Militantes de la inseguridad

Para el matrimonio Blumberg -cuyo drama personal es innegable tanto como que efectivamente son víctimas de un delito de especial crueldad- la Argentina “protege a los delincuentes”; y la pareja muestra una cruda incomprensión ante el carácter de la justicia, confundiéndola con venganza o linchamiento: una vida por otra.

Son opiniones individuales sesgadas por el dolor, pero amplificadas hasta la exasperación por los medios, parecieran convertirse en demandas sociales.

Algunos padres de Cromañón apuntan a lo mismo. Se descubre que existe algo llamado “inseguridad” después del drama personal, y eso se confunde con conducta pública. En el fondo, buscan una sociedad militarizada, autoritaria, en la que ellos serán los ganadores, como creían serlo antes de su drama personal.

Sucede algo parecido con ese fenómeno médico-social de los transplantes. La solidaridad florece unos instantes -los necesarios para obtener el órgano, una vida por otra- y se disuelve apenas resuelta la situación, la vuelta al anonimato. Es lo que diferencia a la solidaridad social de la individual, la beneficencia.

Blumberg no desea que la ley condene a los asesinos de su hijo, sino que se pudran en la cárcel, y pretende que esa sea la política pública.

Su fundación es en rigor una empresa privada que ha hecho migas con la archiliberal Fundación Atlas, la oenegé cautiva de Atlas Copco, la poderosa multinacional del petróleo que financia al sector más derechista del Partido Republicano.

Los productos de esa empresa son mensajes publicitarios: endurecimiento de las penas, bajar la edad de imputabilidad. Su imagen corporativa es una página web, como no podría ser de otra manera. Buscando en ella, se puede concluir que los mensajes no tienen sustento ni estadística alguna que los fundamente. ¿Quién dice que un mayor castigo reducirá la frecuencia de los delitos?

Se ha denunciado que la Cruzada Blumberg además se dedica, en sus giras por el interior, a promocionar la venta de sofisticados y costosos sistemas de seguridad, a los que no podrá acceder la jubilada que, sosteniendo una vela encendida, pide seguridad en la marcha Blumberg.

El asesor letrado de la fundación fue secretario de justicia (¡de justicia!) del Jorge Rafael Videla.
Marcelo Bragagnolo aprovecha una situación similar para dar en los medios lecciones básicas de gestión a la policía y a la justicia, y sostiene que a la seguridad “le falta gerenciamiento”, como si sus antecedentes fueran más para mostrar que ocultar.

No es casual que haya pasado por los staffs de Bancos quebrados que se quedaron con los ahorros de los depositantes: el Cabildo de los Pirillo, el Integrado Departamental de Roberto Cataldi y el de Crédito Provincial de los Trusso. Y que haya estado muy cerca de la dictadura militar, del almirante Massera, de la apropiación de bienes de desaparecidos.

Con esta delincuencia sí ha sido tolerante la Argentina.
Entretanto, la mayoría de los alojados en las cárceles son jóvenes y pobres.

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