Nace el partido “anti K” en la Ciudad de Buenos Aires

«Es triste y objetivamente indiscutible lo que en seis años ha ocurrido con el ARI y su líder: de alternativa de mayorías pasó a minoría testimonial y de ésta a simple coalición de personas anti K”. Con esa frase, el ex presidente del ARI porteño, Fernando Melillo, expresó la desazón de buena parte de la militancia del partido fundado por Elisa Carrió quien esta semana oficializó su inminente apoyo a la candidatura del actual Jefe de Gobierno de la Ciudad Jorge Telerman a ocupar el cargo por 4 años más. Pero para hacerlo provocó una crisis que podría echar por tierra una construcción que, según sus postulados, impulsaba dejar de lado al viejo y añejo oportunismo antiperonista.

Y al final ocurrió lo menos pensado. Luego de un comienzo de año que ha girado en torno sobre quién será el sucesor de Telerman, las aguas se agitaron cuando Mauricio Macri, el empresario que promete ser una suerte de Berlusconi argentino, decidiera postergar su candidatura presidencial por el arco de derecha y resolviera su postulación como alcalde de la Ciudad de Buenos Aires.

Su emergencia puso a prueba la capacidad de sus oponentes de construir consenso, mientras la breve gestión de Jorge Telerman al mando del segundo presupuesto más importante del país, no ha hecho otra cosa que utilizar todos los recursos del Estado Porteño para hacer una campaña que le permita obtener una especie de reelección que le garantice 4 años de gobierno. Pero hubo un problema: la Casa Rosada jamás avaló su postulación y a pesar de los gestos y las consideraciones provenientes “del pelado”, los alfiles presidenciales no hicieron otra cosa que dejarle en claro a Telerman que con él no contarán, hasta la segunda vuelta.

En el medio de esa puja, a principios de marzo apareció Elisa Carrió anticipando que se postularía como candidata a gobernar “la Ciudad – Estado” y sino, que llevaría a un candidato que fuera ungido por su dedo como el elegido para disputarle a Daniel Filmus (por el oficialismo), Mauricio Macri (por el partido Pro) y Jorge Telerman la posibilidad de ocupar la jefatura de gobierno porteña.

El problema era (y es) la fragmentación del voto progresista. Con 3 candidatos disputando el mismo espacio, las posibilidades de que Macri gane en primera vuelta movilizaron todas las voluntades posibles para garantizar que el oportunista candidato de la derecha fuera víctima, una vez más, de su letal síndrome: la imposibilidad de ganar en segunda vuelta, tal como le ocurrió cuando Ibarra buscó su reelección. Si bien en esa oportunidad Macri hizo un buen desempeño en la primera vuelta, en la segunda no pudo hacerle frente al voto anti Macri, que le arrancó de las manos la posibilidad de ganar la ciudad.

Gracias a Carrió, las posibilidades de que Macri tenga mejor suerte en estas elecciones, es una posibilidad real y concreta. Ante la imposibilidad de estructurar una fuerza política que pueda sintetizar una experiencia progresista en la ciudad, ha optado por aliarse con Jorge Telerman, generando una gran cantidad de contradicciones entre propios y extraños, pero garantizando, al decir de los analistas, “una coalición sin ningún proyecto más trascendente que aglutinar una fuerza antikirchnerista en la Ciudad”.

¿Para qué?

Las respuestas pueden ser variadas, pero lo cierto es que tal polarización no hace otra cosa que sumarle horizontes a quien puede significar la peor opción para una Ciudad que lleva varios años de crisis habitacional, social y política.

Estos realineamientos han generado más de un dolor de cabeza para Telerman, que en medio de sus tejes y manejes, ahora no tiene más que un amplio espacio “gorila” que difícilmente pueda contener a movimientos que desde mayo de 2003 dejaron años de lucha social para apoyar a Kirchner. Es el caso de Barrios de Pie con Humberto Tumini a la cabeza, y de Lito Borello, el reconocido dirigente de La Boca que desde “El Comedor Los Pibes” también sumó sus huestes al arco Telermista. ¿Qué destino les queda a estos dirigentes en un arco claramente antikirchnerista? Este dilema puede definir la suerte de un armado que hasta hoy podía articular un discurso coherente.

