Por Enrique Oliva, especial para Causa Popular.- ¿Saben los niños y hasta universitarios argentinos que la Declaración de la Independencia comienza diciendo: “Nos los representantes de las provincias unidas de Sud-América, reunidos…”?. ¿Se recuerda acaso en las escuelas que los miembros de aquel Congreso juraron “promover y defender la libertad de las Provincias Unidas de Sud-América”?. Con esos y otros olvidos se deja sin explicación porqué San Martín fue recibido como “Libertador” y “compatriota” en Chile y Perú. ¿Y la Independencia Económica Argentina declarada por el General Juan Perón el 9 de julio de 1947 en la misma Casa Histórica de Tucumán, no tiene hoy dramática actualidad para recordarla y recuperarla?
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Ilustración: El 9 de julio de 1816: las Provincias de la Unión se declararon independientes de España y de toda dominación extranjera.
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Como todos los años, este mes recordamos el 9 de Julio como Día de la Independencia Nacional. Pero esta vez, la clase política utilizó el aniversario, en gran medida, como parte de una campaña electoral más, sin evocar su profundo significado y compromiso (todavía incumplido) con esta y futuras generaciones.
Se olvidó el profundo sentido patriótico y continental de aquella fecha histórica suramericano. Si, SURAMERICANA, como lo dice y repite expresamente aquel documento firmado por verdaderos patriotas continentales.
Diez días después, el Congreso de Tucumán, siguiendo sus deliberaciones, vuelve a decir lo mismo en el acta de la sesión del día 19 de julio, al acordar la fórmula de juramento para los representantes que firmaron aquel documento.
Así como se nos enseñó de chicos a memorizar íntegro el preámbulo de la constitución unitaria de 1853, una mala traducción de Alberdi con ligeros cambios del encabezamiento de la carta magna norteamericana, debería hacerse repetir el preámbulo que inspiró a los padres de nuestra independencia.
El preámbulo de la Declaración de la Independencia
“Nos los representantes de las Provincias Unidas de Sud-América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representan, protestando al cielo, a las naciones y a los hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos; declaramos solemnemente a la faz de la tierra que es voluntad unánime e indubitable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligan a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas e investirse del alto carácter de nación libre independiente del Rey Fernando VII, como de sus sucesores y metrópoli”.
Queda claro, pues, que la declaración de la independencia no era solo de las provincias argentinas, sino de toda Suramérica. De ese modo, como era voluntad de San Martín, su Ejército Libertador podía comenzar su gloriosa campaña militar con el mandato expreso de una nación legalmente constituida, la Nación Suramericana. Así, al dirigirse al pueblo chileno como al peruano, comenzaba sus arengas diciendo con énfasis, orgullo y derecho: ¡Compatriotas!
¿Cómo juraron los congresistas?
Como está dicho, el Congreso de Tucumán dispuso una fórmula de juramento de la independencia, de acuerdo a una fórmula previamente convenida que decía así:
“¿Juráis por Dios Nuestro Señor y esta señal de la Cruz, promover y defender la libertad de las Provincias Unidas en Sud-América y su independencia del rey de España Fernando VII, sus sucesores y metrópoli y toda otra dominación extranjera? ¿Juráis a Dios nuestro señor y prometéis a la Patria el sostén de estos derechos hasta con la vida, haberes y fama?”
Hoy, cuando con razones innegablemente necesarias y urgentes estamos conformando la Unión Suramericana de Naciones, debemos recordar aquel mandato jurado por nuestros mayores y que tenían bien en claro no solo San Martín y Bolívar, tratándose de “compatriotas”, como ocurría en tantos otros pueblos hermanos.
Declaración de la Independencia Económica
Probablemente el sitio de Internet ARGENPRESS Info de Buenos Aires haya sido el único medio en recordar en nota del pasado domingo 10, que también un 9 de julio, el de 1947, en la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán, el presidente constitucional General Juan Perón declaró la Independencia Económica Argentina. “Tres días antes de la Declaración -dice el artículo sin nombre de autor- Perón afirmó que ‘el coloniaje económico importa el vasallaje y que el imperialismo capitalista interfiere la vida de los pueblos en su desmedido afán de lucro’, dos verdades que aun tienen plena vigencia”.
Luego, la mencionada nota destaca que Perón, al dirigirse a los tucumanos, expresó: “Que sea esta para todos los tiempos la meca de nuestra independencia, donde los hombres lleguen con unción ante este altar sagrado de la causa de la Libertad para .prometer al pueblo que ningún argentino, por miserable que se sienta, podrá exponer jamás la bendición de su soberanía y de su independencia”.
Invitación: Por la importancia para todos los argentinos de este tema candente, ante el descarado avance del Imperio, lo trataremos por separado, invitando al criollaje patrio a opinar.