Paul Schäfer, violador nazi preso en Argentina: expulsión en cuenta regresiva

lanacion.cl
Como señales a favor de que Argentina enviará al líder de Colonia Dignidad a enfrentar la justicia chilena sin más dilaciones, se interpretó anoche la partida a Buenos Aires de un avión de la Fach con equipos médicos. A ello se sumó que el subsecretario del Interior retrasó su regreso.
Datos de inteligencia obtenidos por la policía chilena, la perseverancia del abogado Hernán Fernández y la colaboración de la jueza argentina María Servini de Cubría permitió dar con el paradero del jerarca de Villa Baviera en una pequeña localidad de Argentina. El hilo de la pista principal se cogió en Talca en 1998, pasó por Santiago y terminó ayer en Buenos Aires. Biografía y prontuario de Paul Schäfer

Pese a que en Argentina se informó ayer, extraoficialmente, que la administración Kirchner no utilizaría la vía rápida para devolver a Chile al ex líder de Colonia Dignidad, Paul Schäfer, en La Moneda rondaba cierta cuota de optimismo en torno al resultado de las gestiones que realizó en Buenos Aires el subsecretario del Interior, Jorge Correa Sutil.

Y las esperanzas se acrecentaron anoche, cuando un avión de la FACH, dotado de instalaciones médicas, partió rumbo a Buenos Aires. El equipamiento de la aeronave fue considerado clave debido al cuadro de hipertensión arterial, que obligó a la internación de Schäfer en el hospital de la localidad de Marcos Paz, donde estaba detenido.

Esta señal de optimismo, se acrecentó aún más cuando Correa Sutil postergó su retorno a Santiago, y alojó anoche en la sede de la delegación diplomática que dirige el embajador Luis Maira.

El compromiso trasandino

El subsecretario viajó en la mañana de ayer a Buenos Aires por instrucciones directas del Presidente Ricardo Lagos, y allí se entrevistó con el ministro del Interior Aníbal Fernández, a quien le entregó un completo dossier de antecedentes sobre el germano, prófugo de la justicia chilena desde 1997.

Y aunque la prensa bonaerense intentó confirmar a través de él que Argentina había rechazado la vía rápida para devolver a Schäfer a Chile, Correa Sutil fue en todo momento muy cauto, y se limitó a descartar que Fernández le haya planteado la “imposibilidad de la expulsión”.

Es más, el subsecretario chileno bogó por la deportación fundada en que el jerarca germano ingresó al país vecino sin papeles. “Naturalmente, es más rápida la vía de la expulsión que la extradición”, indicó, para luego recalcar “el enorme interés que tiene el pueblo y el gobierno de Chile en una pronta llegada de Paul Schäfer al país para que pueda responder a los cargos que se le hacen judicialmente”.

Su único anunció en realidad, fue comunicar el compromiso del gobierno de Argentina de “resolver esto lo antes posible”. Apremio entendible, si se considera que el Presidente de ese país, Nestor Kirchner, iniciará el lunes una visita oficial a Chile, la que sin este ingrediente ya se anunciaba compleja a causa de los crecientes cortes de suministro de gas, que esta semana entorpecieron la labor de varias empresas relevantes de nuestro país.
Las gestiones de Correa fueron reforzadas desde Santiago, por el ministro de Interior José Miguel Insulza, quien está desde la captura de Schäfer en contacto permanente con Fernández, su par trasandino.

Tanto así que el panzer declaró que “espero que lo expulsen a Chile. Creo que los otros países no van a tener grandes dificultades en eso. Tenemos la fundada esperanza que las cosas resulten bien”, afirmó.

La Moneda resolvió jugarse a fondo por la expulsión, pues este es el camino más rápido para lograr que el alemán que fue detenido el jueves en Buenos Aires enfrente a la justicia chilena por la comprobación de abusos deshonestos contra 27 menores en el enclave alemán; el secuestro del mirista Álvaro Vallejos Villagrán; la desaparición de Boris Weisfailer y las investigaciones por torturas cometidas en Villa Baviera.

La evaluación que se hace en palacio apunta a que si bien Schaefer también es requerido por la justicia de Alemania y Francia, la balanza se inclina hacia Chile, tanto por la gravedad de los delitos a los que es vinculado en nuestro país, como por el hecho que la orden de detención internacional fue emitida por el ministro en visita Joaquín Billard, quien investiga la desaparición Vallejos, conocido también como el Loro Matías.

