Pese a las declaraciones del Jefe de Gabinete Porteño, Horacio Rodriguez Larreta, sobre que no existe una fuerza “antipiquete”, lo cierto es que desde el gobierno porteño se confirmó que antes de fin de año estarán en las calles el cuerpo de policía propio que tendrá por objetivo restablecer el orden en las calles.
Mas allá de querer negarse a denominarla “antipiquete” la real intención de la policía de Macri es reprimir los cortes, protestas y reclamos en la Ciudad.
Resulta alarmante que de los 800 efectivos que integraran la nueva fuerza porteña, 300 sean destinados para mantener el orden urbano, 210 a brigadas de intervenciones rápidas, 150 a investigaciones y tan solo 60 para el grupo de transito urbano.
Esta policía, con 300 nuevos efectivos, viene a servir como rueda de auxilio a la infantería en la tarea de reprimir las protestas, lo cual hace que haya un gasto doble para mantener una misma función.
El 85 por ciento de los integrantes de la policía macrista provienen de otras áreas de la fuerza, con lo cual seria interesante que Larreta, en lugar de preocuparse en lavarle la cara semánticamente a la policía porteña, explicara de donde provienen estos nuevos/viejos oficiales.
Cuando se anuncio la necesidad de este nuevo cuerpo policial para la Ciudad, se explicó que serían personas altamente capacitadas, con un grado de formación, instrucción y modernización que lo diferenciaría claramente de la bonaerense o de la propia Federal.
Lo cierto es que hoy, se esta más cerca de un escenario de violencia con problemas concretos de enfrentamientos, peleas, choques y represión, que ante la posibilidad de tener una policía porteña adecuada para las necesidades de una ciudad que intente ser un ejemplo en pleno siglo XXI.
* Legislador, presidente del Bloque IGUALDAD SOCIAL