Desde hoy todos los pibes argentinos son más iguales. Eso es indiscutible y lo hizo este gobierno. Le guste a quien le guste. Y quizá esos pibes lo lean de grandes con sus hijos en los manuales de historia del futuro. Y las Svampa y los Arroyo y los consultores del Banco Mundial del dos mil no sé cuanto se van a tener que comer esta galletita.
«Plata en el bolsillo de la gente generando derechos» viene predicando el Escriba hace tiempo. Y se nos dio. Y por eso se emociona.
«Un día peronista» dirán algunos compañeros. Recibo un sms de uno de ellos: «La izquierda habla, la derecha conspira, nosotros gobernamos para el pueblo». El día de hoy va a quedar grabado en la historia de las luchas populares en el país más allá de la camiseta que cada uno tenga puesta. Pero nadie le quitará a este gobierno el crédito.
Cristina firmó el decreto que otorga la asignación universal para protección social por hijo menor de 18 años. 180 mangos por pibe. Diez mil palos por año que la ANSES va a volcar a los bolsillos de los más desprotegidos, de los maltratados por el sistema, de los excluídos. Parte de esa misma guita que hace un año se timbeaban los turros de Siembra, Máxima, Araucabit y la puta madre que los parió, ahora se va a gastar en una farmacia de Florencio Varela, en un almacén de Rosario, en una librería de Posadas.
Eso. Redistribución de la riqueza. Que un changuito de La Matanza se gaste aunque sea 20 sopes que podían haber estado en la billetera de Biolcati.
Al que no le guste, que se acuerde del Diego, que mañana cumple años.