Operación valija

Comenzó en Miami el juicio cuyo único acusado es Franklin Durán, señalado como un agente de inteligencia que presionó al hombre de la valija. El fiscal Mulvihill insiste con que el dinero era para la campaña de Cristina. La embajada norteamericana afirma que la causa no investiga funcionarios argentinos.

Antonini Wilson nació en Venezuela pero como tantos latinos, anticastristas y antichavistas, decidió vivir en Miami. Es un empresario, un “ciudadano norteamericano”, como lo denominó el informe del FBI que vinculó directamente a la presidenta argentina Cristina Fernández como la destinataria de los 800 mil dólares encontrados dentro de la valija. Su historia de negocios lo vincula, en 2003, con los “petrodólares”. Wilson se benefició económicamente por dos hechos concretos. En primer lugar, la escalada de precios del petróleo generado por la invasión estadounidense sucesiva a Afganistán e Irak. En segundo lugar, el cargo que ocupó en la empresa Venoso en 2003. Esta última fue presidida hasta 2002 por Pedro Carmona Estanca, jefe del golpe en Venezuela de abril de 2002. Venoso es la más antigua y sólida compañía venezolana de combustibles que ingresó a la red de negocios internacionales de la estatal venezolana PDVSA.

Dos de los detenidos en Miami por el caso de la valija, Carlos Kauffmann y Franklin Durán, junto con Antonini, fueron testaferros de Venoso y, además, de la inversión de Isaac Pérez Recao en la Bolsa de Valores de Caracas. Pérez Recao es un poderoso empresario venezolano, antichavista y ex secretario privado del ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez. Pérez Recao forma parte, también, del Consorcio Cisneros en la Florida.

Thomas Mulvihill es el fiscal de la causa. Lleva más de dos décadas de trabajo en Miami y no es la primera vez que afronta un escándalo internacional y se enfrenta a un mandatario de otro país. En 1991, apenas un año antes de convertirse en jefe de la División de Narcóticos, vinculó a Fidel Castro con el contrabando de cocaína en la isla. En este caso, acusa a la presidenta Cristina Fernández de ser la destinataria del dinero que Antonini llevaba en la valija. Los magistrados como Mulvihill son nombrados por el presidente y tienen la responsabilidad legal de “acusar y defender causas civiles en las que Estados Unidos es una parte”.

Después de un largo tiempo sin tener noticias de Wilson, en diciembre de 2007 la valija apareció en la agenda noticiosa de las principales cadenas de televisión. Tres días después de que los presidentes de Venezuela, Argentina, Uruguay, Brasil, Ecuador, Paraguay y Bolivia firmaran el acta fundacional del Banco del Sur. Y a sólo 48 horas de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner.

El inicio de la historia

En agosto de 2007, Wilson había viajado junto con la comitiva del gobierno de Venezuela por intermedio del hijo de un ministro de ese país en un avión de la empresa estatal argentina Enarsa, a instancias de funcionarios de Petróleo de Venezuela y se lo había detenido en el aeropuerto de Ezeiza por poseer un maletín con dinero no declarado. Inmediatamente después de lo acontecido Wilson habría viajado a Montevideo para finalmente regresar a su lugar de residencia, Miami.

La encargada de hacer abrir el maletín a Wilson fue María del Luján Telpuk, ahora ex empleada de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). “No, no me avisaron nada sobre ese vuelo. El único dato que me dieron es que venía de Venezuela y punto”, recordó la joven. Además, agregó: “El Lear Jet debió llegar a medianoche pero llegó a las tres menos cuarto de la mañana”.

Hacía dos años que trabajaba en Ezeiza. Su hermano, Fernando Telpuk la hizo entrar en 2005. Ese mismo año, a su hermano lo separaron de la fuerza. Por ese entonces, Fernando Telpuk, titular de la PSA de Buenos Aires, y otro jefe aeronáutico, fueron acusados de cajonear informes que daban cuenta de que Top Air Security (TAS) —firma vinculada a Adolfo Donda Tigel, ex represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), centro clandestino de detención de la última dictadura militar argentina (1976-1983)— seguía operando el escaneo con “rayos x” y tenía acceso a sectores restringidos en Ezeiza, a pesar de que esos servicios le habían sido quitados tras el caso de las narcovalijas. Luego de renunciar a la PSA, Telpuk ingresó a la empresa Transair. El dueño de Transair, Victor Touriño, es un ex Fuerza Aérea y un viejo amigo de la familia Telpuk.

El FBI emitió un comunicado en diciembre de 2007. El mismo indicaba que el destino del dinero de la valija era la financiación de la campaña de Cristina Fernández. El informe agregaba, además, que Wilson había sido presionado por agentes venezolanos para que se escapara y no delatara la verdad de la maniobra. Esos agentes son quienes hoy continúan detenidos en Miami, los venezolanos Moisés Maiónica, Franklin Durán y Carlos Kauffman, el uruguayo Rodolfo Wanseele y quien todavía permanece prófugo (el quinto acusado), Antonio Canchica Gómez, también de nacionalidad venezolana y, según el fiscal de la causa, agente de la inteligencia venezolana.

