Santiago Cúneo: “Moreno plantea disparates que no tienen nada que ver con la doctrina peronista”

En medio del pobre canon de voces que emergen en los últimos tiempos, el polémico Santiago Cúneo, dirigente nacionalista argentino, conversó con Revista Zoom sobre Moreno, el peronismo, Perón, y los carapintadas, entre otras cosas. Por Lea Ross

En tiempos de desorientación en el peronismo emergen voces irrefrenables. Santiago Cúneo es uno de ellos. En esta entrevista, el verborrágico conductor del programa “1+1=3” (canal de straming Puro Peronismo) expone sobre sus diferencias con su amigo Guillermo Moreno. Con su “peronómetro” a mano, opina sobre el devenir del movimiento peronista, el nacionalismo y su postura sobre el desfile militar del 9 de julio.

-¿Cómo ves las discusiones que están teniendo las distintas variantes del peronismo en esta coyuntura?
-Es una perdida de tiempo. Es casi un sándwich de pan con pan: hablarnos entre nosotros. Con lo cual no hay que perder un solo minuto planteándose que la organización pasa por la “partidocracia”. Fue muy claro el teniente general Juan Domingo Perón cuando nos sindicó que somos un movimiento, no un partido político. De hecho, Perón jamás fue presidente por el Partido Justicialista…

-Santiago, te escucho hablar y lo que decís es exactamente igual a lo que plantea Guillermo Moreno. Sin embargo, en la actualidad estás teniendo diferencias con él.
Guillermo no plantea eso. Guillermo está planteando una sociedad política con la relación norte-sur, con el imperio americano, con una relación de América para los americanos, que es la doctrina Monroe. Está reivindicando al asesino criminal (Benjamin) Netanyahu y su relación con el sionismo del estado moderno de Israel. Está planteando un montón de disparates que no tiene nada que ver con la doctrina del peronismo. Con lo cual, evidentemente, la coincidencia en el instrumento no es la coincidencia en los fines. Y en esos términos, tendríamos que plantearnos un enfrentamiento electoral para dirimir quién es el que tiene la razón y que lo decida el pueblo un domingo votando en una urna. Para eso, planteo como solución el Plan Confederal, que es confederalizar las propuestas del peronismo para ir todos juntos un día a una urna y dirimir los liderazgos.

Cúneo y Moreno en el programa “La juntada del domingo”, en junio pasado.

-O sea: ¿no acordás en la búsqueda de consensos (como la foto de Moreno con economistas de distintos sectores peronistas)?
-La foto fue un espanto. Y “economistas” es una manera generosa de interpretarlo, porque yo lo vi a (Sergio) Berni ahí, que no sabe sumar y restar ni con los dedos. Fue una foto color sepia. El peronismo tiene que dejar de ir al basural a reciclar una oferta que la sociedad ya condenó al fracaso y a la desaparición. Perón es futuro. Es el que planteó, setenta años antes, que íbamos a vivir de la soja, la crisis del agua potable y la ecología. Los jóvenes lo van a encontrar cuando se choquen con esos problemas que planteó prospectiva Perón.

-¿Pero entonces que sería lo nuevo en el peronismo? Porque una figura nueva sería Martín Llaryora. Sin embargo, el poder construido por Juan Schiaretti fue a base de mantener una sintonía fina con actividades primarias, con la soja que advirtió Perón.
-Lo que no entiendo es porque creés que son peronistas. No son ni nuevos, ni peronistas. En los 90, se produce un cambio a nivel global, que es la llegada de los medios digitales. Pasamos a una etapa nueva de consolidación educativa y de enseñanza de la historia. En ese transitar hay intendentes que van por su segundo o tercer mandato y tienen 38 años de edad. Hoy, esa generación de jóvenes con experiencia está lista para dar el salto. Nuestras generaciones están obligadas a terminar la pelea con el enemigo y desterrar de la Argentina al liberalismo de una buena puta vez para que no vuelvan nunca más. Y terminar con lo que Perón se equivocó en el 55, cuando no fusiló a todos los de la Libertadora, que bombardearon la Plaza de Mayo. Sus nietos son los hijos de puta de hoy. Entre ellos, incluyo a esos personajes cordobeses que vos nombrás. Somos la tercera posición, de la industria y la soberanía nacional, que tiene que ver también con gobernar es poblar, como dicen algunos. Somos el país del aborto, cuando tendríamos que tener ocho hijos cada uno, el mercado interno es inexistente por falta de población…

