Si ladran serán perros nomás

Desde el Gobierno Nacional siempre repiten que no los atacan por sus errores sino por sus aciertos. La revista Apertura confirma la sospecha y realiza un análisis acertado de la gestión kirchnerista. Veamos qué dice el enemigo para saber quienes son nuestros amigos.

La actual etapa histórica que vive el país se caracteriza por la legitimación de la intervención del Estado en la economía, y en consecuencia por la recuperación de un proyecto de Nación. Después de mucho tiempo los argentinos, de un modo u otro, nos encontramos debatiendo entre dos modelos de país divididos por el rol del Estado en las relaciones sociales (protagónico o ausente, según el modelo). Pero no sólo desde el campo popular coincidimos con esta afirmación. Las clases dominantes, con la claridad ideológica que las caracteriza a partir de su vocación por la rentabilidad egoísta y antinacional, también coinciden y han tomado partido. Algunos de sus mejores voceros están en la revista Apertura (especializada en temas financieros, alineada con la Organización Mundial del Comercio, la banca extranjera y la conducción de la Unión Industrial Argentina).

Es interesante leerlos en su diatriba contra el Estado. Con el título “Estatizaciones: generación CFK”, en su edición de enero de este año, sostienen que “La amenaza oficial de reestatizar Telecom reavivó la polémica: la propensión al estatismo, que arrancó en 2003, se profundizó en la era Cristina, a partir de los fondos de las AFJP. Ahora, la Presidenta va por más. Riesgos de la nueva movida K que tiene en vilo a los empresarios”.

Las estatizaciones “no son hechos aislados, sino que forman parte de una política económica de los últimos años y se caracterizan por la desprolijidad, la falta de debate y consenso, y la poca institucionalidad con la que se realizan” (Juan Miguel Massot, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad del Salvador), quien además define a las estatizaciones como “arreglos millonarios en los que el pueblo de la Nación no sale beneficiado”.

Con la nacionalización de las AFJP opinan que “el Gobierno pasó a controlar la ANSES a través del Fondo de Sustentabilidad, y comenzó a financiar proyectos productivos, como los de energía eléctrica”, explicó Ricardo Castiglioni, quien además criticó que ahora “el Gobierno posee una participación mayor al 20% del capital en más de 20 empresas. A lo largo de 2009, nombraron más de 15 directores en distintas compañías”. Es que, dice Milagros Gismondi, las AFJP representaban “el mayor operador del mercado de capitales”.

“Los intrincados caminos del laberinto de estatizaciones kirchneristas parecieran llevar a una sola salida. Por distintos motivos, desde 2003 hasta la actualidad, la era K se caracterizó por reestatizar compañías de sectores estratégicos de la economía argentina. El derrotero contrario al que se transitó en la década del ‘90 lo inició Néstor Kirchner y lo continúo Cristina en 2008”, dice Apertura. Y pasan revista: la anulación de las concesiones de Transporte Metropolitano de Taselli, del Correo Argentino, de AySA, de Thales Spectrum sobre el control del espacio radioeléctrico, la creación de Enarsa, Aerolíneas Argentinas y Austral, la nacionalización de las AFJP, la Fabrica Militar de Aviones, y hasta incluyen el Fútbol para Todos.

En cuanto a sus intenciones y tácticas, no andan con rodeos, mientras refieren a la suba de precios, conmemoran el cumpleaños 21 de la Hiperinflación de 1989, como “el derrotero de un aumento de precios sin precedentes que anticipó la salida del primer gobierno democrático”.

Somos un país en disputa. La visión que tienen las clases dominantes, que les viene de su reacción ante los cambios sociales y la política del Gobierno, nos es de ayuda para comprender el momento histórico que vivimos y cuál es el eje del debate nacional. Es bueno escucharlos para no perder la brújula. Ladran con el odio de clase que expresan cuando atacan furiosos a Cristina Fernández, pero también con la ideología que comunican. Es que si ellos ladran es porque estamos cabalgando, y además porque serán perros, nomás.

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