¡Paren con los abortos!

Una decisión de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Argentina, desencadenó una histeria colectiva cuando grandes colas de mujeres se formaron hoy frente a clínicas, prepagas y otros establecimientos habilitados para la ocasión.

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires destacó un batallón femenino de Guardias Urbanas y medio centenar de baños químicos en cada institución para mostrar su interés en la agenda del siglo XXI.
Superando las expectativas más optimistas de la Cámara que las agrupa, ayer a última hora habían colapsado los turnos con ginecólogos, parteras y obstetras.
Esa asociación de profesionales se declaró en emergencia laboral y el ministro Ginés González García anunció que se espera una brusca inmigración de especialistas de otros países.

La embajada argentina en Mozambique informó que varios médicos brujos de ese país se han ofrecido voluntariamente para trasmitir sus métodos quirúrgicos entre los colegas locales.

Aunque no se conocen muchos detalles, se sabe que los facultativos de ese país introducen en los órganos reproductivos femeninos algunos guijarros previamente recalentados en una hoguera para provocar la expulsión natural del feto.

Una enfermera inglesa que dice haber pasado la experiencia, aseguró que el método es aséptico, al menos para las mujeres mozambiqueñas. Si los médicos locales no lo toman como una competencia desleal, el tratamiento africano lograría descongestionar rápidamente las salas de espera de los sanatorios.

Ya había noticias anteriores sobre su uso.
En el título Pureza Étnica (N. del R.: Editorial Altamira, $ 2 en todas las librerías del centro porteño), el antropólogo entrerriano T. Boot describe un método parecido entre los tutsis, la vieja elite gobernante de Ruanda, cuyo último rey murió sin descendencia luego de que los médicos de la tribu se excedieran en la administración de guijarros para curarle un herpes en el glande.

Esta vuelta a los antiguos saberes de la Medicina contrasta con los descubrimientos con los que la ciencia nos asombra diariamente.

Sin ir más lejos, unos científicos de Canadá acaban de anunciar que las mujeres con pechos siliconados tienen más defensas contra el cáncer de mama pero también mayor tendencia al suicidio. La nueva verdad se reveló cuando 26 de las pacientes estudiadas en un hospital de Winnipeg dejaron de concurrir a los turnos de control médico, y se comprobó que se habían quitado la vida.

Volviendo a nuestro país, Cuba no quiso quedar afuera en este cambio histórico en un tema tan conflictivo como el aborto: Fidel Castro anunció, desde el hospital estatal donde se recupera, que 1500 médicos cubanos aterrizarían próximamente en Buenos Aires para aplicar su propia versión del método mozambiqueño.

El fenómeno colectivo incrementó el valor de las cuotas de obras sociales y prepagas, así como los honorarios médicos, situación que el gobierno mira con preocupación por la incidencia que pueda tener a fin de mes con el índice de costo de vida.

Para el obispo Baseotto, “está triunfando la confabulación montonero-marxista-abortista”.

Algunos grupos que defienden la perspectiva de la Iglesia Católica anunciaron la colocación de cinco bombas en las estaciones ferroviarias más concurridas para despertar a la población dormida.

Otros grupos que también defienden la perspectiva de la Iglesia Católica están formando piquetes para defender la autodeterminación de la mujer.

Y todo ese revuelo por una redacción oscura del Código Penal, que en su artículo 86 establece: “El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta no es punible:… 2º) Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente”.

Para algunos, se refiere a todas las violaciones cometidas sobre cualquier mujer.

Para otros, sólo las cometidas a mujeres “idiotas o dementes”, lo que automáticamente habilitaría esa práctica a muchas modelos, conductoras de tevé y vedettes que hasta hoy eran consideradas normales.

Los especialistas no se ponen de acuerdo sobre las diferencias entre violación y atentado al pudor.
Como cada cual tiene su propia versión del pudor, la justicia estaría sujeta a elaboraciones subjetivas de la víctima, que se transformaría de hecho en el juez habilitado para la condena.

Una palabra soez, por ejemplo, podría ser tomada como atentado al pudor por una monja carmelita, pero no tendría el mismo efecto en una cabaretera.

De creernos a pie juntillas el texto del Código, cualquier paniaguado que toquetee, muestre sus genitales o haga una proposición deshonesta a una mujer “idiota o demente” corre el riesgo de ser penado con reclusión o prisión de tres a diez años.

Eso si hay testigos cuerdos que puedan dar fe de lo sucedido, ya que se corre el riesgo de que la víctima no interprete cabalmente los toqueteos, exhibiciones o proposiciones como vienen del victimario y los considere juegos didácticos.

Si hiciera eso mismo a una mujer normal, podría recibir una simple cachetada, o a lo sumo sería castigado con una relación de pareja o incluso el matrimonio.

La Corte de Mendoza, por la urgencia del caso y las derivaciones filosóficas que merece la cuestión, prefirió no expedirse sobre el particular, de modo que los argentinos seguiremos discutiendo por varios años de qué se trata.

En cuanto a la violación, son pocas las voces discordantes.
La cultura machista a la que adscriben tradicionalmente los jueces argentinos no considera el sexo oral entre los casos de violación aunque el artículo 119 del Código Penal menciona el “acceso carnal por cualquier vía”.

En un interesante artículo que apareció recientemente en la contratapa de Página 12, la psicóloga Eva Giberti demuestra, sin embargo, que el victimario elige esa vía para hacer callar a su víctima.

De ser así, criticaron los jueces considerados garantistas sólo en este título del Código, el objetivo del violín no sería el acceso carnal sino su único recurso disponible para interrumpir un discurso moral, con lo cual no quedaría otro remedio que la absolución del imputado por no poder probarse que actuó con intención de violar.

Una recorrida por las largas colas femeninas frente a los accesos de los sanatorios, reveló que todas ellas presentan signos inconfundibles de haber sido víctimas de violencia sexual (ojos extraviados, ropas rasgadas, etc.) y no son pocas las que tienen la expresión típica de cualquier conductora de noticiero nocturno en un canal de televisión abierta.

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