Por Causa Popular.- En silencio, y sin levantar mucha polvareda, Perú culminó las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. De esta forma, el gobierno norteamericano se asegura importantes condicionamientos a los otros dos países andinos que, hasta el acuerdo peruano, negociaban conjuntamente. Para la Red Colombiana de Acción contra el Libre Comercio y el ALCA (RECALCA) “Toledo dijo que sí a todo lo que pidieron los Estados Unidos y al hacerlo no sólo dio la estocada final a la fragilísima coordinación con Ecuador y Colombia sino que puso el piso sobre el cual firmará Colombia”. Este acuerdo, es el primero que logran los Estados Unidos luego de su fracaso en la Cumbre de Mar del Plata, y antes de la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Una nota publicada en este mismo sitio el 22 de octubre, adelantaba la posición relativa del gobierno de Alejandro Toledo en la XIII ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio Andino: “Las negociaciones que se realizaron durante la última semana en Washington para dar forma al Tratado de Libre Comercio (TLC) Andino, mostraron a los presidentes de Colombia -Alvaro Uribe Velez- y de Perú Alejandro Toledo, como los más fieles seguidores a los intereses norteamericanos.
El presidente de Ecuador Alfredo Palacio, presionado por los movimientos sociales fue el único que esbozó un intento de defender los intereses de su país.”
Finalmente, desmarcado de sus socios andinos, incluso del colombiano Álvaro Uribe, el gobierno peruano dio por concluidas en los primeros días del último mes del año las negociaciones del TLC. La decisión del sucesor de Fujimori, que termina su mandato en abril del año próximo, es inexplicable por donde se la mire.
No sólo, la tomó en vísperas del inicio de la Conferencia de la Organización Mundial del Comercio en Hong Kong, foro en el que los países subdesarrollados intentan lograr condiciones más equitativas en agricultura y otras áreas de la economía internacional.
También terminó las negociaciones con conocimiento de que el Ejecutivo norteamericano sólo presentará el acuerdo a su Congreso cuando logre un “TLC andino”.
Algo que vuelve mucho más insostenible desde el punto de vista de los intereses peruanos el desprendimiento de las negociaciones que llevaba adelante junto a Colombia y Ecuador. Claro está, que los términos aceptados por Perú marcarán los límites de las negociaciones de sus socios andinos.
Desde que Chile firmó en forma unilateral el TLC con los Estados Unidos, los términos de este acuerdo gravitaron en todas las negociaciones que le siguieron. A partir del mismo, el Congreso norteamericano dispuso que ningún nuevo acuerdo contenga cláusulas por debajo de las anteriores.
El TLC negocia tratados extremadamente sensibles para los países: reglas de acceso a mercados, propiedad intelectual, agricultura, compras gubernamentales, servicios e inversiones, solución de controversias, entre otros. Su objetivo: consolidar las reformas neoliberales de los 90.
Sólo alcanza el contraste de algunos números para percibir con claridad que un acuerdo bilateral de libre comercio con los Estados Unidos, tiene muy escasas – si la proyección realizada es extremadamente optimista- posibilidades de que otorgue beneficios mínimamente proporcionales para ambos países.
Estados Unidos, además de contar con una población 11 veces mayor que la de Perú, su presupuesto público es 126 veces el de este país sudamericano. El PBI per capita además supera en 17,7 veces el peruano. Y por si estos números aún no fueran suficientes para percibir las asimetrías que de hecho existen entre dos países, un intercambio libre de mercancías, la inversión total anual en investigación y desarrollo por habitante norteamericana en 2002 fue de 989,40 dólares, mientras en el Perú fue de tan solo 2,17 dólares.
A su vez, el costo del dinero (crédito), la telefonía y el combustible son más baratos en Estados Unidos y su infraestructura de transporte mucho más moderna y eficiente.
En cuanto al agro, uno de los sectores en el que los países latinoamericanos poseen más competitividad compensando el desarrollo tecnológico con las ventajas naturales de la tierra y la diversidad climática, los números no son distintos. Estados Unidos en la actualidad subsidia su agro con 94.100 millones de dólares anuales.
