—¿Cómo ve el espectro de centroizquierda en el escenario post-derrota de la 125?
—No creo que la dispersión del espacio de centroizquierda luego de la crisis del campo haya variado. Hay sectores más vinculados al gobierno y otros más alejados. En todo caso la derecha aparece más fortalecida. Pero el desafío del espacio progresista y popular es lograr una vinculación política propia que no esté sujeta a coyunturas electorales y que soporte diferencias en su seno. Esta realidad deficitaria existía antes y existe ahora.
—¿Cómo ve la relación con el kirchnerismo en ese nuevo escenario? ¿Cómo cree que el alejamiento de Alberto Fernández puede variar la política de alianzas y encuentros del Gobierno?
—Alberto Fernández, más allá de las opiniones políticas que se tengan, representó a una política más plural para el gobierno. Buscó ampliar las relaciones políticas del kirchnerismo con el socialismo, con dirigentes políticos no justicialistas y con radicales que buscaron la concertación. Con su alejamiento parece triunfar la posición más cerrada y que busca una mayor homogeneidad política. De todas maneras, es necesario que pase el tiempo para ver si las relaciones políticas con sectores no justicialistas quedan sólo en la formalidad o expresan una búsqueda de una pluralidad necesaria.
—Y más allá de los K, ¿con qué sectores puede conformarse un espacio que lleve adelante políticas progresistas, en vistas (pero no sólo) a las elecciones del año próximo?
—Hay sectores K y sectores que no pertenecen al Gobierno que expresan políticas modernas, populares y progresistas. Me parece un error definir al espacio progresista por sus vínculos con el gobierno. Pero hay sectores socialistas, peronistas, ex ARI, y muchos más que comparten importantes definiciones políticas. El problema es que en general se hacen prevalecer las diferencias sobre las coincidencias.
—Respecto de la construcción de ese espacio en la ciudad, ¿tiene autocríticas sobre su desenvolvimiento en la última década?
—Sí, muchas. Pero puedo señalar primordialmente haber puesto mucho énfasis en la gestión y descuidar la construcción política. Eso en lo que respecta a mi responsabilidad política personal. Pero obviamente la realidad del espacio excede, y mucho, esa cuestión señalada.