Militarización en América Latina: Fuerza de Tareas en la Triple Frontera

Por Anahí Fernández, gentileza Frente Transversal, especial para Causa Popular.- En nuestro planeta uno de cada cinco habitantes no tiene agua potable. El 97,5% de agua disponible en el planeta es salada y el 2,5% por ciento del agua del planeta es dulce y está en proceso de pérdida. En América del Sur, abarcando los cuatro países del Mercosur, duerme silencioso el Acuífero Guaraní: una reserva subterránea capaz de abastecer de agua pura a todo el planeta por los próximos 200 años. Un recurso que ha sido detectado por quienes ya han extinguido sus recursos acuíferos.

En la lucha estratégica por el agua, recurso natural enclavado en la Triple Frontera los especialistas predicen dos estrategias que pueden ser conjuntas: la instalación de bases militares estadounidenses en puntos centrales de recursos naturales, amparados en el rediseño mundial del concepto de lucha antiterrorista y la privatización de las aguas y el servicio de potabilización impulsados por el Banco Mundial.

Los negocios del servicio hídrico, almacenaje, distribución, potabilización y generación de termo o hidroelectricidad, son algunas de las razones por las cuales las corporaciones tienen interés en el Acuífero Guaraní.

En el 2003, el Banco Mundial manifestó en una reunión en Montevideo su decisión de realizar un estudio profundo de toda la cuenca, con una inversión aproximada de 27.000.000 de dólares.

Entre los objetivos del estudio, figuraban implementar un marco institucional y técnico para el manejo y la preservación del acuífero; lograr un profundo conocimiento científico de la zona en cuestión; y evaluar el potencial geotérmico para la generación de energía.

Gian Carlo Delgado Ramos -experto mexicano en recursos hídricos- sostiene que el Banco Mundial pretende reconfigurar el manejo de cuencas y transferir los servicios hídricos al sector privado impulsando la concentración en manos de selectos grupos y ubicando a las multinacionales de los acreedores como principales actores en la gestión y usufructo de este valioso recurso.

En el premiado documental «Sed» -producción dirigida por Mausi Martínez- se hace foco en la lucha estratégica por el agua, recurso natural enclavado en la Triple Frontera. En dicha obra se muestra un mapa de la socióloga mexicana María Esther Ceceña, quien plantea tres cartografías superpuestas con distintos acentos políticos: bases militares norteamericanas, recursos naturales estratégicos y la resistencia de los movimientos sociales que arroja luz sobre la militarización de la Triple Frontera.

El peligro de la militarización del continente suramericano sigue creciendo y basta recordar la autorización de Paraguay permitiendo la instalación de las tropas de Estados Unidos en su territorio y el reforzamiento y equipamiento de la base militar de Mariscal Estigarribia.

El plan para controlar la zona y monitorear las fuentes de recursos naturales ya expresado en los papeles de Santa Fe, sigue avanzando y hoy encuentra una nueva expresión en la resolución que tras ser aprobada en la Cámara de origen será considerada por el Senado de USA.

Efectivamente el Senado de Estados Unidos analiza un proyecto de resolución que fue aprobado el 14 de junio por la Cámara de representantes, para impulsar en la Organización de los Estados Americanos (OEA) la conformación de una «Fuerza de tareas» antiterrorista que podría desplegarse en todo el hemisferio, con especial fuerza en la Triple Frontera entre la Argentina, Brasil y Paraguay, lo que es fuertemente objetado por Brasil y Argentina.

La propuesta fue presentada por la republicana Ileana Ros-Lehtinen, del estado de Florida, diputada ultraconservadora de origen cubano que oportunamente fue acusada por el Presidente de Venezuela Hugo Chávez de haber ayudado en la tentativa de golpe contra su gobierno en 2002. Firmada por otros 29 miembros del Congreso, entre ellos el republicano Tom Tancredo, conocido por sus posiciones radicales contra los inmigrantes, la Resolución 338 fue aprobada sin alteraciones y enviada al Senado

Esta injerencia militar estaría enmarcada en una estrategia más amplia y que involucra «inversores», tratados de libre comercio y hasta «inocentes fundaciones» destinadas a preservar el medio ambiente. Ante la gravedad de la situación resulta imprescindible que este renovado MERCOSUR que en la Cumbre de Córdoba resaltó la importancia de continuar coordinando y armonizando políticas que garanticen la protección del ambiente y los recursos naturales en la región genere acuerdos para darle un marco soberano a los subsuelos de la Triple Frontera, un dique de contención a las multinacionales asentadas en el lugar.

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