La provincia de Córdoba ya lleva 70 mil hectáreas quemadas en lo que va del año. Son el equivalente a tres ciudades de Buenos Aires. Pero la mitad de ellas, unas 45 mil, ocurrieron en la previa de la primavera. El principal foco de incendio emergió a la altura de Capilla del Monte, en el norte del valle de Punilla, prácticamente cruzando la ruta nacional 38. Con fuertes vientos, temperaturas cálidas y baja humedad, el fuego se expandió en los pueblos aledaños. E incluso se dividió por el lado oeste, tocando la jurisdicción de San Marcos Sierras, y por el lado este, cruzando el cordón montañoso y amenazando a los habitantes del norte de Sierras Chicas. En la actualidad, gran parte de esos focos punillenses ya están apagados, hay guardia de cenizas para evitar su resurgimiento y las condiciones climatológicas no ayudan.
“Estamos en un cementerio a cielo abierto”, comenta uno de los brigadistas consultados por Zoom al pisar terreno quemado. Previo a ello, ante la presencia de las llamaradas, algunos aseveraban haber visto “el apocalipsis”. Fue un panorama desolador, donde los puntos ígneos venían apareciendo por doquier.
La desesperación de los habitantes ya llevado incluso a viralizar audios y videos de Whatsapp donde se señala con el dedo a los bomberos o a fuerzas de ayuda táctica como la ETAC (Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes) por el uso de contrafuegos, que consiste en incendiar con mecheros parte del suelo para cortar el paso del incendio. Algunos testigos aseveran que eso ha agravado aún más la situación incendiaria. Entre brigadistas y comunicadores, que consultó el presente cronista, existe cierto acuerdo de que hubo maniobras polémicas pero no existe un consenso firme dentro de las comunidades serranas como para aseverar que se trató de algo más generalizado.
No hay plata
En Córdoba siempre hubo cuestionamientos sobre el desfinanciamiento a los fondos que maneja el Plan de Manejo del Fuego. En un trabajo realizado por el investigador Javier Llorens y su servidor, publicado para el portal Striptease del Poder, se estimó que el actual presupuesto de Córdoba para combatir los incendios este año equivalen a la quinta parte del 2007, que fue la que obtuvo mayor pauta. El siguiente gráfico se midió a precios constantes de base al año 2024 y computados por el IPC de la provincia de San Luis. La línea azul marca lo presupuestado, la naranja lo comprometido/devengado y el verde lo pagado realmente. La brecha entre el azul y el verde expone las subejecuciones. Podemos ver que esos saldos sin pagar se van achicando. Pero con pautas presupuestarias extremadamente deterioradas.
Esto no es acorde a la dinámica que vienen teniendo los incendios, que son cada vez más catastróficos. A tal punto que el año 2020 se arrasaron más de 300 mil hectáreas, las peores de los últimos cuarenta años. Eso llevó a que en las sierras emergieran las brigadas forestales, que optan por apagar el fuego en el monte, en lugar de anteponer la preservación de la propiedad privada, que es a lo que se dedican los bomberos.
Ante ese panorama, en el 2021, el gobernador de ese entonces, Juan Schiaretti, había creado la cuestionada ETAC para evitar que el rol estatal no quede descentralizado. Una de las bomberos que quiso ingresar a esa fuerza fue Luhana Ludueña, quien a los pocos meses presentó una denuncia por violencia sexual contra Diego Concha, ex-director de Defensa Civil y a cargo de las principales entidades contra riesgos. A principios de 2022, Luhana se quitó la vida y este año Concha fue condenado a perpetua bajo la carátula de abuso sexual seguido de homicidio. Hoy, tanto la ETAC como otras entidades conforman un aparato donde se superponen funciones, mientras los presupuestos para capacitaciones y adquisición de recursos van al subsuelo.
