Pérez Esquivel a 30 años del Serpaj: «No hacen falta más policías, sino más trabajo y respeto»

Por Causa Popular.- El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel consideró que el reclamo social de más seguridad urbana «no se resuelve con más policías, sino con más trabajo y respeto al ciudadano». Cuestionó también a Juan Carlos Blumberg porque «está promoviendo el fascismo y la discriminación de los pobres».
En una entrevista concedida a la Agencia Nacional de Noticias Télam, Pérez Esquivel analizó la realidad social desde la perspectiva de la lucha por los derechos humanos y en el marco del trigésimo aniversario del Servicio de Paz y Justicia, un organismo originalmente vinculado a la promoción de los sectores más necesitados que luego debió centrarse, por necesidad, en luchar contra las dictaduras. Causa Popular, reproduce los tramos salientes de este reportaje.

El 18 de septiembre el Serpaj cumplió 30 años. Su fundador Adolfo Pérez Esquivel estuvo preso y obtuvo en 1980 el Premio Nobel de la Paz, una de las primeras respuestas de la comunidad internacional a la masiva desaparición forzada de personas en la Argentina.

– ¿Qué cambios ha visto en estos últimos 30 años en materia de derechos humanos?

Cuando decidimos en Medellín en 1974 organizar los movimientos, trabajábamos en la ayuda a los sectores populares más necesitados y en la resolución de los conflictos por medio de la no violencia. Era un momento particular porque en América comenzaban a imponerse las dictaduras militares y existían grandes contradicciones porque no todos estaban de acuerdo con la no violencia.

-¿Ustedes surgieron entonces antes de lo que luego se llamó movimiento de derechos humanos?

Al año comenzamos a recibir a mucha gente de Chile por el golpe de Estado de (Augusto) Pinochet y si bien nuestro trabajo era el acompañamiento de comunidades campesinas, empezamos a atender a mujeres que desesperadas buscaban a sus hijos. Esas mujeres fueron después las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Ahora en SERPAJ trabajamos con chicos en dos `aldeas, en las que les damos educación, capacitación y conciencia crítica, así como también continúa el trabajo con organizaciones populares a nivel latinoamericano.

-Es decir que pasaron de dictaduras a democracias.

En 30 años de trabajo hemos visto demasiadas cosas, buenas y de las otras. Ni los escenarios ni los sujetos fueron estáticos. Si bien no están más las dictaduras militares, aún hay mecanismos de dominación.

-¿Cómo observa a esta Argentina en democracia?

A la Argentina la veo como un país fracturado donde los gobernadores se adueñaron de sus provincias y existe una elite del poder que funcionan como señores feudales con total impunidad. Ellos están entregando el país, una acción que comenzaron los militares, siguió (Carlos) Menem con las privatizaciones y ahora pasa por entregar las tierras que le sacan a los indígenas.

-¿Eso implica que no ve cambios en la situación?

El actual Gobierno está haciendo un esfuerzo porque tuvo el coraje que otros no tuvieron de tratar de recuperar las instituciones del Estado. Si logra que nada más que las instituciones funcionen correctamente va a ser una revolución en el país, aunque tiene una fuerte presión del FMI.

-¿Qué valoración hace del actual gobierno?

A este Gobierno hay que apoyarlo desde una posición crítica pero con un sentido constructivo para que no fracase.

-¿Qué siente cuando Blumberg levanta su reclamo a los organismos de derechos humanos?

Blumberg es peligroso porque está promoviendo el fascismo al pedir mayor control, más penalización y la baja de la edad de imputabilidad de los chicos porque así se los discrimina. Lo que dice, a través de una campaña mediática, es que debe haber más seguridad para los ciudadanos, pero ¿Cuál es la seguridad de un pobre, de un chico que está en la calle o de un piquetero que no puede darles un plato de comida a sus hijos y que son marginados por el solo hecho de ser pobres?

-¿No está de acuerdo con el reclamo de más seguridad urbana?

No vamos a apoyar la política de Blumberg porque es represiva. Queremos seguridad social y trabajar pero desde otro punto de vista porque más policías no van a resolver el problema de la seguridad, sino que eso pasa por políticas sociales que generen más fuentes de trabajo, mayor nivel educativo y dar un sentido de vida a los chicos. A esos que Blumberg desprecia, y a los que hay que respetar como ciudadanos.

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