Ese argumento se fortalece debido a que al momento de su captura, Schäfer no tenía documentación vigente, por lo que su entrada a Argentina fue absolutamente ilegal.

Los casos que esperan justicia

Aunque la detención de Paul Schaefer reactivará los procesos por el abuso sexual a menores cometidos en Colonia Dignidad, serán los casos vinculados con violaciones de derechos humanos los que complicarán aún más su destino judicial.

El ex jerarca del enclave alemán tiene orden de detención en los procesos que sustancia el ministro Joaquín Billard por el secuestro de Alvaro Vallejos Villagrán -por el cual se dictó la orden de captura internacional-, y por la desaparición de Boris Weisfailer. A ello se agregan las investigaciones por torturas cometidas en Villa Baviera, realizadas por el juez Gerardo Bernales.

Además, la directora del Sename, Delia del Gatto, anunció que se pedirá la reapertura del sumario del proceso que llevaba el juez Hernán González en contra de Schaefer por abuso sexual de menores.

En noviembre de 2004 el ministro en visita Hernán González condenó a los miembros de la cúpula de la ex Colonia Dignidad como cómplices de 26 delitos de abusos deshonestos cometidos por el líder de ese enclave de la Séptima Región, Paul Schaefer. Debido a que el ciudadano alemán no pudo ser detenido fue declarado en rebeldía

Cómo se gestó la detención de Paul Schäfer en Buenos Aires

Datos de inteligencia obtenidos por la policía chilena, la perseverancia del abogado Hernán Fernández y la colaboración de la jueza argentina María Servini de Cubría permitió dar con el paradero del jerarca de Villa Baviera en una pequeña localidad de Argentina. El hilo de la pista principal se cogió en Talca en 1998, pasó por Santiago y terminó ayer en Buenos Aires.

Por Jorge Molina Sanhueza

Cuando ayer Paul Schäfer detenido a las 14:45 horas, en la calle Juan XXIII, en el barrio Las Acacias, del sector Las Tortuguitas, a 40 kilómetros de Buenos Aires por la policía argentina, culminó una indagatoria de casi un año hecha por la Policía de Investigaciones, cuyos detalles revela La Nación.

En 1998, cuando los allanamientos a la ex Colonia Dignidad estaban en su punto más álgido, un miembro del equipo investigador con asiento en Talca, casi se gana una reprimenda de la jefatura de la policía civil por insistir que Paul Schäfer ya se había escapado del enclave.
Sólo el abogado Hernán Fernández, defensor de los menores abusados por el jerarca de Villa Baviera y que llevaba años indagando sigilosamente las formas de operar del grupo, creyó esta versión.

La unidad de la policía aplicó ese mismo sigilo y análisis al usar la Ley de Extranjería para conocer la salida de personas por distintos pasos fronterizos. Su olfato le indicaba que si los guardaespaldas de Schäfer y sus enfermeras no se encontraban en el enclave, era obvio que el máximo líder también había salido de allí. A ello se sumaba el relajo de los sistemas de seguridad y control. La disciplina, definitivamente no era la que hubiese imperado si se quisiera evitar la captura. Por lo tanto, los constantes allanamientos de poco habían servido.

El análisis de los registros de Extranjería le entregó a los detectives más que una mirada general: obtuvieron una radiografía de los miembros de la Colonia Dignidad que entraban y salían de Chile, como también de los que se quedaban por más tiempo en el exterior.
Esa lista fue entregada a la Interpol para que cada vez que uno de los miembros de la Villa Baviera pisara el suelo extranjero, se enviara a Chile toda la información de inteligencia, judicial y de cualquier índole disponible, con el fin de nunca perder los pasos de los sospechosos.

La difusión de Interpol «sonó» muchas veces en Argentina, en Perú, en Bolivia, como en otros países. Pero no fue hasta que uno de los miembros del círculo más cerrado de Schäfer quiso asentarse definitivamente en Argentina con su nombre real, que las sospechas de que el jerarca de Villa Baviera estaba vivo, escondido y con su red de protección completamente operativa, comenzaron a tomar forma.
La finca

El análisis de los elementos reunidos por la policía indicaba que un grupo de la ex Colonia Dignidad se había instalado a 40 kilómetros de Buenos Aires, en una finca de gran tamaño. Debido al manejo operativo tradicional de los miembros de Villa Baviera, era esperable que el lugar estuviera adaptado con más de una salida, túneles, sistemas de seguridad tecnológica, y una disciplinada rutina de movimientos de sus habitantes para dificultar la acción policial.

