Aún a pesar de las chapas del techo, adentro de la parroquia Virgen de Caacupé el clima es agradable. Afuera el sol castiga con esa dureza que solo el diciembre argentino sabe aplicar. Las bocinas, el movimiento incesante en la calle revelan lo que la villa 21-24 verdaderamente es: un apéndice de pleno derecho de la Ciudad de Buenos Aires, aún a pesar de su condición marginal y alejada de ese centro que todo lo expulsa. Ahí, en aquellas veredas que también son porteñas, el Padre Lorenzo “Toto” de Vedia es un personaje central. Heredero del trabajo del Padre Pepe en esta parroquia que en 2009 bautizó un aún Jorge Bergoglio, Toto lleva adelante un trabajo pastoral en el barrio que, como él mismo aclara, no está divorciado del trabajo social.
Para cerrar el año de nuestro Ciclo de Entrevistas Públicas, el Padre Toto se sentó junto a Adrián Murano y habló de la vida y el trabajo de un cura villero, del momento social de la Argentina, de la Navidad de los pobres y de sus impresiones tras un diciembre cruzado por las manifestaciones en contra de la reforma previsional y la consecuente represión policial. Para Toto «no sorprendió la violencia» y señaló los peligros de un cóctel entre «bajón social y falta de profesionalismo» en las fuerzas de seguridad.
Además, habló de su relación con el Papa Francisco y de su impacto en la iglesia argentina, recordó al Padre Carlos Mugica y contó de qué se trata la tarea de los curas villeros y la vida en el barrio Zavaleta. «En la villa se pasa de la fiesta al duelo con una vertiginosidad impresionante».
Mirá la entrevista completa.