar (…) Entonces me di la vuelta”, dio nuevos detalles el presidente venezolano.

En esos momentos de tensión actúa uno de los muchachos de la Marina y en la oscuridad surge la voz de un soldado que dijo: ‘Si matan a este hombre aquí nos matamos todos’, completa esta parte de sus vivencias.

“Al rato llegó un helicóptero con la orden de llevarme a la Orchila. Ahí estaba un capitán de la Marina, me reciben y me dicen que la familia estaba bien y me dejaron un teléfono bajo la almohada”, añadió. Ya el pueblo civil y el pueblo uniformado en la FAN (Fuerzas Armadas Nacionales) habían retomado el hilo constitucional y horas más tarde, al amanecer del 14 de abril, Chávez retornó a la Presidencia.

Una movilización, no tan espontánea.

Otro de los protagonistas de las históricas jornadas que dio su testimonio fue el Comandante General de Ejército, Raúl Isaías Baduel. Sus recuerdos entregaron elementos para relativizar la idea de que la multitudinaria movilización que repuso a Chávez en su puesto fue espontánea.

Según Baduel, una serie de reuniones con dirigentes de base durante los días previos al Golpe de Estado del 11 de abril de 2002, fue lo que permitió que se fortaleciera el movimiento popular que finalmente llevó a la restitución del poder al Presidente de la República, Hugo Chávez.

Tales declaraciones fueron formuladas por el alto militar en el programa En Confianza, transmitido el miércoles 12 por Venezolana de Televisión (VTV) desde la sede de la Brigada 42 de Paracaidistas, ubicada en Maracay, estado Aragua.

“Teníamos información de lo que iba a ocurrir”, señaló. Por tal motivo, afirmó el oficial, se comunicó con el Primer Mandatario Nacional para ratificarle el apoyo a su gestión. “Los oficiales golpistas tenían previsto destituirme.

Incluso, el general Efraín Vásquez Velasco era el encargado de relegarme. Esa acción que no se llegó a concretar estuvo precedida por rumores sobre una supuesta conspiración que yo habría orquestado. Yo estaba prevenido sobre todas estas maniobras de los verdaderos conspiradores”, mencionó.

Al referirse a la situación que se presentó durante la madrugada del 12 de abril, el general Baduel afirmó que los oficiales leales al Gobierno se mantuvieron en alerta permanente. “Gracias a la ayuda de un subteniente pude hablar con el presidente Chávez, quien me pidió que no hubiese derramamiento de sangre. También me señaló que la posición asumida por quienes defendíamos la Constitución había servido de contención para que los golpistas no atacaran el Palacio de Miraflores”, rememoró.

De acuerdo con el Comandante del Ejército, las acciones emprendidas por el sector leal al Gobierno no estuvieron basadas en el uso de las armas. “Estructuramos nuestra estrategia desde el propio 11 de abril, cuando el componente militar tuvo la convicción de que el Jefe de Estado no tenía la disposición de renunciar”, reveló.

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