La información llegó primero a Talca y no a Santiago, pero el abogado Hernán Fernández sabía que la investigación local se movía con una lentitud desoladora, por lo que decidió profundizar esta arista del caso sin ayuda, aunque paralelamente Investigaciones seguía indagando y pidiendo mayores detalles.

Pero Fernández, con sus propios medios y un grupo del programa Contacto de Canal 13 viajó hasta el país vecino, e inició una serie de pesquisas que rodeó de un silencio sepulcral.

En Buenos Aires comprobó que existía una fuerte y disciplinada organización que protegía a alguien muy importante de la Colonia Dignidad. Regresó entonces a Chile y se contactó con Sandro Gaete, entonces uno de los detectives más antiguos del otrora Departamento Quinto. Era como si el destino y la pasión por investigar a Schäfer los hubiera unido para dar el golpe final a una organización que desde mediados de los ’60 se enquistó en la precordillera de la VII Región.

Pero faltaba una orden judicial en Chile. Aunque la causa estaba radicada en Talca era obvio que los recursos regionales no daban el ancho para una investigación de esta índole. Por eso se prefirió operar con el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Joaquín Billard, quien había demostrado a la cabeza del Primer Juzgado del Crimen ser un juez férreo en los procesos por violaciones a los derechos humanos.

Era aproximadamente octubre de 2004 cuando este juez de caminar tranquilo, siempre con sus manos en la espalda, lentes y traje desabotonado, recibió esta información que le cambió la expresión del rostro.

El abogado Fernández declaró con el ministro Billard en un cuaderno secreto que se abrió en la causa del militante MIR Álvaro Vallejos Villagrán, el “loro Matías”, desaparecido en 1974. Y fue así como se generaron los contactos con la Interpol argentina, para iniciar la vigilancia de la casa donde, presumiblemente, estaba escondido Paul Schäfer.

El paso siguiente fue generar lazos de confianza con la policía trasandina. Y ello no fue fácil, menos al principio, pues la orden judicial con que trabajaban no los autorizaba a intervenir teléfonos, correspondencia ni a filmar a los sospechosos.

En ese instante intervinieron el jefe de la Brigada de Asuntos Especiales y Derechos Humanos, Sandro Gaete y su superior, el jefe nacional Contra el Crimen Organizado y Asuntos Especiales, Rafael Castillo, otro viejo conocido de Colonia Dignidad

Ambos se contactaron con la jueza argentina María Servini de Cubría, quien sustanció el proceso por el homicidio del general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, por el cual hoy en Chile está procesada la cúpula de la DINA.
Los vínculos con la magistrada eran, sin duda, inmejorables para conseguir una orden judicial que proveyera todas las fórmulas para indagar a Schäfer, pero había un detalle que desconocían: otro juez trasandino ya había otorgado una orden, por lo que se había constituido en una jurisdicción para indagar los hechos.

Mala suerte, pensaron los policías chilenos, pero Servini de Cubría les ayudó con una llamada amistosa a su colega..
Se trasladaron entonces hasta la próxima oficina, donde a partir del diálogo y la declaración judicial hecha por el propio Gaete, el magistrado amplió el espectro de facultades a los policías trasandinos.

El vínculo de confianza siguió después del estrado del tribunal, en un restaurante, donde se reconocieron mutuamente los trabajos. Un poco de ego debe tener todo buen policía, y a la luz de carnes y unas copas, la futura operación estaba sencillamente sellada. Ahora sólo faltaba esperar el momento oportuno para dar el golpe.

Fueron semanas de espera. De chequeos y contrachequeos. De lograr establecer las formas de movimientos, de entradas de salidas, llamadas telefónicas y traslados dentro de Buenos Aires.

La planificación de la operación se hizo con cautela en Argentina. De hecho, se descubrió que no era una sola residencia la que tenía la organización que protegía a Schäfer. Había un médico que le atendía, cuya identidad hasta ahora se desconoce, y una casa de seguridad para cualquier eventualidad.

La policía argentina entonces decidió dar el golpe. Pero hubo que esperar varias semanas para evitar que Schäfer escapara. Finalmente, ayer se inició la fase final de la operación y el jerarca alemán fue capturado sin que alcanzaran a organizar una resistencia. Ahora deberá responder ante la justicia chilena.

Paul Schäfer deberá declarar en el proceso a cargo del ministro Joaquín Billard en Santiago y en varias otras causas que se le siguen en Talca, tanto por abusos sexuales a menores como por derechos humanos.

