El periodista mexicano Roberto García fue asesinado a balazos el miércoles 22 cerca del puerto de Veracruz, con lo que suman 28 los trabajadores de prensa asesinados y cuatro los desaparecidos durante la presidencia de Vicente Fox.
Roberto García, subdirector del semanario regional Testimonio y corresponsal de la revista Alarma, es el tercer periodista asesinado este mes y el séptimo desde el pasado enero en México, convertido ya en 2005 «en el país más letal para la prensa de todo el continente americano», según Reporteros Sin Fronteras.
La organización expresó hoy «su horror» por el asesinato del periodista, que desde ayer sitúa a México detrás de Irak en la lista de países más peligrosos para la prensa en 2006.
Horas antes del homicidio de García, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) también había «deplorado» los crímenes de otros dos hombres de prensa ocurridos en México en las últimas semanas y exhortado al gobierno de Fox a investigar «de manera rápida y eficaz» ambos hechos.
El cadáver del reportero, asesinado de al menos 12 disparos, fue hallado sobre la autopista Veracruz-Alvarado, muy cerca de un poblado conocido como La Matosa, informó ANSA.
La hija del periodista, Divina García, reveló que su padre recibió una llamada anónima la misma mañana del asesinato y que recientemente le habían amenazado, aunque no había pedido protección. García fue asesinado cuando regresaba en motocicleta de una entrevista en el Grupo Marítimo, Fluvial y Lacustre del Secretariado de Seguridad Pública en Mandinga, en el estado de Veracruz. En esa circunstancia, un vehículo de tipo PT Cruiser con matrícula del Distrito Federal (D.F.), volcó su moto en la carretera que separa la ciudad de Veracruz de la de Alvarado.
El asesino, o los asesinos, atropellaron el cuerpo del periodista, tendido en la calzada, antes de balearlo. Según informó la Justicia local, el vehículo de los asesinos que pareció abandonado a pocos kilómetros del lugar de los hechos, había sido robado en la capital el pasado 31 de mayo.
La situación exige «una movilización tanto del poder político como de las autoridades judiciales y policiales, y de los medios de comunicación nacionales», consideró Reporteros al señalar que «hay que dotar de medios suplementarios a la Fiscalía Federal especial, encargada de reprimir los ataques a la prensa». Además afirmó que «los medios de comunicación nacionales y las asociaciones profesionales tienen que tener un peso en el seguimiento de las investigaciones, y de la lucha contra la corrupción».
Los últimos casos de periodistas asesinados son el de Misael Tamayo Hernández, director del periódico Despertar de la Costa de Guerrero, sobre el Pacífico, y el de José Manuel Nava, ex director del diario nacional Excelsior.
Otro crimen
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) «deploró» hoy los homicidios de dos periodistas ocurridos en México en las últimas semanas y exhortó al gobierno de ese país a investigar «de manera rápida y eficaz» ambos hechos.
A través de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, la CIDH pidió al gobierno mexicano que «se sancione debidamente a sus responsables y se determine si estos crímenes estuvieron relacionados con el ejercicio de la actividad periodística».
La Relatoría recordó que el 10 de noviembre fue encontrado el cuerpo de Misael Tamayo Hernández, director del periódico Despertar de la Costa, en un motel en la ciudad Zihuatanejo, en el estado Guerrero, con las manos atadas a la espalda y heridas en un antebrazo y una mano.
«El periodista habría recibido amenazas de muerte tras publicar noticias sobre el narcotráfico, el crimen organizado y corrupción en el gobierno local», señaló la Relatoría, según informó la agencia noticiosa Ansa. Luego, el 16 de noviembre fue hallado el cuerpo de José Manuel Nava Sánchez, ex director del periódico Excélsior, en su domicilio del Distrito Federal de México, con heridas de arma blanca.
En su comunicado, la Relatoría recordó que el periodista escribía una columna en el periódico El Sol de México y el 6 de noviembre había presentado su libro Excélsior, el asalto fina’ donde criticó presuntas irregularidades en la venta del periódico».
Previamente habían sido asesinados los periodistas Jaime Arturo Olvera Bravo (el 9 de marzo en Michoacán), Ramiro Téllez Contreras (el 10 de marzo en Tamaulipas), Enrique Perea Quintanilla (el 9 de agosto en Chihuahua), y Bradley Ronald Hill
(el 27 de octubre en Oaxaca). Además, el periodista Rafael Ortíz Martínez desapareció el 8 de julio en Coahuila, indicó la Relatoría.