Entre otras consecuencias, este subsidio a los productores norteamericanos, terminaría con la producción de arroz y de azúcar peruanos. En el acuerdo firmado por Toledo y que deberá ratificar el Congreso peruano, la asimetría estaría suficientemente considerada con mayores plazos de desgravación arancelaria, sin garantizar la eliminación de los subsidios que estos sectores perciben.
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Según una declaración de la organización Colombiana RECALCA, reproducida por el sitio de Internet visionesalternativa.com, “Desde la Ronda de Washington se sabía que Perú había aceptado en materia de barreras fitosanitarias, reglas de origen, apertura agraria y propiedad intelectual condiciones que -al menos de palabra- eran inaceptables para los otros países andinos.
Toledo dijo que sí a todo lo que pidieron los Estados Unidos y al hacerlo no sólo dio la estocada final a la fragilísima coordinación con Ecuador y Colombia sino que puso el piso sobre el cual firmará Colombia.”
“El gobierno colombiano salió a felicitar a Perú -amplía RECALCA-, pero la magnitud de las concesiones hechas por ese país ya deben estar poniéndole los pelos de punta al sector productivo colombiano, el cual va a tener que renunciar a la producción de cereales, aceites, azúcar, que tendrá que olvidarse de cualquier proyecto industrializador y que va a tener en el Estado colombiano no un promotor del desarrollo productivo y social sino un gendarme de los intereses norteamericanos.”
Para la Red Colombiana Contra el ALCA “Uribe tendrá que pagar el costo electoral de sus decisiones. Al menos Toledo no está en campaña por la reelección y debe asegurar su propio futuro, no el de un próximo mandato.
Toledo saldrá por la puerta de atrás como un sirviente de Estados Unidos. Uribe, como profesional de la politiquería, tendrá este elemento en cuenta. Pero a la luz de su obsecuencia, lo que se espera es que firme ‘rapidito’”.
La declaración de esta organización publicada en Visionesalternativas.com el 10 de diciembre culmina llamando a conformar una oposición activa al TLC entre Estados Unidos y Perú: “Alertamos al movimiento popular y a todo el país para que se impida la concreción de estos designios y se retomen las movilizaciones y las denuncias para impedir que se cierre, se firme o se apruebe el TLC.”
Como respuesta a este llamado diversas organizaciones se reunieron en Quito el 11 de diciembre y acordaron la siguiente declaración:
Declaración de organizaciones sociales andinas
Quito, diciembre 11 de 2005
Después de 19 meses de negociaciones y trece rondas, los gobiernos andinos se disponen a firmar un TLC con Estados Unidos. El último tramo de las negociaciones ha sido particularmente secreto y los gobiernos están vulnerando el derecho soberano de los pueblos a ser consultados sobre asuntos de importancia vital que afectarán por décadas la vida de nuestros pueblos.
El gobierno peruano acaba de cerrar la negociación con la claudicación completa ante las exigencias estadounidenses y la aceptación no solamente de sus imposiciones en el terreno comercial sino en todos los demás aspectos tales como propiedad intelectual, inversión, compras estatales etc.
Lo acordado con Perú se convierte automáticamente en la base para el anunciado cierre por parte de Colombia y traza unos claros parámetros para que el gobierno ecuatoriano, que ha solicitado mayor flexibilidad a los estadounidenses, tenga que definir a comienzos del año entrante si está dispuesto a hacer sacrificios similares a los de los demás países.
Lo acordado hasta el momento excede lo cedido por Centroamérica en el Cafta, implica menores concesiones por parte de Estados Unidos como es evidente en los casos del azúcar y medidas fitosanitarias e implica una especie de raquítica prolongación del ATPDEA el cual fue concedido a Perú en algunos aspectos por Estados Unidos en el último minuto de las negociaciones.
El gobierno de Toledo lo único que tiene como trofeo para mostrar es decir que podría exportar espárragos y que no importaría ropa usada. Han anunciado que no se conocerá el texto definitivo sino dentro de noventa días lo cual indica que aunque hay un cierre político de la negociación, muchos aspectos se seguirán definiendo, lo que seguramente traerá aun peores desventajas para Perú y los andinos.
El TLC, bajo estas circunstancias significa no solamente un paso más en el avasallamiento comercial de la región sino que los propios gobiernos se han amarrado las manos o están en disposición de amarrárselas para promover políticas de desarrollo productivo y social y han cedido además del mercado interno, la soberanía nacional. En estos días se está ejecutando la más afrentosa operación de dominación política y económica que hayan sufrido nuestros países.