Pero antes Schäfer enfrentará una posible expulsión desde Argentina, en momentos en que el Presidente Néstor Kirchner visite Chile la próxima semana.
También podría abrirse otro escenario, que es el inicio de un proceso de extradición que alargaría las cosas. En todo caso, esto recién comienza.

LAGOS SATISFECHO

El Presidente Ricardo Lagos se mostró muy satisfecho por la detención de Schaeffer, “como dice el dicho la justicia tarda pero llega y se aplica en este caso. Creo que ha sido muy importante la persistencia del gobierno para lograrlo y la colaboración de las autoridades argentinas. Converse con ellas para ver si se procede a la expulsión o extradición judicial. Es muy importante que se haya producido este hecho y habla también de la perspicacia con que se ha venido trabajado. Es una razón por la cual estamos todos contentos”.

Biografía y prontuario de Paul Schäfer

Paul Schafer, de 83 años, nació en Sieburg, Alemania, el 4 de diciembre de 1921. Hijo de padre desconocido fue criado por su madre junto a dos hermanos, Hanz y Walter, quienes murieron durante la Segunda Guerra Mundial.

Una vez terminada la educación primaria y secundaria en su ciudad natal, ingresa la juventud hitleriana y durante la ocupación nazi en Francia ostentando el grado de cabo se desempeñó como enfermero del ejército alemán.
Terminada la guerra y luego de desempeñar algunas actividades como mecánico y obrero Schafer se acerca a la religión bautista.

De regreso a Sieburg en 1959, crea junto a su amigo Hugo Baar, la Misión Social Privada, institución de ayuda a niños y jóvenes en riesgo social. Sin embargo, poco después, Schäfer fue acusado de abusar sexualmente de niños de la Misión Social y decide huir con sus colaboradores de Alemania.

Sale con rumbo a Bélgica y en 1961 llega a Chile, donde crea la Sociedad Benefactora Dignidad en la zona de Parral.
A partir de 1996 Schafer enfrenta en Alemania cargos por abusos de menores, los que fueron motivados por las querellas presentadas contra él en Chile. A la fecha el líder de Colonia Dignidad, enfrenta 28 procesos por abusos sexuales contra menores, evasión tributaria y secuestro, extensivos a algunos de sus más cercanos colaboradores.

Colonia Dignidad

El antecedente de lo que hoy conocemos como Colonia Dignidad se inicia en 1961 cuando un grupo de alemanes, entre ellos Paul Schäfer, llega a Chile y fundó la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad en las cercanías de la ciudad de Parral, VII Región. La sociedad creció y en 1966 sumaban 230 personas que realizan distintos trabajos de beneficencia entre los campesinos del lugar, a esta labores e fue sumando una escuela y más tarde un hospital .

La beneficencia siguió a la expansión de los terrenos, que dedicarían al trabajo agrícola, cultivo de bosques y algunas actividades mineras. Sus posesiones son 15 mil hectáreas en Parral, 300 hectáreas en Quillón, VIII Región, y una casa en la comuna de Ñuñoa en Santiago.

El régimen germano implementado al interior de Colonia Dignidad se caracterizará por su rígida disciplina y el estricto apego de su estilo de vida con los principios religiosos.

Los rumores y las declaraciones de quines compartieron con los germanos al interior del fundo, sostuvieron siempre que a los colonos residentes allí se les negaba el contacto con sus familiares en Alemania y sus correos con parientes eran revisados.

En 1966 desertó Ernest Wolfang Müller, un joven que llegó junto al grupo inicial. Müller logra huir después de un tercer intento y solicita refugio en un asilo de ancianos.

El la oportunidad, Müller acusa a Paul Schäfer, de ser autor de prácticas pedófilas con niños de la zona e hijos de colonos. Además denuncia que en la colonia se cometen una serie de atropellos contra las personas y que sólo un pequeño grupo de líderes mantiene privilegios.

En marzo de 1990 el Ministerio de Justicia abre una investigación sobre Colonia Dignidad, pues las autoridades sospechan que bajo la fachada de la beneficencia se oculta un lucrativo negocio. Las indagaciones determinan que sólo entre 1984 y 1988 la sociedad benefactora registró excedentes por más de $ 568 millones que no fueron declarados como impuestos. La misma investigación determina que sólo un 9,1% de los ingresos de Colonia Dignidad son destinados a la mantención del hospital y una escuela básica, principales obras benéficas del enclave.

