Sacarse la leche

Las imágenes del conflicto por las retenciones, o por la apropiación de la renta extraordinaria de los productores agropecuarios, o por la redistribución de la riqueza, o por la puja política entre el gobierno y la oposición, o por como quieran llamar a esta agobiante y extensa disputa, deja clavadas en la memoria fotos que van marcando el hilo de la historia.

Repasando la edición anterior de ZOOM, rescaté esta imagen del Alberto puntano en el acto ruralista del 25 de mayo en Rosario. Hagan click y mirenla bien. El cartel que aparece detrás de Rodríguez Saa habla por sí solo.

Ahora, ¿alguien se acuerda por qué empezó todo esto? La dinámica que tomó casi no deja espacio para la reflexión, para el acopio de información. Ahora se sumó otro actor a la disputa rutera. Cansados de no ir a ningún lugar, y gastándose sus últimos pesos, aparecieron los transportistas de camiones, subiendo la apuesta: o pasan todos o no pasa nadie (como dijo hace semanas Pablo Moyano que casualmente es del gremio de… los camioneros). Por supuesto, TN sigue transmitiendo en cadena, mostrando la impresionante caravana de camiones en la ruta y meneando el peligro de desabastecimiento, me parece, un poquitín más que durante la primera versión del lock out del “campo”.

A la presión mediática, el gobierno responde en un estado casi cocobasilesco de “no comment”. Silenzio stampa. Hasta que Crítica ventila los dichos de Néstor y la cosa vuelve a tomar temperatura. Y si bien la nota no deja muy claro cuán cierta es la infiltración realizada por el cronista, lo que no deja dudas es que Kirchner tiene un solo discurso, al menos en este tema.

¿Estamos al borde de una crisis sin precedentes? Lo dice la Iglesia, con cierta malicia, paragonando a la crisis social del preanuncio del adiós de De la Rúa. Casi a coro, el inefable ex senador Duhalde aparece metiendo baza para llevar agua a su molino, que en 2009 será el peronismo con poder territorial aunque menguado en provincia de Buenos Aires, más lejos o más cerca del macrismo.

En medio de las histerias de la disputa, comienzan a aparecer tibias (y no tanto) menciones al verdadero problema que ni los productores del “campo” ni el gobierno han querido señalar. ¿Será porque a los primeros los tienen de rehenes? ¿Será porque han sido los beneficiarios de las políticas del segundo? Hace falta mencionarlos, sí, para ir pensando en el debate que viene. Cargill, Dreyfus, Monsanto, ADM, Bunge. Y también Aceitera General Deheza.

Igual, para los trasnochados de siempre, a no confundir. Aún con todo lo señalado hasta aquí, no hay espacio para los golpes. Ya sean a la vieja usanza o las perfeccionadas alla 2002, por más que se reunan las cúpulas eclesiales y aparezca nuestro productivista ex senador bonaerense queriendo bajar línea de estadista. Los argentinos no queremos volver a ningún pasado, aunque la música suene maravillosa.

Termino de tipear estas palabras y en la tele hay otra imagen (que también acompaña estas líneas) que de atropellada se gana el título, abrocha otro eslabón en esta película de los últimos tres meses. El saludo a los periodistas en su día (a los de esta revista, a los que admiramos, nunca a los operadores ni a los mercachifles) ya no será el cierre de esta nota, aunque no pierda su sinceridad.

En estos 90 días de conflicto, hemos visto cosas imperdonables. Sacarse la leche va a costar una bocha.

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