Lo que dijeron los diarios

Según el conservador diario La Nación, en una de sus editoriales allá por diciembre de 2007, “Es menester (…) que las autoridades argentinas dejen de inventar historias de espionaje tan insólitas como el hecho de que una presunta operación de la CIA haya empleado un avión contratado por Enarsa. Resulta imprescindible, por la seriedad que se deben nuestros gobernantes, que se abandonen hipótesis que sólo pueden apuntar a desviar la atención de la opinión pública del grave hecho en sí”.

Lo que sostiene el periódico coincide ampliamente con el discurso de la oposición. La presidenta de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, responsabilizó directamente a los gobiernos de Venezuela y Argentina por lo acontecido, argumentado que se trataba de un caso más de corrupción. Mientras tanto, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se refirió al tema, después de difundido por todos los medios el comunicado del FBI, aclarando con firmeza que no se dejaría presionar y que seguiría consolidando la relación con todos lo países latinoamericanos, dentro de los que se encuentra la República Bolivariana de Venezuela, sobre la cual hizo una particular mención. Agregaba por entonces, que profundizaría y ampliaría el Mercosur, en respuesta a la “operación basura” como ella misma la denominó.

Mientras tanto, la derecha y otros sectores de la oposición seguían y aún continúan argumentando que la presidenta maneja el tema de Antonini Wilson con mucha desprolijidad, que aún aceptando que Estados Unidos utiliza el tema para sus fines non sanctos, como Carrió declaró, este gobierno debería dar explicaciones sobre este hecho corrupto. Sin embargo, un ex ARI y actual diputado por el SI, Eduardo Macaluse, opina que el episodio de la valija pudo haber sido una operación política de Estados Unidos, una devolución por la decisión de los gobiernos latinoamericanos respecto del ALCA, una represalia por la creación del Banco del Sur y hasta una maniobra de Estados Unidos ante el intento de consolidación económica de Latinoamérica. Pero agregó el diputado que reclaman explicaciones por los hechos puntuales que sucedieron y que no pueden dejar de reconocer que hubo una decisión de algunos elementos gubernamentales para facilitar la salida de Antonini Wilson del país y que eso no fue una operación política del extranjero.

Por otra parte, el diario estadounidense Washington Post lanzó acusaciones sobre el verdadero carácter de las relaciones entre la Argentina y Venezuela. De esta forma, argumentó cuestiones financieras entre la Argentina y Venezuela, y recordó que durante la presidencia de Chávez, su gobierno «compró 4.000 millones de pesos en bonos de la deuda de la Argentina.” El periódico aseguró además que acusar al gobierno norteamericano por la causa que se ventila en Miami, es “desconocer a las instituciones de ese país.”

Pocos días después de difundida la noticia de la valija en agosto de 2007, el ya desaparecido diario argentino Infobae del empresario Daniel Hadad citaba, información de El Universal de Caracas que señalaba la cercanía de Antonini con quienes habían manejado las finanzas públicas en el gobierno de Hugo Chávez. Otro medio venezolano, consultado por el diario argentino Descifrado.com, relacionó a Wilson con el dealer de armamentos Pedro Guerrero, residente en Miami, quien tendría relaciones muy estrechas con la empresa Armor Holding, compañía especializada en la fabricación y comercialización de armamento militar. Además, no descartaba que la presencia de Antonini en la Argentina “estuviera relacionada con gestiones para conseguir contratos militares para estas compañías”.

En su columna para La Nación del 18 de diciembre de 2007, desde Miami, Andrés Oppenheimer criticó duramente la actitud tomada por la presidenta argentina frente al caso de la valija ya que en vez de acercarse a Estados Unidos reforzó su relación con el presidente Hugo Chávez. Además, la calificó de “inexperta política”. El periodista expresó un fuerte descontento con la presidenta y dijo que en lugar de reaccionar como una estadista reaccionó como una “agitadora barrial” al sacar la carta del antinorteamericanismo y ganarse enemigos gratuitos entre republicanos y demócratas en Washington. El periodista argentino, que también trabaja para la cadena CNN en Español, felicitó la investigación del Departamento de Justicia norteamericano. Y apoyó plenamente al Estado Norteamericano, argumentando que el mismo fue notificado a último momento del episodio, porque los fiscales manejaron todo en el máximo secreto para evitar que se fugaran los sospechosos.

El juicio recién comienza. Franklin Durán es el único acusado y está señalado como un agente de inteligencia que presionó al hombre de la valija con 800 mil dólares. Por estos días, algunos medios opositores al gobierno argentino señalan que la presidenta estableció un acuerdo con la embajada de Estados Unidos para quedar despegada del asunto y además que el juicio podría salpicar a su gobierno. Carlos Kauffmann, Moisés Maionica y Rodolfo Wanseele no irán a juicio pues se declararon culpables. Mientras tanto, Argentina sigue reclamando la extradición de Wilson desde el 31 de agosto de 2007.

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