Luna de Avellaneda, en cada barrio

Los clubes sociales y deportivos son las organizaciones más antiguas y a la vez más dinámicas de cada barrio o comunidad de la ciudad. Por lo tanto, son depositarios de las aspiraciones, los sueños y también de las frustraciones de sus adherentes. Son verdaderos centros comunitarios que, potenciados, pueden transformarse en movilizadores de la participación solidaria y en motores esenciales para la creación de ciudadanía.

Por esas razones, el martes 31 de mayo nos reunimos con la mayoría de los clubes sociales y deportivos de la Comuna 5 (Boedo-Almagro) para poner en común sus problemáticas y elaborar una propuesta para la visita de los candidatos del Frente para la Victoria, en un encuentro que se realizará el próximo 7 de junio a las 18 en el club Vedra.

Después de una rica discusión, de la que participaron instituciones como el Club Nueva Generación, Club Estrella de Boedo, Club AVEFA, Club GON, Círculo Martín Fierro, Club El Barrio, Club Boedo al Sur y Club Fénix de Almagro, aparecieron tres planteos principales para ser presentados ante los futuros jefe y vicejefe de gobierno de la ciudad.

Uno de ellos es la instauración de una Tarifa Social sobre los impuestos y servicios que deben abonar los clubes, quienes en muchos casos son prestadores de servicios directos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Por ejemplo, muchas escuelas públicas utilizan sus espacios para desarrollar sus actividades físicas pero los clubes no reciben ningún beneficio o ayuda del Estado por ello. Una reducción sustancial de las tarifas de electricidad, AYSA, METROGAS y, sobre todo, en el impuesto de ABL, aliviaría a los clubes y significaría un acto de justicia.

Por otro lado, los clubes expresaron la necesidad de que el gobierno comunal o central realice todos los años un examen completo a cada niño/niña de cada club, para luego extender el apto fisico. De esta manera, no solamente se resuelve de manera oficial un requisito que los clubes deben exigir obligatoriamente a quienes desean practicar su deporte favorito, sino que se realiza de manera sistemática una labor de prevención de la salud, ya que con estos controles se pueden detectar enfermedades tempranamente y los niños pueden ser curados a tiempo. Una propuesta es que un móvil sanitario visite al menos una vez por año a cada club.

Otro karma que sufren los clubes son las habilitaciones municipales. Desde los trágicos sucesos de Cromañón, la tramitación de las habilitaciones ha sido una pesadilla para todos. Se necesitan soluciones urgentes para que las entidades sin fines de lucro no sean las castigadas por culpa de la codicia criminal de algunos empresarios inescrupulosos. Es imprescindible que la obtención de las habilitaciones se efectúe de un modo sencillo que favorezca el cumplimiento de la ley, en lugar de desalentarlo.

En una ciudad que parece haber puesto el eje más en la dinámica del mercado que en la sociedad civil, los clubes pueden ser actores fundamentales para interactuar con el Estado presente que todos los porteños deseamos empezar a tener a partir de diciembre de 2011.

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