Populismo

Por Enrique Oliva, especial para Causa Popular.- ¿Quién, y de mala fe, inventó la palabra populismo como una categoría política criticable, algo relativo a demagogia, autoritarismo, antidemocrático o envilecimiento de masas? El término es frecuente escucharlo en personajes tales como George W. Bush, Tony Blair, Condoleezza Rice, Dick Cheney, Donald Rumsfeld y otros halcones como el servicial José María Aznar para condenar a pueblos soberanos.

Las palabras populismo y populista son repetidamente utilizadas con fines descalificantes a gobiernos, partidos políticos o personas de actividad pública, como señalándole defectos graves. Se usan a diario en los medios, tribunas parlamentarias o simplemente en conversaciones en familia o en el café sin que nadie tenga una explicación razonable de lo que dice. Entonces, en esa irresponsable vaguedad, caben variadas interpretaciones arbitrarias. Es una etiqueta desmerecedora, tal como podría decirse corrupto (o corruptor), falso, imputado de ideas exóticas y, porqué no, hasta terrorista.

En lenguaje diplomático y a niveles gubernamentales, las aplican a menudo en Europa y Estados Unidos, como antes tanto han abusado los cazadores de brujas con las calificaciones de comunista, nazi, fascista, conspirador, anarquista, ateo, fundamentalista, etc. Es una forma de lanzar a la hoguera con un sambenito inlevantable.

Sería pues bueno recorrer todas las lenguas del mundo para saber qué se quiere decir con esas expresiones y de donde vienen.

Lo cierto es que recurriendo al diccionario de nuestra lengua regenteada por la Real Academia Española, en su última edición del 2001, nos encontramos que la palabra populismo no existe. Eso si, vemos a populista como honorable, nada indecente, sin el más mínimo desmedro de quienes actúan en política o simplemente piensan. Ese adjetivo se explica como “perteneciente o relativo al pueblo. Partido Populista”.

En cuanto al término popular, tiene 6 significados, a saber:

– “1-Perteneciente o relativo al pueblo.
– 2-Que es peculiar del pueblo o procede de él.

– 3- Propio de las clases sociales menos favorecidas.

– 4-Que está al alcance de los menos dotados económica o culturalmente.

– 5-Que es estimado o, al menos, conocido por el público en general.

– 6- Dicho de una forma de cultura: Considerada por el pueblo propia y constitutiva de su tradición”.A popularidad le atribuye: “Aceptación y aplauso que alguien tiene en el pueblo”. Y llama popularismo como “tendencia o afición a lo popular en formas de vida, arte, literatura, etc.”

Populismo en el Nuevo Espasa Ilustrado

Aclaremos ante todo que el Diccionario Espasa tiene mucho prestigio en España e Hispanoamérica, pues se toma la libertad de corregir o ampliar al oficial, a veces hasta con saña. La madrileña revista El Cultural, en su edición del 2 de enero del 2003 ironizaba: “¿y qué pasará, me dicen, con la nueva edición del Diccionario de la Real Academia Española? ¿Seguirá fiel a Espasa?”. Por esas dudas hemos recurrido a este último y comprobando mejor información.

La última edición, del 2002, del Nuevo Espasa Ilustrado, publicado meses después que el de la Real Academia, reproduce casi textuales las definiciones del mismo, pero se permite -como siempre lo ha hecho- explicar mejor los significados y agregar términos de uso corriente pero aun no oficializados. Y nos trae la palabra populismo, ofreciéndonos dos respuestas que consideramos acertadísimos.

– 1 – “Doctrina política que pretende defender los intereses y aspiraciones del pueblo”.

– 2 – “Sistema político desarrollado en América Latina que cuenta con el apoyo de obreros y ciertos sectores burgueses y de la industria. Su fin primordial es la realización de reformas sociales y económicas encaminadas a la industrialización del país”.

Bienvenido pues el “insulto”. ¡Adoptémoslo! Así hizo Perón, cuando un gorila trató al pueblo en las calles, el 17 de octubre de 1945, de “descamisados”. Y él se quitó el saco para cambiar la historia.

Aznar promete detener al populismo

El hoy desocupado José María Aznar conoce bien el idioma español. Sin embargo, insiste en usar la palabra populismo a sabiendas que no existe en el Diccionario de la Real Academia, pero no ignorará lo que en la práctica y en la historia quiere decir, aunque no haya hojeado al Espasa.

Hace unas pocas semanas, visitó en Chile al presidente socialista Lagos y luego en una conferencia de prensa habló pestes del “populismo que se expande peligrosamente por Latinoamérica”.

Ese concepto, cuyo significado preciso no explica, lo repite a menudo. Días atrás, reiteró su pensamiento y programa de acción recorriendo otros países de nuestro continente, amenazando:

“…Estoy dispuesto a contener la marea populista de América Latina porque pueden volver viejas políticas malpensadas…Las ideas de centro derecha son las que han llevado prosperidad a América Latina…”

Por supuesto, se referirá a las políticas “malpensadas” del General Perón que se permitió industrializar al país. ¡Qué parecido el lenguaje de Aznar al del Gran Hermano texano!

La precedente trascripción solo se ha criticado por Internet, por el bien informado amigo virtual José, un activo internauta que vive en una selva del NE argentino.

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