-¿Y cómo se lograría ese desarrollo nacional? Porque a Moreno propone volver a una etapa industrialista…
Guillermo está vendiendo chupetines en el quiosco. Quiere tentar con un discurso nacional industrialista, cuando tenemos que estar en la revolución tecnológica. El mundo gira hacia otra economía y Guillermo se quedó en el 45. Entonces, los desafíos de los nuevos tiempos son: cómo adaptamos las tecnologías a la justicia social. Cómo hacemos que El Hombre, epicentro de la acción política del peronismo, sea el beneficiario de las tecnologías y no sus víctimas.

¿Qué opinás del desfile miliar que organizó el gobierno el 9 de julio?
-Una payasada.

-Ante la tensión que se vive entre Javier Milei y Victoria Villarruel, ¿qué rol tendría el nacionalismo frente a una Villaruel como presidenta?
-No sé a qué viene tu pregunta. El nacionalismo no tiene nada que ver con esa manga de forajidos. Ni con Villarruel, ni con (Alfredo) Astiz, ni con Tata Yofre, ni con los revindicadores del secuestro, la tortura y la muerte. Nacionalismo somos nosotros. Perón es nacionalismo del siglo 20 proyectado al siglo 21.

-¿Y entonces, cómo dialogaría ese nacionalismo con otros nacionalismos emergentes en el mundo, como lo que ocurre en Europa o con Bolsonaro en Brasil? ¿Son comparables?
-Nosotros no somos internacionalistas. No estamos para encolumnarnos con internacionalismos delirantes de nadie. Comparar la Argentina con pseudo-nacionalismos surgidos de cada uno de los países es una torpeza. No tenemos nada que ver y tampoco es problema nuestro.

¿Qué sería un pseudo-nacionalismo?
-A ver, Bolsonaro es una persona que está identificada con intereses internacionalistas. Para mí, nacionalista es Lula, no Bolsonaro.

-Ahí tenés otra diferencia con Moreno.
-Moreno no tiene idea de la boludez que habla cuando maltrata a Lula. Lula es el exponente de la clase trabajadora brasilera más empatible al peronismo argentino. Bolsonaro es un payaso anglófilo que responde a otros intereses que hacen confundir a la gente. Porque se pone un pantalón camuflado y, con eso, quiere asociar fuerzas armadas con nacionalismo. Eso es un delirio absoluto. Como decía el coronel (Mohamed Alí) Seineldín, el ejército argentino está dividido en tres: los que cobran el sueldo para llevárselo a la mujer a fin de mes, los liberales y los nacionalistas. Mostrar un tanque o un boludo subido arriba de uniforme no significa de ninguna manera que sea un patriota.

-Mencionaste a Seineldín. Y me hiciste acordar la bandera en el desfile que decía “Los carapintadas tenían razón”.
-Sí, claro. Te la firmo yo también, obviamente.

-¿En qué tenían razón?
-En todo el planteo de lo que venía por delante en esta democracia progresista, social, demócrata y anglófila. Se lo puede interpretar hoy como graves errores de las tácticas elegidas para comunicar y para desarrollar el planteo. Pero, claramente, el planteo ha quedado testimoniado.

-Pero pensar hoy en los carapintadas es pensar en el intento por frenar los juicios a la Junta Militar.
-No, no es así. Porque de hecho, ni Seineldín, ni (Aldo) Rico tienen reproches en materia de derechos humanos. Y de hecho, Alfonsín categorizó acertadamente en el discurso de Plaza de Mayo que eran héroes de Malvinas.

-¿Y cómo explicás entonces que esa bandera estuvo en el desfile?
-Porque no era un apoyo, era todo lo contrario. Era decirle al ejército liberal que estaba desfilando frente a un presidente que representa la anglofília más descarnada y más vendepatria, traidora, colonial y cipaya, que había un ejército nacionalista que no era liberal y que el planteo que se hizo en su momento era la verdad. Con lo cual, el pasacalle representaba el ejército nacional y los que estaban desfilando eran los pelotudos liberales que están bancando la entrega de Malvinas, de la Antártida, de la Patagonia y de los recursos naturales.

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