Primero Petrosur, luego PetroCaribe y ahora Petroandina: otro paso para el anillo energético de América del Sur

Por Causa Popular.- El pasado lunes se realizó en Perú la XVI cumbre de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), donde el primer mandatario de Venezuela asumió su presidencia por un año. Hugo Chávez, quién insistió nuevamente en que ganará “la pelea del socialismo” en Venezuela, no detiene su camino hacia la conformación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), y la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). En Lima, el país anfitrión, Colombia, Bolivia, Ecuador y Venezuela, llegaron a un acuerdo para integrarse en torno a Petroandina, una asociación que busca optimizar la utilización de la riqueza en petróleo y gas de la subregión.

La Comunidad Andina de Naciones, que el lunes 18 de julio realizó su cumbre en Lima, acogió una propuesta del presidente Hugo Chávez para que Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia se unan en torno de las enormes reservas de gas y petróleo existentes en esta subregión.

Así como lo hiciera en su propio país a fines del mes de Julio -ver Causa Popular del 2 de julio- con los países del caribe, y la propuesta a estos de conformar PetroCaribe, Chávez aprovechó la Cumbre para interesar en su propuesta de Petroandina, la que él mismo definió como una asociación estratégica de las empresas petroleras de los cinco países. La misma participaría de la “articulación de tres grandes espacios geopolíticos y geoeconómicos en Sudamérica y el Caribe”.

Esos tres espacios son -según lo explicó el mismo presidente venezolano en el final de la cumbre-, el caribe insular, servido por PetroCaribe, ya en marcha; Petrosur, “acordada por Argentina y Brasil”, y la propia Petroandina. Chávez no se anduvo con vueltas y expresó, “Hay que hacer una reunión de ministros de Energía en Caracas ya, si es mañana, mejor” para dar nacimiento a Petroandina, señaló quién asumió como presidente protémpore de la CAN por el lapso de un año.

El mandatario inclusive mencionó varios de los proyectos que podrían empezar a tomar forma o facilitarse por Petroandina. “Uno de los proyectos prioritarios que hemos visto es regular las necesidades energéticas de nuestros países en base al estudio que hagamos de cada uno”, señaló.

Mencionó como ejemplos la posibilidad de invertir para su mejoramiento en la refinería de Cartagena, al norte de Colombia, al igual que la construcción de un gasoducto ya proyectado en la Guajira colombo-venezolana.

Luego se refirió a la posibilidad de construir un poliducto que uniría la costa caribe de su país al Pacífico colombiano para la exportación de hidrocarburos a China (el país más interesado), Japón y la India, “que están incrementando su consumo energético”.

Chávez mencionó también el caso ecuatoriano. “Allí hay problemas de refinación. Cómo es posible que Ecuador tenga que enviar petróleo crudo hacia el norte y tenga que importar gasolina?

El objetivo es que se autoabastezca y después que le venda gasolina a los países vecinos que lo necesiten”, dijo el mandatario.

La CAN acogió con entusiasmo la propuesta, y la plasmó en su Acta, señalando que se debe “concretar una alianza energética andina, incluyendo la propuesta venezolana para la creación de Petroandina, como mecanismo de cooperación”, al tiempo que recomendó que los ministros de Energía den una opinión sobre el tema antes de fin de año cuando habrá una reunión presidencial extraordinaria.

Luego el secretario general de la CAN, Allan Wagner, anunció que en unos diez días se reunirán en Caracas los ministros andinos de Energía a fin de elaborar la propuesta sobre la unión energética y la creación de Petroandina.

La unión energética de Sudamérica y el Caribe ha sido una obsesión para Chávez, quien el mes pasado, durante la Cumbre del Mercosur en Asunción, propuso la creación de un cono energético sudamericano (red de gasoductos y redes eléctricas), a fin de cubrir las necesidades de los países de la región.

Estas ideas se suman al proyecto de crear un anillo energético, que llevaría gas desde el campo peruano de Camisea a Chile, Argentina, Brasil y Uruguay.

Chávez señaló en el pasado que “el anillo energético es algo muy importante porque se trata (de) ir tomando acciones para cubrir las necesidades energéticas de los países del Cono Sur en el futuro inmediato, o mediano plazo”.

En este sentido Chávez consideró que ese anillo debe conectarse con la parte norte del continente, con base en la reserva venezolana de hidrocarburos, dado que ese país concentra el 68% de las reservas de gas de Sudamérica y el 57% de las ubicadas en América Latina y el Caribe.

Se consolida el liderazgo de Chávez en la región

Mediante bromas, polémicas y frases detonantes, Chávez dejó en Lima muy claro su carisma, pero también su capacidad de convocatoria que quiere extender a toda América Latina.