Ahí chillan, pero no se reproducen

La crisis interna que atraviesa el ARI se profundizó el 4 de abril luego de que la Junta Nacional decidiera la intervención del partido en la Capital Federal y las autoridades porteñas, encabezadas por el legislador Fernando Cantero, salieran a fustigar a la candidata presidencial Elisa Carrió.

Según informó la Junta Nacional del ARI, la intervención del partido en la Ciudad fue por motivada por la «negativa» de un «pequeño grupo» de dirigentes que «no respetaron los lineamientos partidarios discutidos y explicitados» durante el año pasado desde el Encuentro Nacional de Mendoza.

«Esta situación hoy produce como consecuencia que el ARI en la Ciudad de Buenos Aires, aún con el altísimo nivel de legitimidad y representación de nuestra líder Elisa Carrió, no haya hecho el camino de construcción de la Coalición Cívica, camino que está transitando el ARI de todo el país», señaló en un comunicado la secretaria general del partido, Elsa Quiroz. Con esta intervención, la Junta Nacional intentó desactivar la estrategia de un sector del ARI porteño, que marco diferencias con la estrategia electoral para la Ciudad.
Tras ser advertido de la determinación, Cantero salió a criticar con dureza a Carrió al decir que maneja el partido «desde el living de su casa».

Además, el legislador la acusó de intentar «compulsivamente» forzarlo a firmar la intervención del distrito, y aseguró que la conducción nacional de la fuerza actúa como «en el peor momento del stalinismo».

«Ayer Carrió nos quiso hacer firmar compulsivamente la intervención del partido y el apoyo a la coalición cívica, pero me negué rotundamente», fustigó Cantero. Pero es no es todo: adelantó también que rechazará la intervención ante la justicia electoral y presentarán una lista propia en las elecciones porteñas.

Es que la decisión de intervenir el distrito porteño del ARI, no es más que una movida de Elisa Carrió para favorecer un acuerdo con Jorge Telerman, una opción que puede pulverizar su propia fuerza en un apéndice de una estructura que sin el Estado que administra, podría terminar en algo directamente proporcional a su naturaleza: un artificio político.

Los problemas se suscitaron en medio de las conversaciones que lleva adelante el partido de Carrió con Telerman para incorporar al arista Enrique Olivera como compañero de fórmula del jefe de gobierno de cara a los comicios de junio.

Los diputados nacionales por la Ciudad Delia Bisutti y Fernando Sánchez, y los legisladores porteños Liliana Parada, María Eugenia Estenssoro y Facundo Di Filippo respaldaron por su parte a través de un comunicado la intervención y ratificaron el «inclaudicable compromiso con la conformación de la coalición cívica».

«Apoyamos la decisión de la Mesa Nacional del ARI de intervenir el distrito» y «ratificamos nuestro inclaudicable compromiso con la conformación de la Coalición Cívica, espacio indispensable generador de la única opción opositora a la hegemonía kirchnerista», especifican.

Cantero, en tanto, en declaraciones a Radio América rechazó la intervención dispuesta por Quiróz, quien nombró interventor y presentó a la fuerza en la ciudad como parte de la coalición cívica junto a Unión por Todos.
Cantero señaló que el lunes concurrirá a la Justicia y garantizó que permanecerá en el ARI para «seguir peleando» para que el partido sea «democrático» y le permita «pensar a los dirigentes con autonomía».

La diputada nacional por el ARI, María América González, manifestó por su parte no sentirse «contenida» dentro de la coalición que impulsa Carrió y justificó así su acercamiento como compañera de fórmula al candidato a jefe de Gobierno Claudio Lozano, de Buenos Aires para Todos.

En medio de esa tormenta, Melillo remató que «no es casual la inmensa cantidad de dirigentes y militantes que terminamos yéndonos del ARI».

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