México: los zapatistas declaran el alerta roja por estado de consulta general que “no implica ninguna acción militar”

Por Causa Popular.- El Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se declaró en “alerta roja”. Además de difundirse en comunicados de prensa firmados por el Subcomandante Insurgente Marcos, así lo informan improvisados carteles frente a las tiendas y las “Juntas del Buen Gobierno” ubicados el pasado lunes 20 en las comunidades chiapanecas. Cuando la prensa internacional y el gobierno hablaban de que la alerta roja zapatista podía ser el preludio de una ofensiva armada de los indígenas, “Marcos” emitió un nuevo comunicado donde declara que el llamado se debe a que “ahora estamos consultando nuestro corazón para ver si vamos a decir y hacer otra cosa. Si la mayoría dice que sí, pues vamos a hacer todo lo posible por cumplir. Todo, hasta morir si es preciso”. Luego expresa: “Aclaramos desde ahora, para acabar con las especulaciones, que esta ‘otra cosa’ no implica ninguna acción militar ofensiva por parte nuestra. No estamos, por nuestra parte, planeando ni consultando el reinicio de los combates militares ofensivos”. La medida de “alerta roja”, incluye el cierre de sus llamadas “juntas de buen gobierno”, municipios autónomos que maneja en su área de influencia, que pasarán a la clandestinidad y serán “trashumantes”.

“Desde febrero-marzo de 1994, todo nuestro dispositivo militar ha sido, y es, defensivo. El gobierno debería decir si, por su parte, hay algún preparativo bélico ofensivo, sea de las fuerzas federales o de sus paramilitares. Y el PRI (Partido de la Revolución Institucional) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) deben decir si planean algún ataque en contra nuestra con los paramilitares que apadrinan en Chiapas”, escribe el Subcomandante Insurgente Marcos con las cuidadas palabras con la que acostumbra hacerlo desde que se dio a conocer el EZLN.

La reaparición del EZLN y los comunicados de Marcos, despertaron numerosas especulaciones en el gobierno: desde que obedece a una operación mediática para recobrar el protagonismo perdido, hasta que se produjo para organizar una ofensiva militar.

Lo cierto, por ahora, es que en los lugares habituales en los que se reunían las Juntas del Buen Gobierno zapatistas sólo quedan carteles con la inscripción: “Se cierra la oficina por alerta roja”, pintado con brocha gorda en cartulinas pegadas en las puertas. Según el anuncio de la comandancia zapatista, durante esta medida estarán acuarteladas las tropas regulares.

“En alguno de los comunicados de días pasados, le informamos que hemos entrado a una consulta interna. Pronto tendremos los resultados y se los daremos a conocer”, explica “Marcos” en el último de los comunicados difundidos el pasado martes 21. La emblemática figura de la rebelión zapatista se refiere así a uno de los comunicados emitidos el día anterior en el que se anuncia que “a partir del día 19 de junio del 2005, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional estableció la alerta roja general en territorio rebelde”, y en el párrafo siguiente aclara “La razón de esta alerta roja general es que el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN ha llamado a consulta a sus tropas insurgentes, a todos los comandantes y comandantas, a responsables regionales y locales y a sus bases de apoyo.”

“Esta alerta roja -continúa el comunicado- es una medida precautoria defensiva; como recordarán ustedes, en febrero de 1995, mientras el EZLN se encontraba haciendo una consulta interna, fue atacado por las fuerzas gubernamentales; en esa ocasión, la traición fue realizada por Ernesto Zedillo Ponce de León (entonces titular del Ejecutivo federal y hoy empleado de empresas trasnacionales) y Esteban Moctezuma Barragán (entonces secretario de Gobernación y hoy empleado de Salinas Pliego).”

La reacción del gobierno federal

Tratando de utilizar políticamente el anuncio en contra del EZLN, al día siguiente el gobierno mexicano rechazó la decisión de la guerrilla zapatista de decretar una “alerta roja”, y luego llamó a la dirigencia rebelde a reanudar las negociaciones de paz, algo a lo nunca los zapatistas se negaron pero que impidió el propio gobierno con las medidas tomadas respecto a los reclamos indígenas.

“(El presidente Vicente) Fox siempre estuvo abierto al diálogo”, aseguró el pasado martes el vocero presidencial Rubén Aguilar. En esa misma línea, el comisionado para la paz en el estado de Chiapas, Luis H. Alvarez, señaló que la decisión es “injustificada” y exhortó a reanudar el diálogo de paz con el gobierno.

“No veo razón alguna para emitir el alerta, pero no es la primera que ocurre”, dijo Alvarez en declaraciones a una radio mexicana, al tiempo que desestimó posibles incidentes en la zona zapatista. “Parece ser que la intención (de la insurgencia) es ubicarse de nuevo en forma mediática”, subrayó el funcionario.

El Ministerio de Gobernación (Interior) informó que existe “plena normalidad” en la zona, aunque, en línea con las políticas de contrainsurgencia de los Estados Unidos utilizada en Colombia, intentó ligar a los zapatista al narcotráfico, insinuando que la medida tomada “quizás surgió el temor de una intervención militar” después de que el Ejército anunciara haber localizado y destruido 44 plantaciones de marihuana en la zona rebelde el pasado fin de semana. Pero ante la repregunta, el vocero Aguilar dijo carecer de información sobre la posibilidad de que haya vínculos entre narcotraficantes y la guerrilla zapatista.

El diálogo de paz entre la insurgencia y el gobierno fue suspendido en septiembre de 1996, tras alcanzar los primeros acuerdos en materia de derechos y cultura indígenas. En febrero de 2003, 24 dirigentes zapatistas marcharon 3 mil kilómetros desde sus enclaves en el noreste de Chiapas, frontera con Guatemala, para intentar convencer al Congreso de plasmar esos acuerdos en una ley, algo que finalmente no sucedió.

Luego de más de diez años de organización clandestina en el corazón de la selva Lacandona del sureño estado de Chiapas, el EZLN, se dio a conocer el 1 de enero de 1994, el mismo día en que México anunciaba su ingreso al primer mundo con su integración al NAFTA, un tratado de libre comercio firmado con Estados Unidos y Canadá. Tras diez días de lucha que dejaron 150 muertos se entabló un diálogo de paz con el gobierno y los zapatistas exigieron una Ley de Derechos y Cultura Indígenas. Esta Ley fue aprobada en el Congreso en abril de 2001, pero con enmiendas que no satisficieron a los zapatistas, por lo que el diálogo se mantiene bloqueado desde entonces.

En México, 13,2 millones de los 105 millones de habitantes son indígenas (una de cada ocho personas), de los cuales en Chiapas viven 1,4 millones, la mayoría en condiciones de pobreza, según datos oficiales.

En 2000 Marcos también reapareció para criticar a los partidos políticos antes de que saliera elegido Vicente Fox, quien con su triunfo puso fin a 71 años del PRI en el gobierno.

Al año siguiente, el líder guerrillero hizo una caravana desde San Cristóbal de las Casas hasta el centro de Ciudad de México junto con 23 comandantes del EZLN en la que recorrió 12 estados.

En el comunicado del pasado lunes, Marcos aseveró que no se trata de una despedida, pero advirtió de que “acaso” podría ser “la última” carta suya.

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