Algo que suscitó preocupación entre quienes se hacen eco del discurso estadounidense y critican un supuesto perfil populista y autoritario.

En una visita de poco más de 24 horas a la capital peruana, Chávez provocó revuelo y acaparó la atención de la prensa por su gran despliegue de locuacidad y su estilo estridente al abordar temas regionales y de actualidad.

Antes de retornar a Caracas, el presidente venezolano dio una larga entrevista a la emisora Radioprogramas del Perú donde pareció sentirse en su casa, entablando diálogo con oyentes que se mostraban cautivados por el estilo coloquial del que hacía gala.

Chávez sacó a relucir su experiencia radial por dirigir el programa dominical «Aló Presidente» en una emisora caraqueña.

Negó ser un dictador, tal como lo califican sus adversarios, y dijo que toda persona que le hace esa acusación “o es loco de atar, un ignorante absoluto, un mal intencionado o un embustero”.

Pero eso no impidió que gastara una broma luego en la sede de la CAN cuando ironizó al afirmar “soy el dictador, pero no tanto”, al proponer la fecha de una reunión del parlamento Andino que, sin embargo, puede ser variada si hay una propuesta mejor, según anotó.

Directo en sus opiniones, no perdió oportunidad y volvió a criticar al presidente norteamericano George W. Bush como “un tirano”, a quien no le interesan los niños muertos debido a la invasión de Irak.

Con la verborragia que lo caracteriza y su estilo ameno, aprovechó también para criticar, una vez más, con dureza al neoliberalismo como causante de la miseria en América Latina.

Pero no fue todo rechazo, y se referenció con las figuras del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y del presidente de Cuba, Fidel Castro, de quienes dijo son “mis hermanos”.

El cargo, que desempeñará por un año en la CAN, le fue entregado por su colega peruano Alejandro Toledo al culminar la Cumbre andina a la que asistieron también los mandatarios Álvaro Uribe de Colombia, Alfredo Palacio de Ecuador y el canciller Armando Loaiza de Bolivia.

El presidente de Perú, muy cuestionado en su país por numerosas manifestaciones populares, dedicó sus últimas palabras como presidente a la necesidad de conquistar los mercados y construir instituciones democráticas y consideró fundamental poner un rostro humano a la globalización, un capitalismo humano para los países de la región.

Al regresar a Venezuela, Chávez se refirió indirectamente a las palabras de Toledo y, por si quedaban dudas al respecto, aclaró que él pensaba que humanizar el capitalismo, es como pensar en «el diablo humano».

Chávez se proclamó a principio de este año socialista y llamó a su país a debatir acerca de ese modelo. El presidente ha aclarado que el socialismo que propone es adaptado a las realidades de este país sudamericano y no intenta copiar modelos de otros países.

Luego, comentó como llegó a tomar partido por estas ideas: “Yo creía en una época en la Tercera Vía, una vez lo dije, (…) que en Inglaterra hablaban de la Tercera Vía, que en Alemania hablaban del capitalismo humano, (pero) es mentira.

Es como decir «el diablo bueno», es absolutamente incompatible”, subrayó. Según el mandatario “el capitalismo destruye al ser humano, lo destruye primero moralmente y segundo lo vuelve pedazos, no sólo a la sociedad, al medio ambiente (…) por el ansia de ganancia, del capital, de la riqueza sin límite”.

Desde que se consolidó en el poder luego del fallido golpe de Estado del 2002, y el aplastante triunfo en el referéndum revocatorio realizado a mitad de su mandato, Chávez radicalizó su discurso y habla cada vez con más frecuencia del “socialismo del siglo XXI”.

Si bien los mandatarios de las naciones andinas, menos Venezuela desde 1998, fueron sumisos a los intereses del Imperio norteamericano en la región, el discurso de Alejandro Toledo al cerrar la cumbre parece marcar un viraje en el escenario político, desatado luego de las crisis ecuatorianas y bolivianas. Viraje que puede explicar en parte lo bien recibida que fue la propuesta de integración de Chávez.

Cuando los Estados Unidos permitieron en América Latina la implementación de modelos de Estado benefactor, tenían como objetivo reducir los efectos devastadores del capitalismo en la región para evitar que los pueblos dieran un giro hacia el comunismo, contra quién se encontraban en una cruenta guerra fría.

Las crisis ecuatorianas y bolivianas, más el masivo apoyo popular a Chávez, parecen ser una advertencia a las ambiciones desmedidas de los capitales transnacionales en la región.

¿Habrá llegado el momento de volver a ceder un poco las exponenciales ganancias para evitar más crisis institucionales, y contener el avance del socialismo del siglo XXI comandado por Chávez?.

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