Los pueblos de la región manifestamos nuestra protesta porque parte esencial del TLC es la mercantilización del medio ambiente, la pérdida de derechos fundamentales como la seguridad y soberanía alimentaria, los derechos laborales, la entrega de nuestros recursos naturales y nuestra biodiversidad y por ende el sacrificio de las comunidades pueblos y nacionalidades originarias que habitan las zonas de mayor interés para que las multinacionales estadounidenses puedan cristalizar este saqueo.
La privatización de los servicios públicos y de la educación y la salud se profundizará y dejarán de ser derechos y obligaciones del Estado. Todo esto con efectos diferenciales y más graves para las mujeres. El TLC supedita nuestro desarrollo a los intereses de las multinacionales y de pequeñísimos grupos de exportadores que se lucran de el a costa del conjunto del desarrollo social y productivo de nuestros países y que como en la OMC quieren imponer a todo el mundo sus prioridades.
Sin embargo, la resistencia popular continúa. El pueblo ecuatoriano ha paralizado la decisión gubernamental de firmar. En Colombia, el gobierno que busca la reelección, duda de pagar el costo político de firmar en plena campaña tan oprobioso tratado y el pueblo de Bolivia ha colocado por un buen tiempo a su país al margen de las negociaciones.
Los movimientos de resistencia al TLC hemos logrado colocar este tema en el centro del debate nacional e inclinar la mayoría de la opinión en su contra a pesar de que los gobiernos se colocan de espalda a esta opinión e inviertan gigantescos recursos para apoyarlo y aun en Estados Unidos aumentan los sectores que desde diversos puntos de vista se muestran en contra de los tratados
Todo el año entrante el TLC será un tema central en las definiciones políticas de cada uno de nuestros países y corresponde al movimiento popular arreciar su oposición al mismo, intensificar su campaña de esclarecimiento y educación de la opinión pública, obligar a los candidatos a las elecciones que se avecinan en todos los países a tomar claras posiciones al respecto y llevar a un mayor nivel las movilizaciones para enfrentarlo.
Para conseguir éxito en nuestra lucha debemos promover la más amplia unidad nacional y andina, haciéndonos voceros de los múltiples sectores afectados y condenando al ostracismo y a la picota pública a los minúsculos sectores que en búsqueda de algunos beneficios quieren sacrificar al conjunto de nuestras naciones. Invitamos a las organizaciones de la región a debatir sobre las formas de integración de nuestros pueblos que más convenga a nuestro desarrollo nacional.
Los agricultores peruanos que han calificado la firma como traición al agro y a la patria, los sectores productivos, las organizaciones populares, la ciudadanía y el movimiento indígena ecuatorianos que amenazan derrocar al gobierno si firma el tratado, los movimientos populares colombianos que enfrentan el TLC y la reelección de Uribe y los bolivianos que en defensa del agua y demás recursos naturales han paralizado las ambiciones de las multinacionales, los defensores de la salud pública que han demostrado hasta la saciedad el grave impacto del TLC para la sociedad, debemos unirnos con todos aquellos sectores que serán lesionados o sacrificados para aumentar el torrente de un poderoso movimiento social que dé al traste con las pretensiones de firmar o ratificar el TLC.
En respuesta a esta amenaza nos comprometemos e invitamos a hacer una gran movilización andina unitaria que incluya manifestaciones y una gran campaña de propaganda en la cual los más variados y heterogéneos sectores expresen su inconformidad con el TLC.
Invitamos a los grandes actores sociales y políticos de la región a concertar la fecha para esta movilización durante el primer bimestre del año.
Suscriben:
Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio, Recalca (Colombia); Campaña Ecuador Decide (Ecuador); Movimiento Boliviano de lucha contra el TLC y el ALCA (Bolivia); Campaña Nacional contra el ALCA y el TLC de Ecuador (Ecuador); Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador, CONAIE (Ecuador); Alianza por un Comercio Responsable de Estados Unidos, ART (EE.UU.); Unión Nacional de Educadores del Ecuador (Ecuador); Frente Popular del Ecuador (Ecuador); Campaña TLC: Así no (Perú); Conveagro (Perú).