Sólo se logra configurar los delitos de evasión tributaria y fraude al fisco. Estimaciones de 1999 señalan que Colonia Dignidad adeuda al fisco alrededor de $1.000 millones por evasiones y no pago de contribuciones, más multas e intereses.

En abril de 1991 el ministro de Justicia Francisco Cumplido cancela la personalidad jurídica de la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad, figura jurídica de Colonia Dignidad, por instrucciones del Presidente Patricio Aylwin.
Paralelamente, la justicia inicia veinticinco procesos por diversos delitos tributarios como evasión de impuestos, contratos ilegales y fraude al fisco.

En 1997 la justicia ordena el cierre del Hospital de Villa Baviera. Paralelamente, los procesos por los delitos tributarios cometidos en el enclave siguen un lento desarrollo en los tribunales.

En el año 2001 la Corte Suprema condena a Albert Schreiber, contador de la colonia, al pago de una multa de $500 millones. No obstante, el germano permanece prófugo de la justicia desde 1997.

Prontuario

1997

20 de mayo. Se realizó el primer operativo policial al interior de Villa Babiera
para ubicar al ciudadano alemán, Paul Schafer.

15 de junio. Aparece Paul Schaeffer, con su nombre y número de cédula e identidad verdadero, registrado en un hotel de Bariloche, Argentina. El operativo policial fracasó con la fuga a través de una ventana del hotel. Más tarde calificarían el suceso como una maniobra meramente distractiva.

Dos días después del incidente del hotel en Bariloche, es detenido Harmutt Hoppe, vocero de la entidad y considerado el segundo hombre del enclave, y Gert Seewald, por no acatar la orden judicial de presentarse a declarar.

El 27 de julio se fugan de la ex Colonia Dignidad los jóvenes Tobías Müller (alemán) y Zalo Luna (chileno), quienes se refugian en la casa del Embajador Alemán en Santiago.

El 13 de agosto se determina el cierre temporal del Hospital de Villa Baviera.

El 1 de septiembre, tras 21 días de presidio queda en libertad condicional Harmutt Hopp. Sin embargo, seguirá procesado por encubrimiento de Paul Schäfer.

El 20 de octubre, Paul Schäfer es declarado en rebeldía. Un mes después son allanadas 3 propiedades de la ex Colonia, en Parral, Santiago y Bulnes.

– 1998

El 24 de marzo, allanan el enclave más de 60 carabineros en coordinación con Investigaciones. En el operativo se detuvo a Pedro Pablo Salvo Bahamondes, Reinhard Zaidner Bohnau y su hermano Reinhard Smidkde Miotel.
El 18 de abril, el ministro en visita Hernán González somete a proceso a siete miembros de la cúpula de sociedad alemana como encubridores de Schaeffer.
El 24 de noviembre, el Consejo de Defensa del Estado decidió presentar una querella criminal por el delito de asociación ilícita en contra de la colonia Dignidad, tras un estudio hecho a petición de la Cámara de Diputados.
1999

El 29 de enero descubren en Villa Baviera un búnker subterráneo que presuntamente se habría utilizado como recinto de detención y tortura, según testigos que acompañaban al juez.

El 27 de octubre, más de 40 efectivos de Investigaciones participaron en un nuevo allanamiento en Colonia de Dignidad.

– 2000

El 3 de agosto de 2000 los diputados del PPD Nelson Ávila y Guillermo Ceroni denunciaron una supuesta vinculación que habría existido entre el ex enclave alemán y la Central Nacional de Investigaciones (CNI), lo que quedaría demostrado en una línea telefónica privada que las habría ligado a ambas entre 1985 y 1990.

COMPARTÍ ESTE ARTÍCULO

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Recibí nuestras novedades

Puede darse de baja en cualquier momento. Al registrarse, acepta nuestros Términos de servicio y Política de privacidad.

Últimos artículos

Tucumán: “Durante días los militares se dedicaron a tapiar las villas de la ciudad y a cazar mendigos. Los subieron en un camión militar y los arrojaron en los descampados de Catamarca. La abismal desolación de esos parajes da cuenta de la crueldad de la limpieza.” Por Carlos Zeta
“Con otros instrumentos, los mismos resultados”. La pasión del eterno retorno de hundir una y otra vez a un país entero. Por Raúl Dellatorre
Santa Fe no debería endeudarse para hacer obras críticas en infraestructura de exportaciones si existiera la coparticipación de retenciones al complejo oleaginoso, que estuvo vigente desde 2009 hasta la vuelta del FMI. Por Gustavo Castro.