Nación no se queda atrás. Según el economista Marcelo Cena Trebuq, en un trabajo para la fundación FARN, los “recursos que destina el Tesoro Nacional al Fondo Nacional del Manejo del Fuego fueron congelados en términos nominales y su ejecución ha sido magra para el primer semestre del año. Esto compromete la posibilidad de que se cuente con el debido presupuesto para los elementos de prevención y combate del fuego”. En la primera mitad del año, se ejecutó solo 26,7%, “muy lejos del 45%, 70% y 78% ejecutado en 2021, 2022 y 2023, respectivamente”.
Ahora bien: no era verdad lo que se difundió en la prensa nacional que la Ley de Manejo del Fuego (N° 26.815/12 y su modificatoria N° 27.604/20) fue derogada por el famoso mega-DNU 70/2023, ni que la Ley Bases haya destruído el Fondo Nacional de Manejo del Fuego. Lo que sí se advierte desde FARN es que el artículo 5 de la segunda normativa permite que el gobierno pueda disolver fondos fiduciarios públicos, entre ellos el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, que aporta una cuarta parte de los fondos contra los incendios.
Más pasivo que activo
El miércoles pasado, luego de su discurso en la ONU, el presidente Javier Milei había arribado a la ciudad de Córdoba. Junto con la secretaria de Gobierno Karina Milei, y sus ministros de Defensa y Seguridad, Luis Petri y Patricia Bullrich, fueron recibidos por el gobernador Martín Llaryora. En todo momento, el líder de La Libertad Avanza llevaba puesto, o disfrazado, de un traje militar con impresión robusta, abriendo la sospecha de que por debajo llevaba un chaleco antibalas. En una sala cerrada, mediante un PowerPoint, el ministro provincial de seguridad, Juan Pablo Quinteros, otorgó detalles sobre el panorama.
Inmediatamente después, el presidente tomó un helicóptero para recorrer los lugares arrasados. En Capilla del Monte, se despejó la zona para que una hilera de bomberos pudieran ser recibidos por el máximo mandatario. Luego de esperar una hora, bajo el sol cercano al mediodía, la aeronave nunca bajó y se retiró. “Me siento boludeado”, comentó uno de los combatientes de las llamas a un movilero de la prensa. Los medios de comunicación locales realizaron una cobertura muy crítica a la participación del León en Córdoba, que incluso se retiró sin haber hecho anuncios de ningún tipo. Tampoco ayudó la entrega de un poncho como ofrenda al gobernador cordobés.
Algunos especulan si los incendios del 2024 pueden implicar el equivalente a la frustración cordobesa con el kirchnerismo cuando no ofreció ninguna respuesta durante el acuartelamiento policial y los saqueos de diciembre de 2013. Por ahora, es muy apurado sacar esa conclusión.
No alcanzó el Raid
Luego de su viaje en helicóptero, Milei retwitteó una serie de publicaciones donde incluía el hashtag #LosKukasPrendieronFuegoCordoba. No fue suficiente para ser tendencia, pero sí para ser detectado como parte de una campaña orquestada desde sectores del oficialismo nacional. Según la fake news, 17 militantes de La Cámpora fueron los responsables de encender las sierras.
Quien lo habría publicado fue La Derecha Diario, creada por el asesor informático Fernando Cerimedo y el twittero Juan Carreira (“Joe Doe”), que en la actualidad es el director nacional de Comunicación Digital. A partir de allí fue replicado por Daniel Parisini, el “Gordo Dan”, en su canal de stream “Carajo”. Se cree que todos ellos manejan un troll center que estaría ubicado en la Casa Rosada, en un salón con las ventanas tapiadas.
De cualquier forma, el ministro Quinteros ya explicó a distintos medios de comunicación que en realidad las personas involucradas son menos de una docena, que están acusadas de sucesos diferentes, en distintas geografías, con distintas situaciones desde lo judicial, algunas ya con condena, y no está comprobado que tengan alguna conexión en común. “No hacemos detenciones por afiliación política”, aclaró el funcionario, que fue el mismo que dos días antes le explicó con diapositivas la real situación cordobesa al rugidor cosplay de Twitter.